En el estado de Minnesota, en el Medio Oeste de Estados Unidos, surgió en la década de los años cincuenta un modelo de tratamiento de adicciones. Este modelo, conocido como el método Minnesota, se ha utilizado para diseñar programas de rehabilitación del alcoholismo y otras drogas en todo el mundo.
Antecedentes del método Minnesota
Antes de la aparición de este modelo, el adicto, en aquel tiempo generalmente alcohólico, pasaba por un breve período de desintoxicación médica, para posteriormente ser ingresado en un hospital psiquiátrico.
El método Minnesota fue el resultado de los esfuerzos de los profesionales de los centros Pioneer House, Hazelden y Willmar State Hospital, quienes aunaron sus esfuerzos para desarrollar un sistema de ayuda y asistencia al adicto.
El método Minnesota introducía una serie de novedosas y en aquel entonces controvertidas modificaciones. Apostaba por un tratamiento integral, corto e intensivo, además de multidisciplinar, en el cual el adicto no se desligara de su entorno, sino que se apoyase en el mismo para superar la enfermedad. Una enfermedad, y esta era otra de las innovaciones del método, que no tiene cura, y de la cual no debíamos responsabilizar al adicto.
Alcohólicos anónimos
El método Minnesota parte de los conceptos del «Programa de los Doce Pasos», de Alcohólicos Anónimos. Debía estar formado por un equipo multidisciplinario de médicos, psiquiátricas, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras, sacerdotes… y también alcohólicos en recuperación, que debían llevar sobrios durante, al menos, los 5 últimos años de manera ininterrumpida. Gracias a esto se descubrió que entre ellos se creaba un vínculo que facilitaba la puesta en común tanto de problemas como de lecciones aprendidas. Esto se traducía en cambios positivos.
La figura del terapeuta
Al igual que los profesionales, los terapeutas en el método Minnesota deben tener empatía y fe en la recuperación de los adictos. De esta manera compensan su carencia de conocimientos y técnica con actitud e identificación.
Dentro de la figura del terapeuta recuperado distinguimos 3 niveles:
- Primer nivel: es la fase en la que dependerá más de la orientación y supervisión por parte de los profesionales, quienes le orientarán en su importante y valiosa tarea.
- Segundo nivel: el terapeuta empezará a ganar independencia y a tomar decisiones. Esto convierte en atractiva esta fase, si bien la motivación del terapeuta puede verse afectada ante pacientes difíciles.
- Tercer nivel: con una motivación consistente y una autonomía creciente, es la fase que consolida al terapeuta como tal.
Más que de un método, el Minnesota se trata en realidad de una filosofía, de un modo de comprender y tratar al adicto. Solo así se puede desarrollar la atmósfera terapéutica con la cual ofrecerle el apoyo y la orientación necesarias para alcanzar las metas del tratamiento.
Metas del método Minnesota
En el método Minnesota existen 2 distintos tipos de metas. Por un lado, las metas a largo plazo y por otro las metas a corto plazo, cuyo fin sería alcanzar las primeras.
Metas a largo plazo
- La primera de las metas parece evidente, y no es otra que la abstinencia del alcohol y otras drogas.
- La segunda es igual de importante y deriva de la anterior: alcanzar una calidad de vida con salud física y emocional.
Metas a corto plazo
- Que el adicto y su entorno reconozcan la enfermedad y las consecuencias que esta tiene sobre su vida, desde pérdidas de trabajo hasta multas por drogas pasando por bajo rendimiento escolar.
- Que el adicto asuma que necesita ayuda y acepte a la vez que podrá convivir con una enfermedad sin cura.
- Que el adicto identifica qué comportamientos debe cambiar para poder vivir con este enfermedad.
- Que todos estos reconocimientos se traduzcan en acciones que lleven al adicto a vivir una vida diferente.
Como vemos, se trata de trabajar tanto sobre los diferentes tipos de adicciones como sobre los trastornos psiquiátricos que de derivan de ella o que la originaron. Porque, además de generar consecuencias físicas, psicológicas, espirituales y sociales, la adicción a veces puede ser el síntoma de una condición previa subyacente. Pero no siempre, como antiguamente se pensaba.
Fases del método Minnesota
Del mismo modo que la adicción atraviesa varias fases, también el programa para superarla debía tenerlas.
- Aceptar la impotencia ante las drogas: tras la desintoxicación y la evaluación diagnóstica, el paciente debe aceptar la falta de control que tiene sobre su vida a causa de la adicción.
