
La adicción al alcohol
El alcoholismo o adicción al alcohol es una enfermedad mental crónica caracterizada por el trastorno por consumo excesivo de esta droga. Aunque legal, el alcohol es la sustancia psicoactiva más perjudicial para nuestra salud y que además supone un problema de salud pública, precisamente por ser una droga legal.
De hecho, según datos de la OMS, el consumo de alcohol causa más de 200 enfermedades y provoca anualmente alrededor de 3 millones de muertes a nivel mundial. Visto esto, sabemos que el alcohol es tan legal como perjudicial.
La permisividad de su consumo convive en nuestra sociedad con las graves consecuencias del mismo:
- accidentes de tráfico
- problemas laborales
- problemas en el ámbito familiar
- pérdida de relaciones sociales
- intoxicaciones etílicas y muchos otros conflictos.
Síntomas de la adicción al alcohol
Podemos reconocer a una persona enferma alcohólica por ser impotente ante la bebida; siendo la sustancia la que pasa a gobernar su vida cotidiana. Aunque la vida del alcohólico se desmorone a causa del consumo, la persona continua bebiendo. La fuerza de voluntad no es suficiente para luchar contra esta enfermedad.
Algunos síntomas que puede mostrar el adicto al alcohol son:
- Pérdida de control sobre la sustancia: El enfermo no podrá dejar de beber una vez ha comenzado. Se produce un continuo abuso del alcohol.
- Fuerte dependencia física: Si el paciente pasa un tiempo sin beber alcohol, aparecerán síntomas físicos de la enfermedad. Es el síndrome de abstinencia. Estos síntomas de abstinencia pueden ser temblores, ansiedad, sudoración o náuseas entre ellos.
- Desarrollo de la tolerancia al alcohol: El patrón de consumo de alcohol genera tolerancia. Esto implica la necesidad de aumentar la dosis requerida para sentir el efecto que la droga produce.
problemas derivados del alcoholismo
El exceso de consumo al que lleva la enfermedad de la adicción supone serias consecuencias para el adicto. Esto implica la entrada en el grupo de riesgo a la hora de sufrir daños permanentes en el hígado o en el cerebro.
Se ha determinado que el alcohol influye en problemas de salud. Por ejemplo, en el desarrollo de cáncer de laringe, garganta o esófago. También puede producir daños congénitos en los hijos -en lo que es conocido como el síndrome alcohólico fetal (o SAF)-. Asimismo, el consumo de alcohol aumenta el riesgo de accidentes laborales y de tráfico, y el riesgo de sufrir o generar agresiones.
También está relacionado con problemas de salud mental. Por último, está relacionado con muchos de los casos de muerte por accidente, violencia o suicidio.
¿CÓMO SE DETECTA EL ALCOHOLISMO?
El alcohol es una droga legal que ha consumido en algún momento el 98% de la población mayor de edad. No obstante, el enfermo alcohólico pronto presentará problemas de conducta y comportamiento debidos al consumo.
El primer síntoma de dependencia del alcohol es el consumo excesivo en situaciones donde se consume esta droga, como reuniones o fiestas. Luego, el consumo irá introduciéndose en situaciones fuera de contexto. Se producirán en el enfermo adicto:
- Alteraciones de conducta y carácter.
- Abandono de hábitos, responsabilidades y relaciones sociales o de ocio.
- Depresión.
- Inactividad.
- Conductas agresivas.
Consecuencias del alcoholismo
El adicto dejará a un lado aficiones y reuniones donde no se consuma alcohol. El núcleo y apoyo familiar se verá resentido por la actitud del enfermo. Mentiras, resentimiento en la economía y problemas laborales afectarán al entorno directo del alcohólico.
Ante estos problemas de alcoholismo, es probable que el paciente alcohólico intente dejar de beber por sí mismo. En ocasiones lo consigue durante un periodo de tiempo. Pero para la recuperación de la adicción es necesario seguir un tratamiento terapéutico basado en terapias grupales mediante grupos de apoyo; con otros adictos en recuperación, además de seguimiento médico individual, y desde un enfoque integral que abarque todos los ámbitos de la vida del paciente.
La enfermedad se complica si el adicto alcohólico añade otras drogas cocaína, cannabis, tranquilizantes, etc. Esto acelerará el proceso de degradación y aumentará el riesgo de sufrir otras enfermedades. Aunque no olvidemos que la adicción no depende ni de la sustancia que se consume, ni de la cantidad, ni de la frecuencia del consumo.
El Dr. Silkworth -médico especialista en el tratamiento del alcoholismo- defiende que la mente de la persona alcohólica es distinta a la del resto. La estructura cerebral se modifica por el consumo excesivo de alcohol. Por ello la enfermedad solo se erradica manteniéndose en la abstinencia completa.
tratamiento para el alcoholismo
Si reconocemos estos síntomas en nosotros mismos o en una persona cercana estaremos frente a la enfermedad de la adicción.