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Las drogas de síntesis suelen ser un tipo de sustancias psicoestimulantes del sistema nervioso. Si bien existen otras menos populares con un marcado perfil alucinógeno o depresor. Su gran diversidad no deja de crecer y va más allá de anfetaminas o el éxtasis. Repasamos los tipos de drogas de diseño más populares, su historia y sus efectos en nuestra salud física y psíquica.
LA TRAMPA DE LAS DROGAS DE DISEÑO O SINTÉTICAS
El consumo de drogas estimulantes viene de tiempos ancestrales. Principalmente, por el uso de sustancias naturales o productos químicos que refuercen el rendimiento físico y la agilidad mental. Entre los jóvenes es habitual recurrir a sustancias tóxicas, como las drogas de diseño, para alcanzar esa meta de contrarrestar el cansancio. O bien, de disfrutar de un ocio nocturno prolongado y excitante.
Sin embargo, el problema que surge del consumo de sustancias psicoactivas estimulantes estriba en sus devastadores efectos adversos. Porque, si sus efectos energizantes son potentes, sus daños en la salud física, psicológica y social de los usuarios de drogas estimulantes son igual de intensos.
Ahora bien, la clasificación de drogas estimulantes del sistema nervioso central engloba a sustancias como la cocaína, las anfetaminas, el éxtasis y otras drogas de síntesis. Es decir, fabricadas expresamente en laboratorios —clandestinos— con productos químicos diversos.
En concreto, las drogas de diseño, en su mayoría, poseen una estructura química semejante a la de las anfetaminas. Muchas se reconocen con facilidad, debido a su presentación en forma de comprimidos llamativos: por su colorido, sus diseños o sus logos. Lo que las hace parecer más inofensivas de lo que realmente son. En realidad, estas drogas aceleran muchas funciones orgánicas, puede provocar ansiedad o agitación y su consumo puede generar adicción.
Ahora bien, no todas las drogas de síntesis son sustancias estimulantes. Algunas pueden ser depresoras o alucinógenas. Pero las más populares y las que provocan mayores dependencias son las primeras, como se verá más adelante.
Con todo, lo más preocupante sobre las drogas de diseño es la edad tan precoz a la que empiezan iniciarse en su consumo en nuestro país: alrededor de los 15 años. Lo que las convierten en un peligro para la salud pública.
QUÉ SON LAS DROGAS DE DISEÑO
Cuando hablamos de drogas de diseño o sintéticas nos referimos a sustancias psicoactivas sintetizadas a partir de productos químicos desechados por la industria farmacéutica. Aunque también se incluyen sustancias ya conocidas, como psicofármacos de venta legal, a las que se les ha modificado considerablemente su estructura. En cualquier caso, se tratan de sustancias tóxicas consumidas con fines recreativos.
Por lo general, estas drogas de abusos se crean en laboratorios clandestinos. Se comercializan de suerte ilegal, junto con otros fármacos legalizados. Aunque, en muchas ocasiones, se ingresan en los países bajo la categoría de insumos químicos y se venden como euforizantes legales. O también, se comercializan como sales de baños o abono para plantas.
Al ser drogas sintetizadas constantemente bajo nuevas formas o estructuras químicas, pueden burlar fácilmente los controles de drogas gubernamentales.
Como referencia para su clasificación podemos tomar la definición que proporciona la Oficina de las Naciones Unidas para Drogas y Crimen (UNODC). Según esta, las drogas sintéticas ilegales abarcan a aquellas sustancias psicoactivas no listadas en las convenciones de los años 1961 relativas a las drogas narcóticas; ni a la convención de 1971 para los psicotrópicos. No obstante, la lista de las drogas de diseño ilegalizadas no para de aumentar en los últimos años.
Aunque muchas veces se conocen a las drogas de diseño por sus efectos estimulantes, también pueden producir efectos alucinógenos o inhibidores.
