La mescalina es un alucinógeno, cuyos efectos principales son: proporcionar sensación de euforia y posterior sedación del sistema nervioso. Como droga recreativa, esta sustancia procedente del peyote no resulta muy conocida aún en nuestro país. No obstante, conviene conocer de qué se trata y cuáles son los efectos de la mescalina para saber a qué atenerse.
La mescalina: Una sustancia alucinógena natural
Muchas son las sustancias psicoactivas cuyo origen se halla en diversas plantas naturales. Entre todas ellas, existe un subgrupo de vegetales que contienen alcaloides que funcionan de alucinógenos naturales. Tal es el caso de la belladona, el estramonio, la psilocibina, la Ayahuasca, la mandrágora o la mescalina.
Con respecto a la mescalina, siendo un alcaloide proveniente de algunos cactus, fue sintetizada por primera vez en un laboratorio en 1919. Su fama se extendió durante el siglo XX de la mano de varios artistas. Entre ellos, Carlos Castaneda, quien en su famoso libro sobre «Las enseñanzas de don Juan» señalaba su uso para estimular sus viajes trascendentales.
Con la aparición de la mescalina comenzó la tradición de las drogas alucinógenas utilizadas de forma recreativa. A partir de entonces, se desharía de su faceta farmacológica y psiquiátrica. Así, fue una de las primeras sustancias psicodélicas consumidas, por las alucinaciones y alteraciones de la percepción que provocaba. Asimismo, se vincularía su uso a la búsqueda de experiencias espirituales intensas.
Tras las décadas de los sesenta o setenta decrecería su fama y su uso; siendo reemplazada como droga sintética y psicodélica por el LSD. No obstante, su composición sigue presente en muchas sustancias químicas de nueva generación como la Tucibi.
Con todo, la mescalina siempre será una de esas sustancias psicoactivas impredecibles, generadora de efectos contradictorios. Pues, está a medio camino entre las drogas euforizantes, las alucinógenas y las sedantes. En este sentido, muchas son las consecuencias que depara su consumo.
Pero de lo que no quedan dudas es de su poder para causar visiones extrañas y dejar el cuerpo agotado. Y es que sus efectos duran más que muchas otras drogas con efectos similares.
Veamos qué es exactamente, de dónde proviene y cuáles son los efectos de la mescalina más comunes y peligrosos.
¿Qué es la mescalina?
La mescalina consiste en un principio activo encontrado en ciertos tipos de cactus como el peyote —Lophophora williamsii— o cactus de San Pedro —Trichocereus. Los primeros se localizan alrededor del río Bravo, entre México y Estados Unidos; los segundos, en los Andes.
Como su propio nombre deja entrever, los efectos que produce este alcaloide son semejantes a los del mezcal. Esa bebida alcohólica destilada, muy tradicional en el norte de México, elaborada a partir de un maguey semejante al peyote.
De hecho, los efectos de la mescalina son dobles, al igual que el alcohol. Por un lado, provoca una sensación de excitación en su primera fase. Posteriormente, el optimismo se torna en una embriaguez depresora, es decir, sedante. Sin embargo, al aumentar la dosis genera alucinaciones y alteraciones sensoriales potentes.
Dichas plantas son originarias de Norteamérica, de ahí que el consumo de mescalina esté muy arraigado a las costumbres atávicas de los indígenas. Siendo especialmente utilizada en contextos religiosos o experiencias místicas, donde no presenta ningún tipo de adicción. A finales del siglo XIX, fue introducido dentro del culto de la Iglesia Mormona y la Iglesia Nativa Americana. Gracias a esta última, aún perdura el uso de la mescalina como fuente de una práctica religiosa eufórica.
Esta sustancia psicodélica pertenece al grupo de las fenetilamina. Ello la acerca a otras drogas con este animoácido como el MDMA o las anfetaminas. Su modo de consumo es a través de la ingesta del líquido que se obtiene tras hervir trozos de peyote o San Pedro. Asimismo, sus trozos suelen disecarse y conservarse durante largo tiempo, ya que no pierde sus principios activos alucinógenos.
La presencia de esta droga en España es poco habitual, reduciendo su consumo en círculos artísticos. Y es que una de las razones por las que esta sustancia es conocida reside en su supuesta influencia sobre la creatividad.
El estado psicológico previo del sujeto como el ambiente en el cual se consuma son importantes.
¿Cúales son los efectos de la mescalina?
Las drogas que contiene este alcaloide en sus estructuras químicas generan alteraciones neuronales y, en especial, alteraciones visuales y espacio-temporales. Las sustancias psicoactivas basadas en este principio activo más conocidas son la mescalina o el San Pedro.
Sus efectos comienzan a sentirse a partir de la media hora y suelen prolongarse hasta 12 horas después.Incluso se han dado casos de personas que han experimentado los efectos de la mescalina durante 24 horas.
