Está demostrado que el alcohol es una sustancia altamente energética y su consumo tiene una gran incidencia en la nutrición, sobrepeso y obesidad. Profundizaremos en el tema de las calorías del alcohol y cómo influye en nuestro aspecto físico y, sobre todo, en nuestra salud.
Nutrición, calorÍas y alcohol: cómo se relacionan
Que el alcohol contiene una gran cantidad de calorías, está más que corroborado. Y que su consumo en exceso puede dar lugar a sobrepeso u obesidad, también. A pesar de que existe cierto desconocimiento social al respecto, muchas personas que están a dieta saben que el consumo de bebidas alcohólicas puede desequilibrarla. Y es que la cantidad de calorías del alcohol no es nada desdeñable.
Si bien no existe una clara relación entre consumo de alcohol y sobrepeso, sí se detecta una relación compleja entre ambos fenómenos. Los cuales, por lo demás, pueden derivar en enfermedades crónicas.
En un artículo anterior ya profundizamos en una tendencia social que contemplaba la estrecha relación entre calorías y alcohol: la ebriorexia. Un trastorno que gira en torno a problemas de alcoholismo entreverado con una conducta alimentaria deficitaria y una actividad física excesiva. Se ingiere alcohol con el estómago vacío para evitar consumir calorías de más. El abuso de bebidas alcohólicas tiene el propósito de llegar al vómito, para expulsar las calorías consumidas antes de ingerir algún alimento.
Este fenómeno psicológico contemporáneo resulta un buen indicador del impacto que genera el consumo de alcohol en el peso corporal. Así como las trampas que se hacen para compensar el exceso de calorías que proporciona: no comer alimentos mientras se bebe. Y beber para sustentarse.
Sea como fuere, la realidad de las personas alcohólicas es que presentan una deficiencia nutritiva clamorosa. Ello se debe a que el alcohol influye sobre el apetito, modificando con el tiempo el metabolismo, e impide la absorción correcta de los nutrientes. De ahí que las personas con consumo crónico de alcohol muestren una malnutrición global y tendencia a la obesidad, debido a la cantidad de calorías que contiene.
En suma, si el consumo de bebidas etílicas puede aumentar el peso, a la larga, el consumo abusivo puede derivar en una malnutrición generalizada. A continuación analizaremos los efectos calóricos del alcohol y la estrecha asociación entre bebidas alcohólicas y sobrepeso u obesidad.
¿QUÉ TIPO DE CALORÍAS CONTIENE EL ALCOHOL?
Las bebidas alcohólicas —cuya base química es el etanol— muestran unos niveles energéticos elevados. Por cada gramo de alcohol se obtienen 7,1 calorías, siendo el segundo alimento con mayor densidad energética después de la grasa. En comparación, un gramo de hidratos de carbono o proteínas tiene 4 calorías y un gramo de grasa, 9.
Sin embargo, las calorías del alcohol no son las mismas que las que hallamos en el resto de alimentos. Pues su aporte calórico, a diferencia de los nutrientes —proteínas, los hidratos de carbono o las grasas—, no cumple funciones fisiológicas importantes en el organismo humano. De ahí que suela considerarse que el alcohol contiene calorías vacías, esto es, realmente no aportan nada útil al cuerpo.
Asimismo, solo un 30 % del alcohol que se ingiere por vía oral se absorbe en el estómago, mientras que el resto se absorbe en el intestino delgado. Una vez metabolizado en el hígado, se convierte en grasa. Este aspecto lo diferencia de otros nutrientes como carbohidratos, proteínas y grasas, ya que este no tiene que ser absorbido antes de ser digerido. Lo que refuerza la noción calorías vacías, sin ápice de valor nutritivo.
En cuanto a su influencia sobre el físico, está más que demostrado el efecto adverso del alcohol sobre el peso corporal. Su ingesta aumenta el apetito y disminuye la saciedad, lo que conlleva a un incremento de comida y energía. Sin embargo, insistimos, este aporte energético es totalmente ineficiente en comparación con otros alimentos.
Por otro lado, el valor calórico del alcohol produce una disminución de la oxidación de los lípidos ingeridos durante la comida. Lo que se traduce en una mayor acumulación de grasa en el organismo. Y, al mismo tiempo, la toma de bebidas etílicas, aunque sea de forma moderada, aumenta la sensibilidad a la insulina, otro fenómeno que contribuye al aumento del peso corporal. Pero hay más…
LAS CALORÍAS DEL ALCOHOL Y SU IMPACTO EN EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso nocivo de alcohol está detrás de la existencia de más de 200 enfermedades y trastornos mentales. Entre dichas dolencias se encuentra el sobrepeso y la obesidad, ambas enfermedades sistémicas y crónicas; cuya presencia en la población mundial es del 39% en los adultos con sobrepeso y del 13% en los adultos con obesidad.