BREVE HISTORIA DE LAS DROGAS DE DISEÑO
Su origen está en la fabricación de las anfetaminas y del éxtasis o 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA). La anfetamina fue sintetizada en el 1887 y comercializada como remedio para la congestión nasal y, posteriormente, como antidepresivo, desde 1930. Años más tarde sería empleada por muchos ejércitos para disminuir la fatiga y entre la población civil para aumentar su productividad o su estado de ánimo. Pero serían los años 60, con la revolución hippy, cuando comenzase su consumo como droga de abuso recreativa.
Actualmente las anfetaminas no tienen casi presencia en la industria farmacéutica y son escasas las que se venden de forma legalizada. La gran cantidad de esta sustancia que se consume hoy es sintetizada de forma ilegal en laboratorios clandestinos.
Con todo, la importancia de las anfetaminas radica en que sirvió de base para el desarrollo de la mayoría de las drogas de diseño.
Como el éxtasis, uno de los primeros derivados de las anfetaminas y una de las drogas de síntesis más consumida en la actualidad. Su historia va en paralelo con la historia de las anfetaminas, al menos hasta los últimos años del siglo XX.
EL ÉXTASIS: LA DROGA DE DISEÑO POR EXCELENCIA
Si bien surge a principio del siglo pasado como fármaco para disminuir el apetito, no sería utilizada a modo terapéutico hasta 1953. Con una estructura química y acción farmacológica muy similares a la anfetamina, sobre todo desde los años 60 comienza a emplearse con fines terapéuticos, dados sus efectos psíquicos de aumento de la autoconfianza, la capacidad de comunicación y la mejora del cansancio.
Sin embargo, sería a partir de los años 80 cuando da el salto a las reuniones socioculturales y las fiestas universitarias. Y de allí al resto de la sociedad, donde es consumida como droga recreativa, especialmente asociada al ocio de fin de semana. A finales de los 80 el MDMA se había tornado la droga de moda, vinculada a la vida nocturna y las fiestas multitudinarias de música electrónica raves. En España, concretamente, fue la droga estrella de la famosa ruta del bakalao. En dichas fiestas y discotecas el consumo de éxtasis era casi obligado.
Hasta 1985 fue una droga legal. Sin embargo, su alto potencial de abuso, los estragos que estaba causando entre los jóvenes y el comprobar que carecía de capacidad terapéutica, llevaron a ilegalizarla en EE. UU. Decisión respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1986, que declaró esta sustancia como ilícita y peligrosa. Prohibiéndose, por tanto, su fabricación, comercialización y uso en todo el mundo.
Sin embargo, como suele ser habitual en estos casos, la prohibición no hizo más que expandir el negocio del tráfico de esta y otras drogas de diseño derivadas. Así, en lo que va de siglo XXI, las drogas sintéticas proliferan en el mercado de estupefacientes. Sus bajos precios y su venta en puntos vitales del ocio nocturno juvenil las convierten en sustancias de abuso asequibles y accesibles para los adolescentes y los jóvenes.
En muchos casos, las nuevas drogas sintéticas fueron diseñadas inicialmente por la investigación farmacológica, con fines terapéuticos. Pero sus efectos secundarios impidieron que finalmente se autorizasen para el uso médico.
7 TIPOS DE DROGAS DE DISEÑO
A continuación compartimos un pequeño listado de tipos de drogas de diseño. Por supuesto, no están todas las que son, pero son todas las están. Aunque algunos de estos nombres puedan parecer de lo más extravagantes y desconocidos, se trata de agrupaciones basadas en la estructura química de las drogas. Dentro de cada grupo, seguramente, encontraréis sustancias sintéticas conocidas.
ÉXTASIS
Sigue siendo una de las drogas sintéticas más populares y demandadas por la sociedad. Su consumo se produce en todas las capas sociales, aunque con mayor proporción entre las clases medias o altas. El perfil del consumidor medio es el de varón de 18 a 24 años, sin historial de problemáticas familiares o vulneración social.
