Cuando pensamos en cuántos porros fuma un adicto debemos tener presente que la adicción no depende de la frecuencia ni de la cantidad de consumo, ni tampoco de la sustancia o conducta con la cual se desarrolla la enfermedad.
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¿Un porro diario? ¿Tal vez 3, 4, 5 a la semana? Muchas personas que consumen porros con frecuencia a menudo se preguntan si son adictos a esta sustancia. Pero antes de responder a la pregunta de cuántos porros fuma un adicto, convendría antes detenernos a preguntarnos que podemos considerar una adicción.
¿Qué es una adicción?
Según la Real Academia de la Lengua Española, entendemos una adicción como una enfermedad mental crónica y progresiva, que consiste en tener dependencia a una sustancia o actividad nociva para la salud o el desarrollo físico.
Profundizando algo más en esta idea, es tanto la compulsión como la falta de control del adicto lo que produce efectos negativos sobre su vida y relaciones sociales. Asimismo, la enfermedad de adicción no depende de la frecuencia de consumo, ni de la cantidad, ni de la sustancia o conducta con la cual se desarrolla la enfermedad.
¿Qué significa ser adicto?
Como acabamos de indicar, la compulsión y la ausencia de autocontrol determinan la condición de adicto de una persona. En fases avanzadas de la enfermedad pueden darse casos de brotes psicóticos (aparición de la esquizofrenia y del trastorno bipolar) o comorbilidad con enfermedades como la depresión. Sin embargo, existen ciertas señales que pueden alertar al entorno de una persona antes de llegar a dichos extremos. Estas son algunas de ellas:
Falta de rendimiento: ya sea académico o laboral, una disminución del rendimiento motivada por el consumo de porros puede ser síntoma de una adicción.
Incapacidad a la hora de seguir una rutina u organización diaria y cumplir compromisos cotidianos.
Disminución de la coordinación: el consumo prolongado de esta sustancia disminuye el equilibrio e incrementa el tiempo de reacción del adicto.
Pérdida de memoria: el THC, uno de los principales compuestos químicos presentes en la planta de cannabis, afecta al hipocampo, la región del cerebro responsable de almacenar información nueva.
Trastornos del sueño: la adicción a la marihuana disminuye la capacidad de conciliar el sueño.
Cambios de humor: los adictos al cannabis pueden presentar desde irritabilidad hasta agitación.
Trastornos alimenticios: el THC puede interactuar con los receptores que regulan el apetito, entre otras funciones. Cuando se activan los receptores cannabinoides en el cerebro y otros órganos del cuerpo, se pueden desencadenar respuestas que estimulan el hambre y aumentan el apetito. Esto a menudo se traduce en un mayor deseo de consumir alimentos, especialmente los ricos en azúcares y carbohidratos.
La marihuana es una de las drogas ilegales más populares en todo el mundo. A diferencia de otras sustancias cuya aceptación social está mucho menos generalizada, como la cocaína o la heroína, el cannabis genera una falsa sensación de inocuidad. Muchas personas la consumen y sienten que no les pasa nada, y de hecho existe una creencia extendida de sus cualidades terapéuticas. En realidad, el cannabis provoca una serie de cambios en la química cerebral que pueden tener efectos en la salud mental, emocional y física del fumador habitual.
Esto es especialmente peligroso y preocupante en los jóvenes y los adolescentes. En España, un estudio realizado en 2020 por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones sobre alcohol, tabaco y drogas ilegales reveló que la edad media en la que estos se inician en el consumo de cannabis se ha reducido con el tiempo. En 2018, esta edad era de 14,9 años.
El riesgo de adicción
Atendiendo a la cuestión de cuántos porros fuma un adicto, el psiquiatra César Pereiro indica que los porros actuales alcanzan concentraciones de THC mayores que los de hace años, lo que resulta peligroso dado que el THC posee elementos psicoactivos. Mientras que en los años 70 eran de entre un 3 y un 5% en el caso de la marihuana, hoy día estamos hablando de un 20%. No es, por tanto, de extrañar, que se produzca una mayor dependencia en el caso de fumadores habituales.