- Reconocer la necesidad de cambio: el paciente debe cambiar de conducta para sobrevivir, y está en su mano llevar a cabo estos cambios, que seguirán una estructura determinada.
- Planear para actuar: el adicto en recuperación necesita visualizar las conductas que necesita cambiar y tomar decisiones sobre cómo hacerlo.
El entorno en el método Minnesota
La familia recibe la misma información que el paciente, al cual deberá ayudar una vez este se reincorpore a su vida. Aunque se anima a que los familiares acudan a las sesiones de terapia y a los grupos de autoayuda, estos deben dejar que sea el adicto quien resuelva sus problemas.
Y es que dentro de la recuperación la figura del familiar se torna fundamental, porque de hecho en ocasiones algún miembro puede convertirse en co-adicto (aquel que se ve involucrado emocionalmente en la adicción de la que es víctima un ser querido) o codependiente (quien en el presente o el pasado se ha visto afectado significativamente bien por su relación con una persona alcohólica o farmacodependiente, o bien por haber sufrido un ambiente familiar altamente estresante derivada de la adición de alguna enfermedad crónica). Este término empezó a utilizarse en torno al año 1979, gracias al empeño por parte de ciertos autores de que se reconociera el perjuicio que la adicción tiene sobre los seres queridos, que se veían emocionalmente involucrados.
En el coadicto conviven la culpa y la pérdida de identidad. Su motivación para existir reside en el adicto, el cual se convierte en su propia adicción, una excusa para evitar vivir su propia vida y ampararse bajo un papel de víctima.
Fases del tratamiento de adicciones en el método Minnesota
El método Minnesota se compone de 3 fases, que se pueden subdividir a su vez en pasos. Tanto unas como otros no comprenden un período de tiempo determinado, sino que se adaptan a cada paciente. La terapia, por tanto, dependerá de las necesidades y de la fuerza yoica del paciente, entendida esta como lo que le permite aferrarse a la realidad y sobreponerse a frustraciones derivadas de su interacción con el entorno.
Fase 1
Evaluación y diagnóstico
A través de una entrevista, se determinan las características del consumo de sustancias y se indaga sobre la motivación para rehabilitarse. En esta se debe esclarecer:
- Consumo de sustancias en los últimos 30 días.
- Relación con el consumo de sustancias en el pasado. En este punto, es importante determinar si este supuso un problema en alguna ocasión previa.
- Consecuencias del consumo.
- Síndrome de abstinencia.
- Historia de tratamientos.
- Perfil de riesgos psiquiátricos.
Basándose en la conducta del paciente desde su etapa previa a su adicción hasta el desarrollo de esta, el terapeuta elaborará un diagnóstico que incluya recomendaciones para el tratamiento de rehabilitación.
El contexto familiar y social, el modo en que consigue el dinero para drogarse, las consecuencias que la adicción ha tenido en su vida o sobre su salud son asimismo importantes para comprender al paciente. Comprenderlo y confrontarlo si es necesario, en casos en que se muestra reacio a cumplir el tratamiento que se ha comprometido a seguir, lo cual constituye un contrato terapéutico.
Contrato terapéutico
Elementos fundamentales del contrato que el paciente se compromete a seguir:
- Tiempo y ubicación donde va a tener lugar la desintoxicación.
- Métodos para mantener la abstinencia tras la desintoxicación. No es este un asunto baladí, pues se debe obtener el permiso del paciente para realizarle análisis de orina sin aviso previo.
- Acuerdo para tratar las patologías médicas o psiquiátricas.
- Acuerdo sobre la participación de la familia tanto en el tratamiento como en un programa sobre diferentes aspectos relacionados con las drogas.
- Acuerdo para diseñar un entorno cotidiano libre de drogas.
Fase 2
Durante unos dos años tras la suscripción del contrato, el paciente seguirá una terapia con técnicas cognitivo-conductuales al tiempo que trata de preservar su sobriedad, alejándose de conductas autodestructivas.
Aspectos psicodinámicos generadores de una pérdida de control
Identificarlos es el primer paso para evitar que se traduzcan en una recaída. Entre ellos se encuentran eventos traumáticos, duelos no resueltos, problemas de codependencia o aspectos piscodinámicos de la recaída. Entendemos la recaída como un período de consumo superior a las 24 horas, mientras que denominamos resbalón a un consumo inferior a este lapso de tiempo, seguido de sobriedad y cumplimiento del contrato terapéutico.
