Las respuestas dadas a encuestas sobre el hábito de consumo es obvio que no pueden generalizarse. El fenómeno de las drogodependencias es demasiado complejo para que una variable socioeconómica incida de la misma manera en el conjunto de la población; y con respecto a todas las sustancias y pautas de consumo. En coherencia con esta realidad, las propias investigaciones tienden a limitar su objeto de análisis a grupos y sustancias concretas.
Influencia del nivel de renta en el consumo
Si atendemos al factor nivel de ingresos y consumo de drogas y teniendo en cuenta esas precauciones, la mayor parte de los estudios examinados sí tienden a sostener que el nivel de ingresos individual y/o familiar guarda cierta relación con el consumo de drogas. Es decir, el nivel de ingresos incide:
- sobre la probabilidad de iniciarse en el consumo.
- de mantener determinados consumos a lo largo del tiempo.
- de implicarse con mayor o menor facilidad en prácticas de riesgo o de abandonar las trayectorias de consumo ya iniciadas.
Efectivamente, la mayor parte de los estudios revisados muestran evidencias que permiten considerar el nivel de renta como un factor que ejerce determinada influencia sobre el consumo de drogas en sus distintas facetas; si bien en conjunción con otras variables o modulado por ellas. En la edad adulta varias investigaciones coinciden en señalar que las personas con mayores ingresos tienden a beber con mayor frecuencia pero en menores cantidades. Lo que en principio puede interpretarse como una pauta protectora directamente derivada de un mayor nivel de renta; o, con mayor probabilidad, de los elementos que subyacen a una mayor disposición de renta.
La clave genética
¿Es explicable la adicción a las drogas mediante la simple asociación droga y cerebro?
La única forma de poder explicar el mantenimiento de una conducta adictiva es:
- atendiendo al caso del sujeto particular.
- las circunstancias históricas, contextuales y culturales que rodean su consumo de drogas.
Pero uno de los factores que en mayor medida justifican una dependencia es la predisposición genética. Esto es, la permeabilidad del organismo a la estimulación mediante una sustancia psicoactiva. Al entrar en contacto con éste, precipita el desarrollo de la enfermedad de la adicción.
¿Por qué ante una misma sustancia y ante una misma vía de administración hay personas que desarrollan una adicción, y personas que no?
Una disfunción neuronal, el condicionamiento genético, y otros factores determinan lo siguiente; entre dos hermanos (por ejemplo) que hayan seguido idéntica formación, empleo del tiempo libre, etc., cuando se ponen en contacto con una sustancia psicoactiva por primera vez uno desarrollará la enfermedad de adicción y el otro, probablemente, no. Es la información genética la que decanta no el primer consumo, sino la entrada en el mundo de la adicción con todas sus consecuencias.
La terapia cognitivo conductual
¿que es la terapia cognitivo conductual?
La cuestión clave es saber que la adicción tiene tratamiento y, llevando un riguroso régimen de rutinas y seguimiento terapéutico, se hace posible la recuperación plena del paciente. Conocer que es una enfermedad libera tanto al adicto como a las familias respecto al historial correspondiente de desastres y desamparo.
La terapia cognitivo conductual analiza la diferencia entre lo que deseamos hacer y lo que hacemos en realidad. Lo “cognitivo” tiene relación con lo que pensamos y lo “conductual» con el cómo actuamos. Cualquier adicción puede servir de ejemplo: las drogas, la adicción a Internet o a los videojuegos, al alcohol o a la comida, entre otras.
Lo habitual en un adicto es que, con frecuencia, diga que lo quiere dejar; pero, con similar reiteración, la realidad muestra que su comportamiento no acompaña sus buenos propósitos.
La adicción se puede definir, en general, como una conducta que se dirige al placer o a la reducción de malestar; y se manifiesta con un patrón que se compone de dos elementos:
- Un fallo recurrente en los mecanismos de control de la conducta.
- La realización de la misma conducta adictiva de forma repetitiva, pese a conocer sus efectos perniciosos.
Pasos a seguir
El primer paso para combatir una adicción es conocer con precisión los pasos anteriores y cambiar el proceso que solemos seguir de forma automática.
Básicamente, la terapia cognitivo conductual nos da un apoyo para cambiar la forma en la que pensamos y actuamos, para centrarnos en el momento actual: el aquí y ahora. La terapia posibilita dividir el problema en partes para ver qué efecto tiene cada parte en el drogodependiente y el modo como se conectan.
La labor propia del terapeuta, junto a su paciente, es:
- la de identificar patrones de conducta.
- situaciones en las que actuamos siempre igual y que derivan de patrones de pensamientos.
La siguiente fase consistirá en que el paciente practique diversas técnicas para hacer frente a los pensamientos y sentimientos y modificar, de esa forma, su conducta.
La terapia cognitivo conductual puede ser utilizada para multitud de supuestos que tengan que ver con las adicciones. En todos los casos se requiere un trabajo a medio o largo plazo; puesto que se trata de un aprendizaje de nuevas habilidades por parte del paciente que lleva tiempo y requiere un profundo esfuerzo y una gran fuerza de voluntad. Además, es preciso constatar que cuando una persona adicta busca la ayuda de un terapeuta, sus hábitos de consumo suelen estar muy interiorizados en la persona y es complicado modificarlos.
Terapia flexible
Esta terapia puede aplicarse de forma individual en sesiones con una persona; o de forma colectiva en sesiones de grupo; por lo tanto, se trata de una terapia psicológica muy flexible a diversas situaciones.
La terapia cognitivo conductual fue desarrollada como un método de prevención de recaídas en el tratamiento de problemas de alcohol y luego fue adaptada para adictos a la cocaína. Las estrategias de la conducta cognitiva se basan en la teoría de que los procesos de aprendizaje desempeñan un papel crucial en el desarrollo de patrones de conductas inadaptadas. Los pacientes aprenden a identificar y corregir conductas problemáticas mediante la aplicación de varias destrezas; que pueden usarse para interrumpir el abuso de drogas y abordar muchos otros problemas que suelen presentarse simultáneamente.
La terapia cognitivo conductual suele consistir en una serie de estrategias concebidas para mejorar el autocontrol y los esquemas cognitivos. Las técnicas específicas incluyen la exploración de las consecuencias positivas y negativas del uso continuado. El auto monitoreo para reconocer la compulsión por las drogas en una etapa temprana; tambien para identificar situaciones de alto riesgo para el uso. Asimismo la elaboración de estrategias para afrontar y evitar las situaciones de alto riesgo y el deseo de usar drogas. Un elemento central de este tratamiento es anticipar posibles problemas y ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
Destrezas duraderas
Las investigaciones indican que las destrezas que aprenden los pacientes a través de los enfoques de la terapia persisten después de terminar el tratamiento. En varios estudios, la mayoría de las personas que recibieron un enfoque de conducta cognitivo conductual conservaron los logros que habían obtenido en el tratamiento durante el año siguiente.
La investigación actual se centra en la forma de producir efectos aún más contundentes; mediante la combinación de la terapia cognitivo conductual con medicamentos para el abuso de drogas y con otros tipos de terapias.
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