Desde una perspectiva etiológica, el juego patológico es una enfermedad multicausal en la que intervienen factores de riesgo ambientales -género, edad, nivel socioeconómico, estudios, disponibilidad y oferta de juego, etc-, psicológicos y biológicos.
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¿Qué es ludopatía?
Existe un amplio consenso en la comunidad científica y profesional respecto a la consideración de la ludopatía como enfermedad adictiva, en base a los fenómenos neurobiológicos que presenta el paciente.
Los límites para considerar una actividad de juego perjudicial o patológica pueden ser polémicos. En principio, se considera enfermedad cuando aparece la dependencia psicológica y los efectos perjudiciales de dicha actividad. Estaríamos hablando de una adicción conductual.
Desde un punto de vista neurológico una estimulación eléctrica de algunas regiones del encéfalo produce un efecto reforzador. Una parte esencial de los circuitos de recompensa se constituye por neuronas dopaminérgicas. Normalmente los circuitos de recompensa se estimulan con conductas de supervivencia como comer, beber, mantener la temperatura corporal, la actividad sexual o las relaciones sociales.
Pero estas zonas de recompensa pueden ser estimuladas por otras conductas o sustancias, como en el caso de consumo de drogas o la realización de conductas adictivas. El jugador patológico lleva a cabo una actividad repetitiva autoestimuladora, que genera la sensación progresiva de necesitar más cantidad de ese estímulo, hasta que pierde el control de los impulsos y desarrolla una adicción relacionada con el juego: padece ludopatía.
Síntomas y consecuencias de la adicción al juego
La dependencia psicológica se manifiesta mediante el deseo, ansia o pulsión irresistible –craving-, polarización atencional, modificación del estado de ánimo –sensación creciente de tensión que precede el placer o alivio mientras se mantiene la conducta; o agitación e irritabilidad si no es posible satisfacerla- y la pérdida de control e impotencia.
En cuanto a los efectos, para considerarlos perjudiciales, deben ser problemas graves y alterar el ámbito intrapersonal –experimentar malestar- e interpersonal –trabajo, estudios, problemas legales, problemas económicos, ocio, relaciones sociales y familiares-. Además, estos síntomas deben evidenciarse durante un periodo de tiempo continuado.
Comorbilidad o asociación con otros trastornos
El juego patológico se asocia frecuentemente con otros trastornos, pero no es necesario padecer un trastorno mental o un trastorno de personalidad para llegar a ser adicto. Hay circunstancias en la vida que pueden ser un factor de riesgo para entrar en contacto con la sustancia o conducta adictiva, pero esto no implica desarrollar la enfermedad de la adicción. Estados depresivos, ansiedad, sentimientos de soledad o de pérdida pueden fomentar las ganas de consumir o crear aparente necesidad de jugar, pero no son determinantes en la adicción, que como sabemos, se desarrolla por varios factores entre los cuales se encuentra una disfunción neuronal.
Datos
Los españoles en 2006 jugamos más de 28.000 millones de euros y en 2007 más de 30.000. De estas cifras, el 40% corresponde a lo gastado en máquinas tragaperras.
El Anuario del juego en España en 2018 señala que el sector de los juegos de azar en España representa un gasto de más del 0,9% del PIB. En 2017 los sujetos jugadores invirtieron aproximadamente 42.000 millones de euros en dicha actividad, la cifra más alta jamás registrada.
No es fácil determinar con exactitud cuántas personas sufren esta enfermedad pero se estima que la cifra alcanza en España a un 3% de la población aproximadamente, siendo la adicción a las máquinas tragaperras la que suscita más demandas de tratamiento.
Casi un 70% de jugadores patológicos en España son varones. Los grupos de edad más afectados por esta enfermedad son de edades comprendidas entre 25 a 34 años y de 55 a 64 años, que en 8 de cada 10 casos son conscientes del problema en ambos grupos –según el “Estudio sobre prevalencia, comportamiento y características de los usuarios de juegos de azar”, coordinado por la Dirección General de Ordenación del Juego-.
La edad media de riesgo de inicio está en los 19 años con las máquinas de juego como instrumento de iniciación y principal fuente de problemas.
Modalidad más empleada
La forma presencial de participar en juegos de azar es la forma más habitual de juego patológico: juegos en casas de apuestas, máquinas de juego/ tragaperras, juegos en casinos, concursos, apuestas deportivas y/o juegos de cartas con apuesta económica. Aunque en la última década se ha producido un aumento de casi un 20% de los juegos de azar online. Además aumenta el gasto en juegos de azar online a medida que se incrementa el nivel de patología hacia el juego, como es obvio.
En la actualidad, la prevención de adicciones en España se orienta básicamente a las personas cuando también debería dirigirse a reducir los factores de riesgo y promover los factores de protección en el entorno . La prevención se enfrenta a nuevos retos: las nuevas formas de adicción sin sustancia -especialmente el juego patológico-, la percepción de normalidad respecto al consumo de alcohol y cannabis por parte de menores, las presiones hacia la legalización de ciertas drogas o la aparición continua de nuevas sustancias psicoactivas son aspectos que necesitan respuestas.
Además, las medidas respuestas preventivas tienen que adaptarse a los nuevos contextos y formas de relación de la sociedad -y por tanto contextos en que se producen los consumos- aprovechando las oportunidades que estos contextos –como las redes sociales, por ejemplo- ofrecen para fomentar la prevención del consumo.
Bibliografía
Carbonell, X., Talarn, A., Beranuy, M., Oberst, U., y Graner, C. (2009). Cuando jugar se convierte en un problema: el juego patológico y la adicción a los juegos de rol online. Aloma, Revista de Psicología. ISSN: 1138-3194.
Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas. Ministerio d Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
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