Se consumen sobre todo los fines de semana y acompañado por otras sustancias psicoactivas. Su uso está asociado a una actividad de ocio nocturno frenética y a accidentes de tráficos, muchos de ellos, con consecuencias mortales.
Sus efectos comienzan a sentirse a la media hora de su consumo, duran 1 hora en su apogeo y desaparecen en menos de 4 horas. Sus propiedades son un punto intermedio entre las anfetaminas y los alucinógenos. Es decir, presenta ambos efectos, pero en menor grado. Asimismo, provoca alteraciones en las emociones de sus consumidores, volviéndolos más afectivos, alegres, comunicativos y más sensuales o sexuales.
Se comercializa en forma de pastillas muy atractivas para la vista. No revisten una única composición, sino que además del MDMA incluyen sustancias derivadas, anfetaminas, ketamina, LSD, cocaína o cafeína,… De ahí que resulten tan tóxicas para el organismo: porque el efecto del MDMA se ve potenciado por los demás productos químicos que lleva.
Existen otras sustancias muy análogas al éxtasis, como la metilanfetamina, popularmente llamada Speed o cristal.
ÁCIDO GAMMAHIDROXIBUTIRATO (GHB)
Una de las drogas de abuso recreativas más utilizadas por sus rápidos efectos depresores euforizantes y sedativos. Fue sintetizada por primera vez en 1960 y utilizada como anestesia. Sin embargo, sus efectos adversos —como la elevada capacidad epileptógena— desautorizaron su uso médico y hoy se considera una sustancia ilegal. En la actualidad, tiende a comercializarse en contextos juveniles de ocio nocturno como discotecas o fiestas raves.
Como droga recreativa, se presenta en forma líquida para uso por vía oral. Suele consumirse mezclada con otros líquidos como zumos o alcohol. Actúan sobre los neurotransmisores dopaminérgicos alterando su actividad a los pocos minutos de ser consumida. Sus efectos duran entre 2 y 6 horas, dependiendo de la dosis consumida. Puede producir reacciones como agitación, temblores o convulsiones e incluso inducir al coma de corta duración. O, en casos más excepcionales, a la muerte por sobredosis.
Aparte de los riesgos que ya acarrea de por sí para la salud, su mayor problema es que se consume acompañada de otras drogas. Tanto legales —alcohol o tabaco— como, sobre todo, ilegales —THC, cannabis, alucinógenos, cocaína y otras drogas de diseño.
CANNABILOIDES DE DISEÑO
Si bien se la suele considerar marihuana sintética, no lo es: sus efectos son mucho más potentes que los del cannabis auténtico. A nivel fisiológico, interactúan con los receptores de la marihuana en el cerebro, pero se sospecha que actúan con otros distintos. Sea como sea, lo que está claro es que sus efectos son mucho más intensos debido a la gran cantidad de componentes químicos que incluyen.
Desde su aparición en la escena de las sustancias psicoactivas, cerca del 2009, su consumo no ha dejado de crecer. De hecho, constituyen el negocio más lucrativo del mercado del narcotráfico dentro del grupo de las llamadas nuevas sustancias psicoactivas. Entre los cannabiloides sintéticos más populares destacan el Spice o K2.
Motivo por el cual su existencia y popularización alarma a las autoridades sanitarias y se la concibe como una de las mayores amenazas de salud pública. Y es que entre sus efectos adversos más reiterados se encuentran los cuadros de delirium, con convulsiones o sin ellas.
OPIOIDES SINTÉTICOS
Aunque suelen ser derivados de los opioides legales, sus efectos tóxicos y adictivos resultan mucho mayores. Y, por consiguiente, peligrosos. Algunas de estas drogas proceden del fentanilo —como el furanilfentanilo— y entre ellas se encuentra el carfentanilo, el opioide más potente que existe.
