
Cuando pensamos en las adicciones tendemos a pensar en las sustancias psicoactivas, pero de un tiempo a esta parte el público general está empezando a tomar conciencia de otros tipos de adicciones. Aunque siempre habían existido, estas pasaban más desapercibidas, ya fuera por estar relacionadas con el ámbito íntimo del adicto, como es el caso de la adicción al sexo, como por tener un menor impacto en la sociedad, como la adicción a la comida o a las redes sociales. Dado que tanto unas como otras implican una pérdida de control y libertad de la persona, la adicción a una sustancia es equiparable con la adicción a cualquier otra cosa.
Antes de detenernos a analizar los tipos de adicciones, vamos a definir qué entendemos realmente por adicción.
Qué es una adicción
Una adicción es un impulso que lleva a una persona a consumir una sustancia o llevar a cabo un comportamiento determinado de manera reiterada pese a las consecuencias negativas que dicha acción pueda tener tanto sobre su bienestar como sobre su vida y la de sus seres queridos.
Según la OMS, para que una adición se considere como tal, la persona debe presentar 3 o más de las siguientes características en un plazo de 12 meses:
- Un deseo fuerte o bien una necesidad de consumir la sustancia o practicar la actividad
- Una dificultad para controlar el consumo
- Aparición del síndrome de abstinencia al interrumpir o incluso al reducir el consumo
- Una tolerancia al consumo o práctica susodicha
- Un abandono progresivo de los intereses ajenos al consumo o actividad. El tiempo (y el dinero) que se invertía en dichas actividades para a dedicarse al objeto de adicción
- Persistencia en el uso de la sustancia a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudiciales
Otra forma de definir la adicción es como el uso anormal o compulsivo de una conducta normal que resulta placentera. Teniendo en cuenta que llevamos a cabo muchas de estas acciones en nuestro día a día, deberíamos matizar a qué nos referimos cuando hablamos de una conducta normal. De este modo identificaremos y prevendremos comportamientos potencialmente adictivos.
Qué entendemos por comportamiento adictivo
No debemos patologizar actividades que nos resulten gratificantes y repitamos con frecuencia, como el sexo, jugar o comer. Que un comportamiento resulte adictivo dependerá de varios factores:
- La intensidad o asiduidad: un consumo demasiado intensivo o frecuente de una sustancia, así como la práctica reiterada de una actividad, puede significar un comportamiento adictivo. Lo que define esta asiduidad puede ser, por ejemplo, que la persona se sienta urgida por una necesidad de practicar dicha actividad o consumir una sustancia determinada.
- La cantidad de dinero invertido: cuando un individuo dedica una parte demasiado grande de sus finanzas personales al consumo de una sustancia o al desarrollo de una actividad, esto puede suponer una conducta adictiva. Es decir, que la persona pierda el control sobre el dinero que gasta en la actividad.
- El grado de intromisión en las relaciones sociales, laborales y familiares: si una actividad interfiere de forma masiva o recurrente en las relaciones con el entorno de una persona, haciendo que esta sea incapaz de dominarse cuando la realiza y llevando a continuar con ella pese a las consecuencias, es posible que estemos hablando de un adicto.
Las adicciones pueden ser se diversos tipos dependiendo de los criterios según los cuales las analicemos.
Tipos de adicciones
Podemos distinguir diferentes tipos de adicciones atendiendo a diversos criterios.
Según la naturaleza de la adicción
- Adicciones físicas: son aquellas en las que se consume una sustancia química que afecta a la química del cerebro y crea una sensación de bienestar o euforia. Con el tiempo, el cerebro se acostumbra a la presencia de la sustancia, y comienza a necesitarla para funcionar correctamente. Cuando una persona intenta dejar de consumir la sustancia en cuestión, puede experimentar síntomas físicos de abstinencia. Estos variarán dependiendo de la droga, así como del tiempo que el adicto ha estado expuesto a ella, y pueden llegar a ser muy incómodos e incluso dolorosos. Abarcan desde sudoración y temblores, hasta náuseas y vómitos, pasando por migrañas, ansiedad y depresión. Ejemplo de adicciones químicas son el alcohol, los opioides, los barbitúricos, la nicotina, la cafeína…
- Adicciones psicológicas: en estas, la persona desarrolla una dependencia emocional o psicológica hacia un comportamiento o actividad que le genera una recompensa inmediata. Pero dicha práctica, a la larga, terminará acarreando consecuencias negativas. Pueden afectar tanto a su salud mental como a la emocional, así como a su vida social, profesional y familiar. Las personas con adicciones psicológicas a menudo experimentan sentimientos de vergüenza, culpa y aislamiento, además de tener dificultades para buscar ayuda. Algunos ejemplos de adicciones psicológicas son el juego patológico, la adicción al sexo, la adicción al trabajo, a la comida, a las compras al uso de tecnología, etc.
Tipos de adicciones según el origen
- Adicciones primarias: las adicciones primarias se desarrollan sin que se produzca una causa aparente, es decir, no están asociadas a otros trastornos mentales o situaciones estresantes.
- Adicciones secundarias: en estos casos, las adicciones se producen como consecuencia de un trastorno mental o una situación traumática, como en los casos de depresión o del estrés postraumático.
Tipos de adicciones según el nivel de gravedad
- Adicciones leves: en una adicción leve, la persona tiene una dependencia moderada de la sustancia o comportamiento adictivo, pero aún manifiesta cierto control sobre su consumo o práctica.
- Adicciones graves: en estos casos, la persona pierde completamente el control sobre su consumo o comportamiento. En consecuencia, su vida se ve gravemente afectada.
Más que hablar del nivel de gravedad de la adicción deberíamos, en cualquier caso, hablar de la fase en que se encuentra el adicto, pues una adicción no es la misma siempre a lo largo del tiempo. Una adicción leve, por tanto, puede degenerar a grave si no se trata o de la manera adecuada y el adicto sigue persistiendo en su comportamiento.
Distintas adicciones, misma respuesta
Las adicciones pueden tener diferentes formas y afectar a cualquier persona independientemente de su edad, género o situación socioeconómica. Además, tal como trasladamos desde el blog de Instituto Castelao, pueden ser muy difíciles de superar sin ayuda. Por esto, la recuperación puede requerir tratamiento, ayuda profesional y apoyo para lograr una recuperación exitosa.
Los tratamientos para las adicciones psicológicas pueden incluir terapia individual o grupal, programas de apoyo, cambios en el estilo de vida, técnicas de relajación y otras formas de terapia cognitiva conductual que ayudarán a que la persona aprenda a manejar sus impulsos y a desarrollar estrategias para evitar recaídas.
Referencias consultadas
- Echeburúa Odriozola, E. y de Corral Gargallo, P. (1994). Adicciones psicológicas: más allá de la metáfora. Recuperado de https://bit.ly/3kWxlj1
- Universidad Rafael Landívar (s/f). Adicciones. Recuperado de https://bit.ly/3L4DtAl
- Echeburúa, E. et ál. (2005). El reto de las nuevas adicciones: objetivos terapéuticos y vías de intervención. Recuperado de https://bit.ly/3kZR2GE
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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