¿Cuáles son los principales tipos de adicciones?
Las conductas adictivas están controladas por reforzadores positivos (el placer al ejercer la conducta en sí) pero termina siendo controlada por reforzadores negativos. Una adicción conductual es toda conducta repetitiva que resulta placentera y que genera una pérdida de control en el sujeto (más por el tipo de relación que el sujeto establece, que por la conducta en sí) generando consecuencias graves en la vida de la persona y su entorno. Entre las tipologías de adicciones podemos distinguir las adicciones químicas (o a sustancias psicoactivas) y las adicciones conductuales o sin sustancias.
Desde una perspectiva clínica, ciertas conductas se consideran adicciones por producir cambios fisiológicos en el cerebro.
Adicción al Juego
El juego patológico es la adicción conductual más frecuente en nuestra sociedad, y la que genera más demanda terapéutica. El ludópata se caracteriza por la incapacidad para controlar su impulso a jugar y depender del juego en su vida diaria. En España, esta adicción se centra fundamentalmente en las máquinas tragaperras, entre otras cosas por factores como: bajo importe de las apuestas con posibilidad de ganancias cuantiosas, brevedad del plazo transcurrido entre la apuesta y el resultado, manipulación personal de la máquina que genera ilusión de control, tensión emocional y activación psicofisiológica causada por las luces y el sonido de la máquina.
Adicción al trabajo
La adicción al trabajo o laborodependencia se caracteriza por una implicación progresiva y excesiva en la actividad laboral, perdiendo el control respecto a los límites del trabajo cosa que influye negativamente en la vida cotidiana, tanto en relaciones sociales como laborales, estado de ocio y de salud. Esta sobreimplicación laboral responde al ansia o necesidad de la persona más que a las necesidades objetivas del trabajo. Las cuatro características que definen esta adicción son: elevada implicación en la actividad laboral; impulso a trabajar por presiones personales o internas; poca capacidad para disfrutar de la tarea realizada y búsqueda de poder o prestigio.
En el adicto están en juego la autoestima y el reconocimiento social. Experimentan síntomas como negación del problema, distorsiones cognitivas de la realidad, necesidad de control, baja tolerancia al “no”, y síntomas de abstinencia. Las consecuencias negativas en estas circunstancias son varias: relaciones familiares deterioradas, aislamiento social, pérdida del sentido del humor, desinterés por las relaciones sociales, debilitamiento de la salud y estrés. En definitiva, la calidad de vida es deficitaria y el tiempo libre muy reducido.
Podemos diferenciar la dedicación intensa al trabajo de la laborodependencia porque las personas no adictas disfrutan con el trabajo, son productivas, lo compaginan dedicándose también a su vida personal y social, y los períodos de sobreimplicación laboral responden a una demanda objetiva y temporal del mismo.
Adicción al sexo
La adicción al sexo es un exceso desbordante de deseos y conductas sexuales que el sujeto es incapaz de controlar. Esto conlleva una conducta sexual frecuentemente breve y poco satisfactoria que se repite en cortos intervalos de tiempo.
Lo que aparece en primer plano es una conducta sexual irrefrenable que genera principalmente el alivio de un malestar interno. Son conductas no deseadas que generan consecuencias muy negativas en el sujeto: físicas –enfermedades de transmisión sexual-, psicológicas –sentimientos de culpa y vergüenza, ruptura matrimonial no deseada, daño a los hijos, autoestima devaluada, soledad, etc-, y sociales –pérdida de empleo y/o devaluación de estatus socioeconómico-.
En cualquier caso esta enfermedad lleva a un abandono de las obligaciones familiares, sociales y laborales.
En cuanto a las adicciones a sustancias psicoactivas o drogas hemos dedicado diversos posts de este blog al respecto.
¿Cuáles son las adicciones más comunes en los adolescentes?
Adicciones conductuales
Las adicciones más comunes en adolescentes actualmente son adicciones comportamentales: adicción al juego, al teléfono móvil y a Internet.
Las primeras estimaciones apuntan que un 21% de los adolescentes de entre 14 a 18 años realizan un uso compulsivo de Internet. Un 36% de profesores indican que Internet está mermando el rendimiento de los alumnos; el 42,5% de ellos señalan que los alumnos usan muy a menudo el móvil en el recreo o en los descansos en lugar de relacionarse con sus compañeros.
El 24% de la población dedica más de dos horas al día a Internet en días laborables, cifra que aumenta hasta un 30% los fines de semana. Concretamente hay un 17,5% de población que dedica de 2 a 3h diarias a Internet (en cuestiones de ocio), un 4,2% que dedica entre 4 y 5h diarias a la red, y un 2,1% que dedica más de 6h al día.
Las adicciones sin drogas en algunos casos funcionan como conductas sobreaprendidas que traen consigo consecuencias negativas y se adquieren por repetir conductas -que resultan agradables- reiteradamente. En otros casos surgen como estrategias de afrontamiento inadecuadas para encarar problemas personales. Pero sea como sea, merman las capacidades del sujeto y crean síndrome de abstinencia.
Adicciones químicas
El consumo de sustancias entre jóvenes y adolescentes es un problema creciente en nuestra sociedad que se relaciona con lesiones y accidentes graves, discapacidad y trastornos psiquiátricos, entre otros.
En cuanto a adicciones a sustancias, el reciente estudio de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, confirma que el alcohol sigue siendo la droga más consumida por los menores, siendo la edad promedio de inicio los 13 años y la edad más baja de consumo los 8 años. Un 25% de estudiantes declara haberse iniciado en la ingesta de alcohol entre los 8 y los 11 años. El 50% de ellos empezaron a beber entre los 12 y 14 años.
Un dato relevante es que el 80% de los jóvenes involucrados en el consumo de sustancias proceden de familias en las que alguno de sus miembros tiene antecedentes de abuso de tóxicos.La tercera sustancia más consumida por adolescentes es el Cannabis –después del alcohol y el tabaco- (consumido por un 26% de jóvenes) seguido de los hipnosedantes (con y sin receta). Las nuevas sustancias psicoactivas alcanzan a un 3% de la población, la cocaína al 2,5% y el éxtasis y las anfetaminas a un 1,6 y 1,2% respectivamente.
Bibliografía
Fernández-Montalvo, J., y López Goñi, J.J. (2010). Adicciones sin drogas: características y vías de intervención. Research Gate, Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos.
Tena Suck, A., Castro Martínez, G. et al. (2018). Consumo de sustancias en adolescentes: consideraciones para la práctica médica. Med Int Méx. 34(2), pp.264-277.
Grupo Mediforum (2018). Alcohol y tabaco, a la cabeza en prevalencia de consumo de drogas en jóvenes. Recuperado de: https://www.consalud.es/pacientes/alcohol-y-tabaco-a-la-cabeza-en-prevalencia-de-consumo-de-drogas-en-jovenes_53524_102.html
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