En algunos países, como EE.UU. o Canadá, el policonsumo de estos opioides en combinación con la heroína ha causado un aluvión de muertes por sobredosis.
FENETILAMINAS PSICODISLÉPTICAS
Bajo esta denominación se hallan drogas sintéticas de carácter alucinógeno. Las más comunes son las llamadas Sonrisas, Ácido legal o 25I. En realidad, se trata de sustancias alucinógenas legales, pero más potentes que el clásico LSD. Actúan sobre los receptores de serotonina del cerebro, como otros alucinógenos.
En cuanto a su forma de presentación, se encuentran en formato en polvo, líquido, sobre papel secante o en productos comestibles. Siendo su vía de administración, puede administrarse por vía sublingual, aplicado sobre labios o encías, inhaladas o por vía ocular aplicándose papel secante empapado en la sustancia.
Sus efectos no son inmediatos, suelen tardar unas 2 horas en aparecer, pero pueden durar hasta 10 horas. Precisamente, la tardanza en hacer efecto puede llevar a los usuarios a caer en el error de aplicarse más dosis. Lo que, lógicamente, conlleva un gran riesgo de mortalidad por sobredosis.
BENZODIACEPINAS DE DISEÑO
Se comercializan principalmente a través de internet. Aunque pueda parecer que están vinculadas con la industria farmacéutica, su uso medicinal no está comprobado fehacientemente. Por lo tanto, su consumo y su comercialización no se han aprobado en ningún país.
Entre las benzodiacepinas sintéticas más conocidas están diclazepam, flubromazepam, pyrazolam o clonazolam.
CATINONAS SINTÉTICAS
Otro de los grupos de drogas de síntesis más populares y de reciente aparición —en la segunda década de este siglo. Se trata de sustancias muy estimulantes del sistema nervioso. Detentan una enorme diversidad, ya que estas pastillas están compuestas por unos 50 componentes químicos distintos mezclados con la catinona. Esto es, el alcaloide hallado en las planta Khat, y cuya estructura química es similar a la de las anfetaminas.
Suelen comercializarse bajo la etiqueta de fertilizantes o sales de baño. Si bien, también pueden encontrarse como paloma roja, seda azul, séptimo cielo, cielo de vainilla y cara cortada, entre otros nombres sugerentes. Se vende sobre todo por internet. Muchos consumidores las confunden con el éxtasis, ya que químicamente se asemaja al MDMA o las anfetaminas. Pero llevan añadidos otros componentes a mayores, no siempre conocidos, lo cual supone un serio peligro.
La catonina sintética más frecuente es la MDPV —3,4-metilenedioxipirovalerona—, cuyos efectos en las terminaciones cerebrales dopamínicas resultan 10 veces más potentes que la cocaína. De ahí que genere mucha adicción. Su modo de consumo es muy versátil: por vía oral, vía intravenosa o inhalación. Las formas de consumo por vía intravenosa o vía nasal son las más mortales.
CONSECUENCIAS DE LAS DROGAS DE DISEÑO
La gran cantidad de productos químicos que poseen, unido a la falta total de higiene en los espacios donde se fabrican, las convierten en sustancias altamente tóxicas. No obstante, los fabricantes clandestinos alteran constantemente su fórmula química para burlar los controles de la ley. Lo que dificulta saber a ciencia cierta qué efectos y consecuencias negativas provocan cada una de estas drogas.
Asimismo, los consumidores de estas sustancias psicoactivas tienden a presentar un cuadro de policonsumo. Es decir, no solo toman drogas de diseño, sino que combinan su uso con otro tipo de drogas —alcohol, tabaco, heroína, cannabis, diferentes drogas de síntesis, etc. Motivo por el cual resulta muy complicado delimitar los efectos adversos de cada sustancia sintética.
