
Una cerveza antes de los 15, una copa antes de los 16, el primer binge drinking antes de los 18. En Instituto Castelao solemos alertar sobre los peligros del consumo de alcohol entre jóvenes, así como de la prevención del alcoholismo en adolescentes. Estos peligros se incrementan ante prácticas como el binge drinking. Pero ¿en qué consiste realmente?
El binge drinking es un anglicismo utilizado para referirse a los atracones de alcohol. Según la OMS, se trata de «un patrón de ingesta de grandes cantidades de alcohol concentrado en un período de tiempo que se reserva expresamente para este fin».
Tiene su origen en países nórdicos y anglosajones, donde está muy extendido, de ahí su denominación. El binge drinking consiste generalmente en el consumo de unas 6 copas para los hombres y 5 para las mujeres en un lapso de tiempo de entre 4 y 6 horas. Esto es así porque las mujeres genéticamente metabolizan más lentamente el alcohol, lo que provoca en ellas un efecto más intenso y prolongado. Pasado este tiempo, el alcohol en la sangre de una persona puede alcanzar 0,08 gramos por litro. La mayoría de los jóvenes que lo practican son menores de 35 años, sobre todo hombres.
Peligros del binge drinking
Si bien el abuso de alcohol es perjudicial en cualquier caso, el binge drinking presenta además otras consecuencias asociadas, tanto para la salud física como la cognitiva y emocional.
Consecuencias del binge drinking para la salud física
- Aumento del riesgo de sufrir accidentes de tráfico, caídas, quemaduras: el consumo masivo de alcohol, especialmente si tiene lugar en un tiempo breve, provoca una mayor vulnerabilidad. En consecuencia, ante la inminencia de un peligro, la persona puede no percibirlo o verse mermada su capacidad de reacción ante el mismo.
- Intoxicación etílica: la práctica del binge drinking a menudo provoca intoxicaciones etílicas.
- La ingestión masiva de alcohol incrementa la violencia sexual e intrafamiliar, así como los casos de suicidio o incluso de homicidio.
- Aumento del riesgo de embarazos no deseados o de contraer una ETS: el aumento de la libido, unido a la afectación del juicio y la pérdida de control, pueden tener como resultado el contagio de una enfermedad sexual.
- Incremento de abortos y partos con resultado de muerte fetal: este tipo de prácticas a menudo provocan interrupciones involuntarias del embarazo, así como la muerte del nasciturus en el momento del parto.
- Síndrome de la muerte súbita infantil.
- Trastorno del espectro alcohólico fetal.
- Aumento del riesgo cardiovascular: pese a que el consumo de alcohol en pequeñas cantidades se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, el binge drinking, por el contrario, presenta un aumento del riesgo coronario.
- Cáncer y otras enfermedades de carácter crónico, especialmente las relacionadas con el hígado. Al igual que el cerebro, el etanol de las bebidas alcohólicas afecta especialmente a este órgano, sobre todo en casos de jóvenes, puesto que no están todavía desarrollados del todo.
Consecuencias del binge drinking para la salud cognitiva y emocional
- Problemas de memoria y aprendizaje: dado que el cerebro humano no alcanza su pleno desarrollo hasta los 21 años, los jóvenes que abusan del alcohol antes de esa edad pueden ver afectado el hipocampo, región encargada de regular estas facultades.
- Pérdida de la productividad y menor rendimiento académico.
- Aumento del riesgo de adicción.
- Deterioro de las funciones vitales.
- Trastornos emocionales y psicológicos.
Prevención de la práctica del binge drinking entre jóvenes
La mayoría de los jóvenes ven el alcohol como una droga menor, más inofensiva que otras sustancias ilegales, y no consideran que sea un problema pese a que casi un 60% de los menores de 16 años afirman haberse emborrachado alguna vez. Según el Ministerio de Sanidad, 4 de cada 6 jóvenes dicen haber consumido 5 copas o más en un plazo de 2 horas, lo que quiere decir, ni más ni menos que 4 de cada 6 jóvenes practican o han practicado el binge drinking en alguna ocasión.
El mayor riesgo que presenta el binge drinking es, por tanto, la baja percepción de riesgo que presenta entre quienes lo practican.
Es inevitable que los jóvenes quieran reunirse los fines de semana al margen de adultos y disfrutar tanto de su libertad como de cierta intimidad. De hecho, es habitual que no consuman entre semana, restringiendo la ingesta de alcohol únicamente a 2 días. Sin embargo, nada ha servido para resolver la problemática que vincula a los jóvenes y al alcohol. Ni controles policiales en zonas susceptibles de ser escenarios de botellones ni multas ni restricciones de edad a la venta. Estas decisiones no han sido útiles ni para modificar comportamientos ni para generar una conciencia sobre el problema. Pueden serlo, no obstante, las siguientes.
Qué hacer ante esta situación
- Facilitarles información: los jóvenes no consideran el consumo de alcohol como problemático porque no lo ven como una droga. Deben, por tanto, ser conscientes de que su legalidad no implica inocuidad, y que es, de hecho, una de las drogas que más adicción causan.
- Establecer con ellos una comunicación fluida: generar un entorno de confianza y seguridad con los jóvenes para que se sientan a gusto compartiendo sus impresiones sobre el alcohol y otras sustancias es fundamental para apartarlos de su consumo. Interesarse por lo que les gusta y compartir con ellos sus intereses, respetando siempre su espacio.
- Servir como ejemplo: es, tal vez, la primera y más importante recomendación que hacer a los adultos para evitar que sus hijos o jóvenes de su entorno desarrollen hábitos perjudiciales. Consumir alcohol de manera moderada y poco habitual servirá como ejemplo ante unas personas que tienden a replicar los patrones que presencian en casa.
- Proponerles alternativas: la mayoría de jóvenes que consumen alcohol semanalmente aseguran que lo hacen para divertirse o porque es lo que hacen sus amigos. No debemos menospreciar la capacidad de influencia que el grupo tiene en ellos; bien al contrario, debemos hacerles propuestas de ocio basadas en sus gustos que puedan compartir con sus amigos. De esta manera se les otorga la independencia e integración que ansían a esas edades a la vez que mostramos interés en sus aficiones.
Conocer para comprender, comprender para prevenir
En Instituto Castelao creemos que la formación es la mejor prevención, y por eso compartimos información no solo sobre los tratamientos que seguimos en nuestros centros para la rehabilitación de adicciones, sino sobre las sustancias que las generan. Solo de este modo, conociendo los peligros que entrañan prácticas como la del binge drinking, podemos reducir, en nuestros jóvenes y en nosotros mismos, los riesgos de desarrollar unos hábitos perniciosos con respecto al consumo de determinadas sustancias, ya sean estas legales o ilegales.
Referencias consultadas
- Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (2022). Binge drinking. Recuperado de http://bit.ly/3YlrOzT
- Serviciopad (s/f). Binge Drinking: los riesgos del peligroso consumo por atracón en adolescentes y jóvenes. Recuperado de http://bit.ly/3mmyVuP
- Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2020). ¿Por qué ofrecerle licor a un niño o adolescente es tan grave como el maltrato físico? Recuperado de https://bit.ly/3Zc0R30
- Valencia Martín, J. L. et ál. (2020). Episodios de consumo intensivo de alcohol «binge drinking»: retos en su definición e impacto en salud. Recuperado de https://bit.ly/41xwaqy
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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