Las adicciones están a la orden del día, pues se tratan de acciones compulsivas que la gente repite a fin experimentar cierta recompensa inmediata. Especialmente emocional, ya que las adicciones son mecanismos de defensa que los individuos activan para silenciar inquietudes o traumas psicológicos. Conoceremos algunas adicciones raras que reflejan cuán complejo y diverso es el mundo de las adicciones en los seres humanos.
¿QUÉ ENTENDEMOS POR ADICCIONES RARAS?
Comencemos por el principio y hagamos una observación lingüística. Hablar de adicciones raras puede entrañar un sesgo personal muy importante. Y es que el concepto de rareza, al igual que el de normalidad, se basa en neuroasociaciones subjetivas. E incluso influenciadas por cuestiones socioculturales de cada sujeto. Lo que para alguien resulta raro o extravagante, otra persona puede percibirlo como algo común.
Al igual que hay gente que no reconocer padecer una adicción, ya que considera que su comportamiento compulsivo es una acción inofensiva, una simple manía.
Es por ello que cuando observamos la literatura que existe alrededor del concepto de adicciones raras podemos encontrar menciones a adicciones comportamentales ya consolidadas. Como la adicción a las compras, la adicción a los videojuegos o la adicción al sexo. Obviamente, estas socioadicciones son percibidas como extrañas o llamativas para quienes consideran que las dependencias se dan principalmente hacia sustancias psicoactivas.
En cambio, para profesionales de centros de tratamientos de adicciones o psicoterapéuticos en general, esas dependencias comportamentales resultan bastante conocidas. Vamos, que de raras tiene poco en estos tiempos.
Sin embargo, es cierto que existen personas con hábitos poco extendidos y que les suponen un riesgo para su salud. De alguna manera, son mecanismos de defensa utilizados para no tener que encarar situaciones negativas o sobrellevar situaciones ansiosas o estresantes. Ahora bien, los comportamientos compulsivos reflejan una falta de autorregulación emocional y la existencia de problemas psicológicos no resueltos.
En estos casos, lo importante es que se sea consciente de su obsesión para trabajarla a través de terapias psicológicas diversas. Porque detrás de una adicción, suele haber un malestar psicológico no afrontado, que debe ser tratado, pues es la raíz de la compulsión.
A continuación, veamos qué adicciones raras o trastornos impulsivos podemos hallar en nuestra sociedad.
¿POR QUÉ SE CAE EN HÁBITOS corrosivos, OBSESIONES y ADICCIONES?
Cuando alguien cae en un comportamiento obsesivo, realmente, está buscando relajarse, evadirse o darse una satisfacción que endulce su malestar anímico o psicológico. Como hemos dicho varias veces, las obsesiones son apegos, acciones, muchas veces inconscientes, que nos hacen sentir bien, arropados, que pueden generar placer. Por eso se repiten de forma compulsiva una y otra vez.
La parte negativa de la cuestión reside en que un acto reiterativo puede convertirse en una adicción pura y dura. Es decir, en una enfermedad física y mental que, aparte de controlarnos la vida, también puede causarnos muchos problemas de salud. Cuando nos referimos al concepto de salud aludimos al bienestar físico y la salud mental, pero también al desarrollo personal integral.
Es un hecho constatado que sostener una adicción condiciona la existencia, la rutina saludable de la persona adicta. En gran parte, porque su prioridad es darle rienda suelta a su comportamiento u obsesión. Y porque mantenerla puede suponer un gran coste de tiempo y dinero, además de perjudicar la vida social —familiar, laboral, etc.
Sin duda, uno de los efectos secundarios de muchas dependencias es que aíslan a quien la padece. Por un lado, porque el adicto busca la soledad para saciar su adicción y, por otro, porque su comportamiento errático fomenta la marginación social.
Sea como fuere, es importante saber dilucidar cuándo se está ante una adicción. En este sentido, no todas ellas pertenecen al mundo de las drogodependencias. Como vimos, también existen adicciones comportamentales. Pero más allá de compulsiones conocidas como a las compras, las nuevas tecnologías, el juego o la comida, hay otras adicciones menos típicas. No obstante, todas tienen en común que son una enfermedad mental, un trastorno descontrolado que pone en peligro la salud y estigmatiza a los adictos.