En este aspecto, sobrepeso y obesidad, al igual que el alcoholismo, son enfermedades altamente perjudiciales para la salud integral —física, mental y social. Es por eso que las tres son consideradas un problema de salud pública que, además, están estrechamente vinculadas.
Entre las explicaciones más plausibles sobre la relación del alcohol y el aumento de peso está el hecho de que el alcohol estimula el consumo de ciertos alimentos muy calóricos. Desde bebidas azucaradas hasta comidas fritas o embutidos y carnes rojas.
Por otro lado, además de la energía que proporciona el alcohol por sí solo; también influye sobre algunas hormonas vinculadas a la saciedad, alterándolas.
Por último, el alcohol evita que la grasa sea aprovechada como energía, ya que inhibe su oxidación. Lo que sugiere que el consumo habitual de alcohol podría generar más grasa corporal y confluir junto con otros factores en la aparición del sobrepeso.
Con todo, cabe reseñar que el papel del alcohol en el sobrepeso o la obesidad depende de muchos factores y de las características bioindividuales de cada persona. Como pueden ser: el sexo, el patrón de consumo de alcohol —tipo, frecuencia y cantidad—, el estilo de vida, el hábito de sueño; la predisposición genética uso de medicamentos dolencias crónicas, trastornos mentales como la depresión o problemas psicosociales.
CALORÍAS DE ALGUNAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS
Existe una notable diferencia entre la cantidad de calorías que contienen las diversas bebidas alcohólicas. Es decir, la proporción de alcohol en cada bebida varía. Su porcentaje se conoce como graduación alcohólica. Así, el vino y la cerveza contiene entre 2 a 20% de alcohol, mientras que las bebidas destiladas poseen entre 30 y 60% de graduación.
En este sentido, aquellas bebidas que no han sido destiladas resultan menos calóricas que las bebidas destiladas o de mayor graduación alcohólica. No obstante, como hemos señalado, cada gramo de alcohol proporciona 7 calorías y todas las bebidas alcohólicas influyen en el metabolismo orgánico y el peso corporal.
A título de ejemplo, mencionamos la cantidad de calorías que tienen algunas de las bebidas más populares:
Una copa de vino: a modo genérico, el vino blanco presenta un contenido energético de 82 calorías cada 100 ml. Mientras que el vino tinto asciende a 85 calorías. No obstante, depende de la graduación que tenga cada clase de vino. Esta bebida está en la base de otras bebidas alcohólicas muy populares como la sangría y el tinto de verano, los cuales son productos más azucarados y, por ende, más calóricos.
La cerveza: sin duda es una de las bebidas con menos contenidos calóricos: 43 calorías por cada 100 ml. Quizá el mayor problema que presenta la cerveza, y su incidencia en el sobrepeso, estriba en la cantidad que se consume.
El cava: como toda bebida espumosa, su contenido de alcohol —o graduación— y azúcares es bastante elevado. En principio, 100 ml. de cava aporta 75 calorías, aunque el valor calórico va en función de la cantidad de azúcar que posea.
El vermú: sobresale por su valor energético elevado, aun siendo vino macerado con hierbas: 130 calorías por cada 100 ml.
Un whisky: de modo general, una copa de 50 ml. puede contener 140 calorías. Si además, es acompañado como combinado con alguna bebida gaseosa o azucarada —soda, cola, lima-limón—, su nivel calórico, lógicamente, asciende.
EN CONCLUSIÓN
Las calorías del alcohol no son nutritivas, pero sí engordan. Y cuanto más graduación alcohólica tenga la bebida, mayor será su valor energético. Al igual que cuanto más azúcares contengan, mayor será su ingesta calórica.
Por consiguiente, la cantidad, frecuencia y la clase de bebida que se tome puede terminar afectando al peso corporal. Y lo que es aún peor: provocar una nutrición deficitaria, dado que el alcohol solo proporciona calorías vacías.
Su presencia en los casos de sobrepeso y obesidad está ampliamente documentada, de ahí que se considere un factor de riesgo importante. Lo que se suma a la infinita lista de afecciones y trastornos que provoca esta sustancia depresora, además de los múltiples accidentes graves que ocasiona, como los accidentes de tráfico.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Higuera-Sainz, J. L. & Alt. (2017). El consumo de alcohol como factor de riesgo para adquirir sobrepeso y obesidad. Recuperado de https://bit.ly/3IwGKUw
- Rodríguez de Rivera, J. (2019). Estas son las 5 bebidas alcohólicas que menos calorías tienen. Recuperado de https://bit.ly/3rLSOKH
- Zamorano Jones, Raimundo (2015). Impacto de lanzar una cervezas con 50 calorías y que las señale en el empaque. Recuperado de https://bit.ly/3nVhAqV
Deja una respuesta