Sus efectos más característicos son las alucinaciones visuales y sinestésicas. Es decir, un incremento de la sensibilidad hacia las formas, colores y sonidos de las cosas y una distorsión de la percepción espacial y temporal.
De igual modo, muchos usuarios describen sentirse más introspectivos y estimulados a las reflexiones existencialistas. Por otro lado, también potencia las sensaciones de una comunión intensa entre los grupos o del individuo con la naturaleza. De ahí que se promueva su uso en algunos rituales religiosos comunitarios.
En una primera fase, sus efectos incitan a un estado emocional positivo, cercano a la euforia. Pero también forman parte de sus influjos la embriaguez, la relajación y la disociación, en una segunda fase de su acción.
Como muchas otras sustancias similares, altera la mente, los sentidos y la percepción de las vivencias reales. Pero también puede ocasionar situaciones de despersonalización, de dispersión mental y el llamado «mal viaje». El cual se basa en efectos desagradables que provocan sensaciones alucinatorias terribles, de miedo y descontrol.
Lo cierto es que tanto el estado psicológico previo del sujeto como el ambiente en el cual se consuma son importantes. Pues, los efectos de la mescalina varían en función de los mismos. Las probabilidades de sufrir un mal viaje se reducen si se consume en contextos conocidos y tranquilos y en periodos de serenidad personal.
Los efectos secundarios
Entre los efectos secundarios y no tan placenteros que genera la mescalina se encuentran las náuseas y los vómitos; así como la sensación de agotamiento físico. Ello tiene mucho que ver con la duración tan larga de los efectos de la mescalina: unas 12 horas aproximadamente.
Durante este periodo es posible que aparezcan taquicardias, aumento de la respiración y la temperatura corporal. Además de visión borrosa, dificultad para coordinar movimientos, confusión mental y lasitud muscular.
Las probabilidades de tener un «mal viaje» también son elevadas. La extrañeza física o la disociación del yo pueden ser abrumadoras. En estos casos, puede suceder que el sujeto experimente ataques de pánico o angustia, que se tornen en agresividad.
Asimismo, el fenómeno del flash back puede darse en quienes consumen esta droga de forma sucesiva. Se trata de padecer las mismas sensaciones y efectos, aun cuando no haya tomado la droga en los últimos días o meses.
Por último, al igual que ocurre con otras sustancias psicoactivas, el uso de mescalina puede propiciar la aparición de trastornos mentales serios. Al menos en aquellos individuos con una predisposición para ello. Por eso resulta primordial no hacer uso de las drogas si existe una tendencia a la inestabilidad psicológica. Pues, todo trastorno emocional o mental garantiza que la experiencia con las sustancias tóxicas sea nefasta.
De todas formas, conseguir mescalina pura puede resultar muy costoso. Por lo que, lo habitual es que se comercialicen preparados de esta droga adulterados. Lo cual implica un riesgo a mayores para la salud del individuo. Así como un problema para proporcionar el tratamiento médico adecuado en caso de intoxicación por mescalina.
Conclusión
Las sustancias alucinógenas son denominadas «psicodélicas» porque inducen a experimentar sensaciones alucinatorias, místicas y alteraciones perceptivas de la realidad. Dentro de ellas, se halla la mescalina pura, un alucinógeno natural. Si bien, su potencia es menor que otras drogas de laboratorios como el LSD o el éxtasis.
Así en un primer momento la mescalina provoca un impulso de optimismo, locuacidad y confusión de la percepción y, más tarde, un efecto de relajación. Asimismo, las capacidades sensoriales se amplifican, siendo las alucinaciones visuales y la deformación de colores y formas las más comunes.
Pero, precisamente por este motivo, puede terminar generando alteraciones psiquiátricas permanentes. Como también reacciones de tipo psicóticas o confusión mental. Sobre todo si la persona consumidora presenta inestabilidad emocional o psicológica o predisposición biológica.
Por último, cabe mencionar que, si bien este alucinógeno no provoca síndrome de abstinencia, sí promueve tolerancia del organismo. Por tanto, la persona consumidora corre el riesgo de padecer una dependencia mental al consumo de mescalina.
Referencias consultadas
- Builes Tejada, L. E. & al. (2012). Tipos y efectos de las drogas emergentes utilizadas por adolescentes y jóvenes en países de habla hispana. Recuperado de http://repository.ucatolicaluisamigo.edu.co:8080/jspui/bitstream/ucatolicaamigo/82/2/Uclam_CD-T155.232B9322012.pdf
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- Daly, M. (2019). La fascinante historia de la mescalina, el psicodélico original. Recuperado de https://www.vice.com/es_latam/article/8xz8m3/vice-fascinante-historia-de-la-mescalina-el-psicodelico-original
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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