Dentro de los distintos abordajes psicológicos que se emplean conjuntamente en los tratamientos de adicciones, destaca la terapia motivacional. Se trata de una intervención directiva y un método centrado en el paciente y en su participación activa; cuya finalidad es suscitar el cambio de comportamiento necesario para abandonar su dependencia.
LA ENTREVISTA MOTIVACIONAL: PUNTO DE PARTIDA DEL TRATAMIENTO DE ADICCIONES
La entrevista motivacional es un recurso de uso frecuente en los centros de recuperación; cuyo cometido es evaluar el grado de motivación del paciente en su proceso de rehabilitación. Puesto que es un requisito imprescindible que la propia persona adicta tenga disposición al cambio de hábitos para que el tratamiento sea exitoso. Con la terapia motivacional se consigue trabajar psicológicamente la actitud del paciente para favorecer su compromiso con el abordaje terapéutico.
Por tanto, la entrevista motivacional, ideada por Miller y Rollnick, resulta un instrumento fundamental para conocer la motivación para el cambio que presenta cada adicto. Pero también supone un recurso para trabajar la falta de motivación intrínseca, en aquellos casos en que el adicto no es consciente de su conducta adicta, y su falta de autoconfianza en sus posibilidades de éxito.
Asimismo, la terapia motivacional está estrechamente vinculada al modelo transteórico de Prochaska y Diclemente. El cual, recordemos, alude a las diferentes fases en espiral que experimenta toda persona adicta en su proceso de cambios de conducta y abandono de la adicción.
De hecho, la entrevista motivacional es un tipo de método psicoterapéutico centrado especialmente en las fases de precontemplacion y de contemplación del modelo transteórico. Al menos en una primera instancia. Posteriormente, en la fase avanzada, la terapia motivacional irá reforzando todas las fases del modelo de Prochaska y Diclemente.
Ahora bien, gran parte del cometido de la terapia motivacional es ayudar al paciente a explorar y minimizar las contradicciones y resistencia interna que lo mantienen en su drogodependencia. Pues, al deconstruir esas discrepancias, el paciente toma consciencia de su problemática y su enfermedad.
Paralelamente, se fomenta la actitud positiva y el compromiso del paciente para realizar esos cambios de conducta precisos para su recuperación. Porque sin la participación activa y decidida de la persona adicta es imposible alcanzar un resultado positivo y efectivo en el tratamiento.
¿EN QUÉ CONSISTE LA TERAPIA MOTIVACIONAL EN ADICCIONES?
Ciertamente, la terapia motivacional se ha convertido en uno de los métodos más populares y efectivos en el manejo de adicciones. De ahí que, desde su invención en 1991, haya ido ganando eficacia y hoy ocupe un lugar indispensable dentro de los tratamientos de recuperación.
En este aspecto, son diversas las investigaciones que avalan los buenos resultados de su aplicación en el manejo de los pacientes con adicciones. Principalmente porque con esta intervención se consigue aumentar la motivación personal y el autocontrol para superar la dependencia.
O, en otras palabras, la terapia motivacional ayuda al paciente a mantener el foco en la propia sanación desde una posición positiva, participativa y comprometida; realizando constantes ajustes y marcando nuevas metas, según se sucedan las distintas etapas del tratamiento, que apoyen esos cambios de conducta y de creencias necesarios para lograr la recuperación total.
Anteriormente, se ha mencionado que la entrevista motivacional, en su primera fase, se enfoca en las fases de precontemplación y contemplación del modelo transteórico. En dichas fases, el adicto comienza a tomar concienciación del problema, pero aún subestima sus graves consecuencias mediante excusas. La persona oscila entre momentos de aceptación de su adicción y momentos de negación.
Pues bien, mediante la entrevista motivacional, los profesionales psicoterapeutas ofrecen información y orientación sobre el manejo de la adicción. Y, al mismo tiempo, señalan la necesidad de cambios de comportamiento que debe iniciar el adicto para recuperar su bienestar y su salud mental. Es entonces cuando comienza el proceso de derribar esas contradicciones internas del paciente y plantear las mejoras que tendría en su vida si se compromete con su tratamiento de recuperación.
CARACTERÍSTICAS DE LA TERAPIA MOTIVACIONAL
Así, la terapia motivacional parte de una entrevista inicial estructurada basada en preguntas abiertas para conocer la historia vital del paciente y la etapa del modelo transteórico en la que se encuentra. A partir de esta primera toma de contacto, el terapeuta irá construyendo una relación entre profesional y paciente horizontal; donde reine un ambiente de confianza, empatía y apoyo, a fin de trabajar juntos en pro de la superación de la adicción.
El terapeuta actúa como un directivo o un asesor que ayuda al paciente a examinar y resolver sus dudas y contrariedades, desde un clima de reflexión. Un receptor que le devuelve sus propias percepciones al paciente, sin juicios de valor ni afán de corrección.
Como todo proceso de cambio de conductas o esquemas mentales, el tratamiento terapéutico será un camino largo, compuesto por diferentes fases y estrategias de intervención. Pues, al igual que sostiene el modelo transteórico, se asume que los pacientes pueden recaer en el consumo de sustancias a lo largo del proceso, sin que ello implique un retroceso al punto de partida inicial.
FASES DE LA TERAPIA MOTIVACIONAL
Este proceso terapéutico puede escindirse en dos grandes periodos. Una primera etapa centrada en aumentar la motivación intrínseca del paciente, trabajando en ella los sentimientos, creencias, perspectivas, conductas y contradicciones que impiden dejar la adicción. Ello implica alentar al paciente a analizar los conflictos y las ambivalencias, que son tan frecuentes en los problemas de adicciones, dándole espacio para la auto-reflexión.
