Adicción: ¿hábito o enfermedad?
Durante la niñez y la adolescencia los padres juegan un papel fundamental en el desarrollo de los valores sociales y la adopción de actitudes prosociales y estilos de vida saludables. Pero esto tiene poco que ver con la adicción -catalogada como enfermedad por la propia Organización Mundial de la Salud ya en 1952-, para el desarrollo de la cual existe una vulnerabilidad genética que da lugar a una disfunción neuronal.
Caso aparte es la importancia del ambiente familiar para transmitir a los hijos la educación, enseñanza y valores adecuados que quizás los mantienen alejados de las drogas. Pero el desarrollo de la adicción no dependerá de ninguno de estos factores como hemos señalado anteriormente.
Un estudio de seguimiento de cinco años reveló que los adictos que superaban la enfermedad contaban con respaldo familiar. De igual forma, algunos autores asocian las relaciones familiares disfuncionales con el mantenimiento del consumo de drogas. Así, parece que la ausencia de apoyo familiar, la disfuncionalidad de las relaciones y la falta de habilidades para resolver problemas con los hijos tienen relación con el consumo de drogas -que no con ser enfermo adicto-.
Consumo de drogas en la adolescencia
Existe suficiente información para sostener que los adolescentes son los más vulnerables al consumo de sustancias legales, ilegales y drogas médicas; ya que su identidad se encuentra en formación durante esta etapa, además de la variación de estados de ánimo que los sensibiliza a experimentar y a buscar nuevas sensaciones.
El entorno familiar es el principal ambiente de inicio del consumo de bebidas alcohólicas, (36.5% de los casos), seguido de los amigos del barrio (24.3%) y los compañeros de estudio (23.8% de casos). En lo que respecta a la tasa de incidencia anual de alcohol, cada año más de 230.000 escolares se inician en el consumo de bebidas alcohólicas.
En conclusión, factores familiares como la presencia de relaciones conflictivas entre los padres, la relación de baja calidad entre ellos y el adolescente, una percepción deteriorada del adolescente respecto a ellos, la carencia de refuerzo positivo, la resistencia del joven a asimilar los valores transmitidos y la ausencia de límites en su educación, son variables familiares asociadas al consumo de drogas.
Tratamiento de recuperación
La adicción es una enfermedad mental crónica, para la que existe tratamiento de recuperación. No se deja de ser adicto, pero se trata la enfermedad para apaciguar sus síntomas y aprender a vivir una vida plena alejado de las drogas.
El camino más eficaz en la recuperación de adicciones es el seguimiento de un tratamiento terapéutico especializado en este ámbito. Superar la adicción supone un proceso de comprensión de la enfermedad, aceptación, cambios de comportamiento y de actitudes que requiere mucha implicación tanto por parte del paciente como del equipo terapéutico.
Durante el tratamiento en Instituto Castelao se trabaja para modificar conductas y comportamientos desadaptados socialmente mediante terapias cognitivo-conductuales, coordinadas por terapeutas adictos recuperados y con años de experiencia en el sector.
Trabajar el autoanálisis, la reparación de daños, la autoaceptación y la autoestima, así como fomentar el crecimiento personal en general facilita el camino hacia la recuperación.
Referencias bibliográficas
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López-Torrecillas, F.; Bulas, M.; León-Arroyo, R.; Ramírez, I. (2003). Influencia del apoyo familiar en la autoeficacia de los drogodependientes. Revista adicciones. 17(3), pp.241-249. ISSN: 0214-4840.
Redactora de comunicación y Community Manager en el Instituto Castelao.
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