Los efectos de cada droga en el cerebro son distintos dependiendo de la sustancia adictiva de la que hablemos. Por ejemplo, el Cannabis retrasa el tiempo de reacción, deteriora las facultades para juzgar el tiempo y la distancia y disminuye la coordinación motora. Por su parte, los conductores que han consumido cocaína o metanfetaminas pueden ser imprudentes y agresivos al volante.
Contenidos
Marihuana al volante
Investigaciones científicas han demostrado que el consumo de marihuana merma las facultades en la conducción incluyendo el aumento de hacer zig zags, no poder reaccionar a tiempo y/o no poner atención a la carretera. Determinar la influencia de cada droga al conducir es complicado debido a que en general suelen mezclarse varias sustancias. Pero son evidentes los efectos negativos de las mismas al volante.
Según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud de 2014, se calcula que 10 millones de personas declararon haber conducido después de consumir drogas ilícitas en 2013.
Después del alcohol, la marihuana es la droga encontrada con más frecuencia en la sangre de los conductores involucrados en colisiones. El riesgo asociado con la marihuana en combinación con alcohol, cocaína o benzodiacepinas es mayor que el que conlleva cada una de estas sustancias por separado –además es sabido que la marihuana genera adicción-.
El riesgo se duplica
Drogas y adolescentes
El consumo habitual de drogas se da cada vez más en jóvenes, y casualmente las colisiones de vehículos son la causa principal de muertes en el rango de 16 a 19 años de edad. Se calcula que una de cada cuatro muertes en carretera entre varones de 15 a 29 años es atribuible al abuso de alcohol. En cuanto a la diferencia de género en la conducción de riesgo, los varones jóvenes se ven involucrados en los accidentes con heridos; las mujeres muestran mayor grado de cumplimiento de la normativa de tráfico y mejor actitud ante la seguridad vial.
Existe evidencia científica de que la vida recreativa nocturna es un factor de riesgo para el consumo de alcohol y otras drogas por parte de los jóvenes. El fenómeno conocido como binge-drinking –consumo concentrado de alcohol de una sentada- y otras drogas es una práctica frecuente entre los jóvenes.
Según diversos estudios, los jóvenes varones consumen alcohol más frecuentemente y llevan a cabo más conductas de riesgo y mayor exceso de velocidad, posiblemente por la búsqueda de sensaciones nuevas. Asimismo a mayor grado de participación en la vida nocturna, más frecuencia de borracheras y de consumo de otras drogas que facilitan el riesgo vial. Por ello, se considera que aplicar medidas para disminuir la participación en la vida nocturna y/o limitar los consumos podría surtir efectos muy positivos a la hora de reducir la siniestralidad en la carretera.
Conducción y legalidad
La conducción bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas en España se regula en el artículo 379 del Código Penal. La Seguridad Vial es el bien jurídico protegido en este caso, encontrándonos ante un delito de peligro –es decir, para su punibilidad o castigo no se exige un resultado- con lo cual se penaliza la conduzca tipificada independientemente de que se haya causado daño. Aunque además del consumo de sustancias se exige la influencia de las mismas en la conducción, por tanto ante un positivo en el consumo de sustancias si no se constata su influencia en la conducción, sólo se explorará la vía administrativa de la conducta. Dedicaremos un post del Blog a la conducción etílica, debido a su importancia en la actualidad por ser un problema de salud pública permanente.
El factor humano es el principal elemento en la prevención de la accidentalidad debido al uso de drogas, por lo que las estrategias deben centrarse en la formación continua a través de la educación vial en la escuela, campañas puntuales, formación en autoescuelas y campañas masivas en los medios de comunicación facilitando información sobre drogas y sus consecuencias.
Bibliografía
- Calafat Far, A., Adrover Roig, D, Juan Jerez, M., y Blay Franzke, N. (2008). Relación del consumo de alcohol y drogas de los jóvenes españoles con la siniestralidad vial durante la vida recreativa nocturna en tres comunidades autónomas en 2007. Revista Española de Salud Pública, 82(3), pp. 323-331.
- Gómez, P. (2016). Educación vial: su aportación a la conducción sin drogas. Revista Española de Drogodependencias. 41(1), pp. 11-15.
- NIDA (National Institutoe on Drug Abuse). (junio 2016). Conducir bajo la influencia de las drogas. Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos.
Si un conductor usa estas sustancias de forma esporádica y da positivo aunque su consumo fuera ya algunos dias antes de un control de la policía como puede defenderse y probar de que no conduce bajo los efectos de esas sustancias porque es sabido del consumo segun estas pruebas pero no si sigue bajo los efectos de las mismas
Hola Ángel! Actualmente son varias las pruebas que se realizan de control de alcoholemia y drogas, por lo que si una da un resultado no esperado, puede realizarse otra de otro tipo (desde alcoholemia en aire, sangre o saliva -donde la presencia de drogas solo dura horas, y no días- hasta analizar el pelo o las uñas).
En cuanto a los efectos de la droga en la conducción, deben acreditarse en las capacidades psicofísicas del conductor: se testifica sobre los síntomas de consumo e irregularidades en la conducción del sujeto.
Gracias por tu comentario Ángel, esperamos haberte sido de ayuda.
¡Saludos!