Estrategias cognitivo-conductuales para mantener la sobriedad
- Identificar los factores que pueden llevar a una recaída, los cuales se concatenan del siguiente modo: aparición de estrés-aparición de sentimientos negativos-mala gestión de estos sentimientos-impotencia-negación ante la gravedad de los problemas-mala utilización de las herramientas para la recuperación-abandono de la terapia-aumento de los problemas-falta de control sobre uno mismo-la droga se muestra como única forma de alivio ante los problemas-aislamiento-ansia de consumir la sustancia.
- Tejer una red de apoyo.
- Desarrollar un plan para controlar los impulsos.
- Formular estrategias para evitar el abandono del tratamiento.
Fase 3
En la fase 3, las técnicas cognitivo-conductuales dejan paso a un trabajo más profundo de la personalidad en la cual se busca que el paciente establezca relaciones íntimas y empiece a desarrollar su independencia.
Terapia de grupo en el método Minnesota
Ya en la abstinencia, el adicto en recuperación podrá aprender más sobre sí mismo y sobre su adicción a través de la terapia de grupo.
Aspectos positivos de la terapia de grupo:
- Sentimiento de identificación: escuchar a otros miembros con vivencias y preocupaciones similares ayuda al adicto a tomar conciencia de que no está solo.
- Oportunidad de confrontar actitudes propias con actitudes ajenas.
- Apoyo e influencia positiva de los compañeros para mantenerse sobrio.
- Aprendizaje sobre la recuperación.
- Establecimiento de límites y disciplina.
- Búsqueda de metas y esperanza para el futuro.
Conceptos útiles para entender el método Minnesota
Pese a sus diferencias, todos estos modelos tienen en común la modificación, ya sea de los comportamientos del paciente, ya sea del modo en que percibe su entorno y experiencias.
- Terapia cognitivo-conductual: va más allá de un mero desahogo de sentimientos, instando al paciente a cambiar comportamientos perjudiciales. A través de la modificación de la conducta y poniendo énfasis en el aprendizaje, se fomenta su independencia y su participación activa en la terapia. La terapia cognitivo-conductual tiene una base empírica y se ha probado su eficacia para una amplia variedad de trastornos.
- Modelo familiar sistémico: partiendo del principio de que toda conducta es comunicación, un cambio en un miembro afectará a todos los miembros del sistema. En este contexto, la terapia está orientada a intervenir el sistema con el fin de modificar las secuencias comunicativas defectuosas.
- Piscología Gestalt: desarrollado por Fritz y Laura Pearls, consideraba que la raíz de los trastornos psicológicos radicaba en la incapacidad de integrar satisfactoriamente las diferentes facetas de la vida de una persona de manera saludable. Enfocándose en el «aquí y ahora», el paciente podrá afrontar conflictos pasados o inconclusos. Se basa en la idea de que tenemos la capacidad de percibir realidades alternativas alterando la forma en que las afrontamos. La psicología Gestalt funciona especialmente bien para grupos y promueve la responsabilidad y la conciencia sobre la satisfacción de las necesidades.
La importancia del método en la recuperación
El método utilizado en un proceso de rehabilitación es importante dentro de la terapia de desintoxicación porque esta por sí sola no es suficiente para garantizar una recuperación a largo plazo de la adicción.
La desintoxicación es el proceso de eliminar físicamente las sustancias del organismo y aliviar los síntomas de abstinencia, pero no aborda las causas subyacentes de la adicción. La rehabilitación, por el contrario, ayuda al adicto a ahondar en la raíz de su adicción y a desarrollar las habilidades y herramientas necesarias para mantener la abstinencia y llevar una vida sobria y saludable. La rehabilitación puede incluir terapia individual y grupal, educación sobre la adicción y el manejo del estrés, actividades recreativas y terapias complementarias.
Además, el tratamiento de la adicción puede requerir un compromiso a largo plazo. En este contexto, el método dentro de la terapia de rehabilitación puede ayudar a que el adicto establezca un plan de recuperación a largo plazo, recibiendo apoyo para mantener la sobriedad y prevenir la recaída.
Referencias consultadas
- Urbano Aljama, A. y García Galarza, B. (2010-2011). Modelo Minnesota. Un método de tratamiento para las adicciones.
- Rivera Castañeda, A. P. (2010). Fuerza yoica. Recuperado de https://bit.ly/416jrd8
- López Gómez, D. (2015). Redescripción del modelo de los doce pasos en términos de la teoría de las relaciones objetales. Recuperado de https://bit.ly/413fc1J
- Wikipedia (s/f). Hazelden Foundation. Recuperado de https://bit.ly/422Rl3P
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