El terapeuta se encarga de escuchar empáticamente al paciente y devolverle sus argumentos contradictorios; para reflexionar sobre estas discrepancias de una forma respetuosa y comprensiva, nunca autoritaria. Esta técnica colaborativa ayuda a tomar consciencia al adicto de las consecuencias negativas que tiene la dependencia en su vida.
La segunda fase, en cambio, acompaña al proceso de rehabilitación del paciente, en un punto ya avanzado de su tratamiento de la adicción. En este periodo lo que se busca es consolidar la motivación intrínseca del usuario para mantener su abstinencia y evitar cualquier recaída. O, en caso de presentar una recaída al consumo de sustancias tóxicas, alentarlo a retomar el tratamiento, reforzando las motivaciones para seguir adelante en su compromiso de curación.
En esta segunda fase se trabaja mucho la resistencia de la persona dependiente. Es decir, sus negativas, falta de autoconfianza, sus contrariedades, sus dudas, sus recaídas. En esta etapa también se fomenta la percepción de autoeficacia en el paciente, la cual refiere a su propia creencia de ser capaz de afrontar su conducta, problemas u obstáculos con éxito.
Un alto nivel de autoeficacia es fundamental para garantizar la motivación y el desempeño personal para alcanzar su objetivo de superación de su enfermedad adictiva.
ESTRATEGIAS DE LA TERAPIA MOTIVACIONAL APLICADA EN ADICCIONES
Las estrategias y técnicas que definen al método de la terapia motivacional están dirigidas a estudiar los valores de la persona, sus objetivos y su relación con el problema de adicción. Así como a promover la motivación para el cambio que surja en el propio paciente, y no como una exigencia impuesta desde el exterior.
A fin de propiciar un contexto terapéutico adecuado y eficiente, las estrategias que caracterizan a la entrevista motivacional en adicciones son las siguientes:
- Preguntas abiertas. Este tipo de preguntas le permiten al paciente expresarse hondamente e indagar en su problema y aumentar la percepción personal del mismo.
- Escucha reflexiva para entender y descifrar el discurso ambiguo o inconexo que emita el paciente, como parte de sus ambivalencias internas. La tarea del terapeuta es escuchar con atención y empatía; para posteriormente, reelaborar el discurso del paciente mediante una pregunta donde se devuelve la información expresada, pero de forma más organizada. Esta técnica permite reflexionar en profundidad sobre los sentimientos o pensamientos del adicto y su postura.
- Reestructuración positiva. Sirve para aumentar su autoestima y autoconfianza, su sensación de autocontrol y poder interno para cambiar sus hábitos. Con esta técnica se proporciona seguridad y apoya al paciente, haciéndole sentirse escuchado. Además de reforzar sus aspectos positivos y validar algunos de sus argumentos, mediante comentarios y frases comprensivas.
- Resumen de lo argumentado por el paciente. El resumen de cada sesión permite relacionar las opiniones y reflexiones de la persona adicta con la información que le va entregando el terapeuta. De este modo, podemos deconstruir paulatinamente las contradicciones y resistencias del paciente y sustituirlas por motivaciones que auspicien el cambio.
- Afirmaciones de automotivación, basada en preguntas evocadoras centradas en su vida o sus conductas diarias.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Se ha demostrado con diversos estudios científicos la efectividad de la terapia motivacional en el manejo de pacientes con problemas de adicciones a sustancias psicoactivas.
Su proximidad de perspectivas con el modelo transteórico de Prochaska y Diclemente sobre las fases recursivas que experimentan las personas adictas, hacen de esta terapia una intervención muy completa. En el sentido de que contempla —y trabaja—las diferentes fases por las que pasa una persona durante su proceso de desintoxicación, incluyendo las posibles recaídas.
Puede decirse que algunos de los grandes beneficios de esta psicoterapia es que promueve la autonomía y la participación activa del paciente. Este es el auténtico protagonista de la intervención. Pues de su grado de motivación interna y de su percepción de autoeficacia dependerá el éxito de su tratamiento de recuperación.
En este sentido, es primordial que sea el paciente quien reconozca sus problemas relacionados con la adicción y quien exprese libremente su preocupación por éstos. Quien decida iniciar los cambios y dejar atrás la resistencia a abandonar su adicción, porque confía en su propia habilidad para conseguirlo.
El rol del terapeuta ha de centrarse en guiar y acompañar al paciente en este proceso de toma de conciencia y de motivación para llevar a cabo hasta el final su tratamiento de recuperación. Sin duda, el sentirse escuchado, validado y apoyado supone un gran impulso motivador para que el paciente adicto se implique en su recuperación.
Es por eso que la terapia motivacional en adicciones es uno de los abordajes terapéuticos indispensables que completa el tratamiento de recuperación. Una intervención que refuerza la terapia cognitivo-conductual-contextual, que vertebra al tratamiento de adicciones, y cuya finalidad es cambiar las conductas adictivas por hábitos saludables permanentes en los pacientes.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Balcells Olivero, M. & al. (2004). La terapia motivacional en el tratamiento del tabaquismo. Recuperado de https://bit.ly/3v1F2aj
- Escaño Hidalgo, A. (2022). La entrevista motivacional en las adicciones. Recuperado de https://bit.ly/3I4hHbA
- Torres Carvajal, G. A. (2010). La entrevista motivacional en adicciones. Recuperado de https://bit.ly/3sPv7Sp
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
Deja una respuesta