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¿Quién decide la intervención?
Normalmente es la alarma de la familia la que lleva a hablar con el adicto y aconsejarle que inicie el tratamiento. Es menos habitual, aunque también se dan casos, cuando el propio adicto es quien decide ingresarse por voluntad propia. En todo caso, la mayoría de veces suele ser una actuación combinada, la que a la postre da los más fructíferos resultados en esta etapa preliminar.
La intervención comienza con una sesión informativa de los familiares y el adicto con el equipo terapéutico y la dirección, quienes suelen pedir al futuro ingresado que les dejen a solas para tratar aspectos en los que no se recomienda su presencia.
Testimonios de dos pacientes
Alfredo y Javier llegaron al centro de desintoxicación de Málaga sin que anteriormente se hubieran conocido entre sí.
Alfredo tiene 34 años y es padre de un niño de 6 años con trastorno TDAH (déficit de atención e hiperactividad). Su familia paterna, alertada por la esposa de Alfredo, se coordinó con ella y conjuntamente decidieron plantear al adicto un ultimátum. Éste ya sólo tenía dos opciones una vez que todos eran conocedores de su adicción a la cocaína: ponerse de inmediato en tratamiento, es decir, ingresar en Instituto Castelao, o arriesgarse a perderlo todo (en un primer momento, el afecto de sus familiares; en último término, también el sustento económico, proveniente del puesto de trabajo de Alfredo vinculado a una empresa familiar).
El testimonio de Alfredo al empezar el tratamiento es esclarecedor: El último año mi situación laboral ha sido desastrosa; he consumido durante la jornada laboral, e incluso robado a la empresa para hacerme con dosis de tóxico.
Por su parte, Javier es un hombre soltero de 50 años que se desempeña como comercial y quien en reiteradas ocasiones ha sido amonestado por los responsables de su empresa, debido a su actitud absentista (es adicto al Cannabis y al alcohol). Javier tiene cinco hermanos y su madre es una viuda de 77 años. En este caso, fue uno de sus hermanos mayores quien asumió el papel paterno: descubrió los desastres personales y profesionales de su hermano y puso en alerta al resto de hermanos. Se da la circunstancia de que dicho hermano le había proporcionado a Javier su trabajo, al ser muy amigo del empresario que le acabaría contratando tras un periodo de dos años en el paro. La decisión fue igualmente fulminante: No puedes echar por la borda todo lo que tienes: trabajo; familia -incluida una madre con severos problemas de salud-, pareja…
Primer contacto con el equipo terapéutico
Ambos pacientes, Alfredo y Javier, llegan al centro un 11 de enero.
Un monitor los recibe en ambos casos y, tras pasar por la sala de administración, les conduce a sus habitaciones respectivas donde pasarán 24 horas en descompresión. Esto es importante porque, en ocasiones, el paciente adicto ha consumido drogas en las horas previas, y no es recomendable que el primer día compartan todas las actividades de grupo. De lo que sí dispondrán en todo momento es de la atención médica y psiquiátrica necesaria.
En la habitación quedan en absoluta soledad y les son servidas las comidas del día por el mismo monitor que les atiende en la llegada. Al mismo tiempo, entregan todos sus enseres personales, como documentación, móviles, carteras y otros objetos que no les va a ser posible utilizar durante el ingreso.
Perfil del paciente: primer mensaje o presentación en terapia de grupo
Cuando se incorporan a su primera terapia, los ingresados solo tienen que escuchar a los terapeutas y al resto de compañeros. La terapia, y especialmente los testimonios de los compañeros, es el factor de más peso en la recuperación puesto que el trabajo de los terapeutas es de guía y coordinación del grupo.
De forma aproximada, así se desarrollan las primeras intervenciones en el grupo de terapia de Alfonso y Javier:
Alfonso:
Me llamo Alfonso, tengo 34 años y soy consumidor de cocaína desde hace 12 años. Estoy casado y tengo un niño de 6 años que padece un trastorno de hiperactividad. He llegado a la conclusión de que lo único que podía hacer era ponerme en manos de Instituto Castelao, pues la situación en casa y entre la familia era inviable, debido a los destrozos que he causado alrededor.
Javier:
Me llamo Javier, tengo 50 años y soy consumidor de Cannabis y alcohol desde que tenía 17. Estoy soltero y mi compañera ha estado a punto de dejarme. Se puso de acuerdo con mis hermanos para que comenzara un tratamiento de recuperación. La empresa en la que trabajo vinculada a un amigo de un hermano también me ha planteado un ultimátum, así como mis hermanos.
Grupo de compañeros adictos
El grupo de pacientes que participan en terapia es heterogéneo: tanto por sus orígenes socioeconómicos, su historial de adicción, así como por las diferentes fechas de su incorporación al centro. La acogida de los nuevos ingresados es afectiva pero, al mismo tiempo, terapéutica.
Por ejemplo, uno de los pacientes de mayor veteranía, le dirige a Alfonso el siguiente mensaje:
Bienvenido, Alfonso, estás en el lugar adecuado porque aquí somos todos adictos en recuperación. Tienes que hablar mucho de tus situaciones de consumo y de los desastres que has hecho, así como del modo en que tu comportamiento consumiendo ha perjudicado a tu familia y/o entorno. Pero has de saber que todo fue provocado por la adicción, que es una enfermedad mental, y descargarte de la culpa.
Otro veterano, con 10 meses de recuperación, da la bienvenida a Javier:
Bienvenido, me siento identificado con tu perfil. Has de saber que aunque has sido consumidor de esos dos tóxicos tienes que meter en la bolsa –metafóricamente hablando- todos los demás, puesto que aunque no los hayamos consumido, flirtear con uno te llevaría a otro y, al final, a la recaída. Deberías hablar de tu trabajo, de la relación con tu novia y de los desastres de consumo.
Duración flexible del ingreso
Cada paciente que ingresa puede tener condiciones personales y terapéuticas diferentes. Si bien, por regla general, los ingresos son de entre 8 a 12 semanas, este periodo de tiempo puede variar. Este es el caso cuando el siguiente destino del ingresado es su hogar familiar, normalmente en los casos de pacientes con familias propias, o de aquellos que dependen de los padres y residen a una distancia sustancial del centro de ingreso. En ambas situaciones, los pacientes son derivados a otros centros de Castelao o asociados donde continuarán su recuperación de similar forma a como lo hacen los pacientes externos en Instituto Castelao.
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