El doctor Pereiro revela que más de la mitad de los ingresados en cualquier unidad de agudos de hospitalización psiquiátrica están ahí como consecuencia de un episodio psiquiátrico de descompensación derivado del consumo de cannabis. También en las urgencias, donde la mayoría de los brotes psicóticos que se producen están relacionados con el consumo de esta sustancia.
En el caso de la marihuana, el síndrome de abstinencia es más leve que en otras sustancias. Por esto el adicto puede aguantar la ansiedad e irritabilidad, el nerviosismo y los dolores de cabeza. El cerebro del adicto lo engaña haciéndole pensar que no fuma porque no quiere, cuando en realidad lo hace porque es capaz de sobrellevar el síndrome de abstinencia con cierta facilidad.
Diferencia entre abuso y adicción al cannabis
La diferencia entre abuso y adicción radica en la naturaleza y gravedad del consumo de una sustancia, ya sea la marihuana o cualquier otra, o bien de la práctica de una actividad.
El abuso del cannabis se refiere a un consumo problemático del mismo, el cual puede derivar en consecuencias negativas bien para quien lo consume o bien para su entorno. Esto incluye desde un deterioro de la salud física y mental hasta consecuencias legales o económicas, pasando por problemas en las relaciones interpersonales o una disminución del rendimiento laboral o académico. El abuso, si bien conlleva un patrón de consumo problemático, no implica necesariamente una dependencia física o psicológica de la sustancia.
La adicción, por el contrario, es un comportamiento patológico, una condición crónica en la cual la persona experimenta una irresistible necesidad o compulsión de consumir una sustancia o participar en un comportamiento a pesar de las consecuencias negativas. Como vemos, al igual que el abuso, la adicción tiene un impacto negativo en la vida de la persona. La diferencia radica en que la adicción implica además una dependencia física o psicológica.
Una persona que abusa del consumo de una droga como el cannabis deberá reducirlo para encontrarse mejor, mientras que un adicto es alguien que ha desarrollado una enfermedad y que, por tanto, precisa de un tratamiento especializado para alcanzar una recuperación.
Cabe destacar que una persona que abusa de sustancias psicoactivas probablemente acabe desarrollando adicción, previo desarrollo de tolerancia y posterior dependencia de la sustancia.
Cuántos porros fuma un adicto a la marihuana
Aunque no exista un número concreto a partir del cual un fumador de marihuana pueda ser considerado un adicto, entre el 25 y el 50% de las personas que fuman diariamente marihuana son adictas. De hecho, un 9% de quienes consumen esta sustancia acaban desarrollando una dependencia, ya sean fumadores diarios o no, cifra que se eleva a un 16% cuando el consumo empieza en la adolescencia.
En cualquier caso, estemos o no hablando de una adicción, lo cierto es que el consumo prolongado y habitual de cannabis puede derivar en graves consecuencias para el organismo. Además, es probable que al fumarlo con frecuencia se acabe pasando de un consumo abusivo a una adicción.
Por esto es importante conocer los riesgos de consumir cualquier sustancia, ya sean drogas legales o socialmente aceptadas, para prevenir un consumo abusivo y una más que probable enfermedad de adicción.
Referencias consultadas
Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (2020). Informe sobre Alcohol, tabaco y drogas ilegales en España. Recuperado de https://bit.ly/41kGuBY
La Voz de Galicia (2019). Fumar un porro de hoy en día es como fumar cinco de los de antes. Recuperado de https://bit.ly/3MS4pUU
Institutos Nacionales de Salud (2020). ¿La marihuana es adictiva? Recuperado de https://bit.ly/40eol7j
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (2020). Adicción (trastorno por consumo de marihuana o cannabis) Recuperado de https://bit.ly/41drXYy
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa, aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, y aportando mi estilo, hacer que su mensaje llegue con mayor claridad a los lectores.
Pedir ayuda es el primer paso para superar la enfermedad
Nuestro equipo de asesoramiento estará encantado de atender a sus dudas respecto a las adicciones y su tratamiento. Instituto Castelao ofrece una semana de valoración donde el paciente puede comprobar la idoneidad del tratamiento. Si lo desea puede concertar una visita a cualquiera de nuestros centros para conocernos y que podamos valorar su caso.
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