Con todo, el historial de hospitalizaciones por consumo excesivo de estas drogas de abuso, deja claro que su ingesta no resulta beneficiosa para nadie. Intoxicaciones moderadas, agudas y muerte por sobredosis están a la orden del día entre sus consumidores habituales o esporádicos.
Se sabe que, debido a sus acciones farmacológicas y su alta toxicidad, las drogas de diseño —y principalmente el éxtasis o MDMA— perjudican el funcionamiento del sistema nervioso central. Además de causar un gran daño neuronal en los consumidores habituales de estas sustancias y cambios fisiológicos y psicológicos importantes. Todo ello consecuencia de la disminución de la función de la serotonina que provocan las drogas de síntesis.
En cuanto a los episodios de intoxicación, ya sea por consumo esporádico o por consumo habitual excesivo, los síntomas más reiterados son:
- En intoxicación moderada son: náusea, vómitos, debilidad, taquicardia, hipertensión, y agitación. Incluso se registran casos de estados de “delirium excitado”, con agitación corporal y mucho sudor.
- Por intoxicación severa presenta arritmias cardiacas, infarto de miocardio, psicosis, depresión respiratoria, hipertermia, convulsiones, coma, e inclusive la muerte.
LAS DROGAS DE DISEÑO Y SU RIESGO PARA LA SALUD PÚBLICA
No obstante, el gran riesgo de las drogas de diseño reside en que crean dependencia. Una más que otras, pero especialmente aquellas que son psicoestimulantes su uso puede derivar en adicción; ya que el organismo se habitúa a ellas y exige mayores dosis para sentir los efectos primigenios.
En este sentido, los daños que causan —con trastornos psiquiátricos incluidos— están más que demostrados. Ansiedad, trastornos depresivos y angustias, problemas de hígado, aparición de hemorragias o coagulación de la sangre y daños cerebrales irreversibles, entre otros.
Sin embargo, no parece que sus consumidores sean conscientes de todos los riesgos que entrañan las drogas de síntesis. De hecho, las edades de iniciación al consumo de estas sustancias se encuentran entre los 14 o 15 años, como lo confirman las investigaciones españolas de ESTUDES o EDADES. Mientras que su demanda cada vez es mayor; a juzgar por la gran cantidad laboratorios clandestinos existentes y la cantidad de sustancias que se comercializan.
Por lo demás, se comprueba que la existencia de la falsa creencia de que estas drogas son inocuas y, en ellas, todas son ventajas. No provocan sensación de bienestar, seguridad personal, mayor rendimiento físico o mental, sin que produzcan otro tipo de riesgos en sus consumidores. Riesgos que no solo atañen a la salud a medio o largo plazo, sino también a su seguridad física mientras están bajo sus efectos. Toda vez que pueden llevar a tener accidentes de tráfico, accidentes fortuitos, mantener relaciones sexuales de riesgo, etc.
Quizás el factor más influyente en su consumo, además de la presión social, sea su bajo precio, lo que permite a los adolescentes adquirirlas por poco dinero. Otro factor, sin duda, es su venta en puntos de reunión de jóvenes donde disfrutar de su ocio, como las discotecas y los festivales veraniegos.
Todos estos datos, en su conjunto, ofrecen un panorama social preocupante, donde las sustancias psicoactivas siguen desempeñando un papel destacado. Su presencia en las calles de nuestra ciudades, unido a su gran diversificación, hace de las drogas de diseño una seria amenaza para la salud pública de nuestro país.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Colado, M. I. (2008). Éxtasis (MDMA) y drogas de diseño: estructura, farmacología, mecanismos de acción y efectos en el ser humano. Trastornos adictivos, 10(3). Recuperado de https://bit.ly/3z0Pxu7
- Comba, C. J. (2015). Drogas de Diseño y su Identificación. Skopein: La justicia en manos de la Ciencia, 10 (3). Recuperado de https://bit.ly/2SIl9nq
- Empendium (S/F). Drogas de diseño. Recuperado de https://bit.ly/2SFfi2d
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
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