ALGUNAS ADICCIONES RARAS
La lista de trastornos de control de impulsos puede ser infinita e inimaginable. Con todo, entre las adicciones raras más conocidas están:
- Comer papel higiénico: es uno de los productos incomestibles que algunas personas ingieren. Estos adictos llegan a comerse un rollo de papel al día para mitigar su ansiedad.
- Masticar hielo o piedras o vidrios: otros de los denominados Trastornos de Pica, como el anterior. Dentro de los objetos raros que la gente come están estos. Por supuesto, pueden ocasionar lesiones más o menos graves para la salud.
- Comer tierra: Esta costumbre es otro ejemplo de trastorno de pica. Sin embargo, la geofagia puede ser bastante natural en algunas culturas. Pero en la nuestra es un comportamiento compulsivo, pues se ingiere en cantidades abusivas.
- Arrancarse el pelo e incluso comérselo: una adicción rara, pero no tan inusual. De hecho, esta adicción se denomina Tricotilomanía. Este comportamiento incontrolable puede llegar a dejar calva a la persona en diversas zonas de su cuerpo. Si, además, estos adictos ingieren su propio vello o cabello, la adicción es doblemente contraproducente para su salud.
- Tanorexia o adicción al bronceado: la obsesión por la estética veraniega lleva a muchas personas a abusar de los rayos UVA. Con sesiones de solárium todo el año y exposiciones prolongadas al sol en los meses de verano. Así, por muy quemada que esté su piel, estas personas no dejan de seguir poniéndose morenas.
- Adicción a los tatuajes: se trata de una de las adicciones más novedosas. En efecto, los tatuajes se han popularizado mucho. Pero hay gente que no se conforma con tener unos pocos, sino que convierten a su cuerpo en un mapa lleno de tatuajes. Esta afición desenfrenada, además de muy costosa, termina por volver a la persona irreconocible bajo tanto dibujo y tinta.
CONCLUSIÓN
¿Por qué estas conductas son calificadas de adicciones? Además de por su repetición patológica y placentera, porque el dejar de hacerlo implica padecer síndrome de abstinencia. Es decir, un malestar tan profundo e incómodo que obliga a retomar su compulsión para calmar la ansiedad que les provoca su interrupción.
Muchos de estos trastornos mentales se producen en etapas de mucho nerviosismo o altos niveles de ansiedad de la persona. Otros, en cambio, se llevan a cabo por mero gusto. No obstante, es importante no juzgar a estas personas por sus adicciones, por muy extravagantes que resulten. Eso solo sirve para que se sientan incomprendidas y oculten más sus comportamientos y se resistan a pedir ayuda.
Asimismo, muchas de estas dependencias comportamentales pueden causar numerosos problemas de salud física, que requerirán de intervenciones quirúrgicas. Tal es el caso de las personas que ingieren su cabello, piedras o demás materiales incomestibles. Incluso, en el caso de la adicción al bronceado, esto puede degenerar en un cáncer de piel, además de envejecimiento prematuro de la piel.
Por eso es fundamental entender que todo lo que se hace en exceso puede llegar a ser nocivo para la salud y debe ser puesto en manos de profesionales. Principalmente, profesionales psicoterapéuticos.
En este aspecto, resulta primordial trabajar el crecimiento interior de todos los adictos. Pues reforzando su desarrollo personal se puede trabajar los patrones de conducta que hasta el momento le han llevado a desarrollar su compulsión. Normalmente estas conductas se relacionan con emociones no enfrentadas, sentimientos no procesados o baja autoestima. El adicto debe conocer sus fortalezas y trabajar sus debilidades para no dejarse dominar por ellas.
En suma se trata de cambiar hábitos, trabajar el origen del problema, sanar esas heridas psicoemocionales que lleven a desarrollar esas conductas compulsivas. Cada caso requerirá un tratamiento concreto, pero cuanto antes se inicie, menores serán los daños.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Adin, L. (s/f). Adicciones raras pero asombrosamente reales. Recuperado de https://adiccion-a.com/adicciones-raras/
- González, I. (2012). Las adicciones más extrañas. Recuperado de https://holadoctor.com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/las-adicciones-m%C3%A1s-extra%C3%B1as
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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