Los sedantes o psicofármacos forman parte de la vida cotidiana de muchísimos españoles. Estas drogas legales son uno de los recursos más socorridos para enfrentar las exigencias de la vida actual y las crisis personales. Sin embargo, también suponen uno de los abusos de drogas más destacados. A continuación profundizaremos en qué consiste la adicción a los sedantes, sus síntomas de abstinencia y cuál es el tratamiento de esta adicción.
LOS EFECTOS ADVERSOS DEL USO INADECUADO DE LOS SEDANTES
En numerosas ocasiones anteriores hemos abordado los riesgos y efectos secundarios de las sustancias depresoras del sistema nervioso central. Especialmente cuando su uso se realizaba al margen de la pauta del tratamiento médico y supervisión profesional; o bien, cuando se consumían por un periodo prolongado. Prosiguiendo con esta temática, vamos a profundizar en la adicción a los sedantes, esos medicamentos recetados para poder dormir o sentirnos más tranquilos.
Seguimos haciendo hincapié en los riesgos de un abuso de drogas hipnosedantes o tranquilizantes porque el tema lo requiere. Y es que el aumento progresivo de estas sustancias depresoras de venta legal es un hecho constatado en muchos informes y encuestas sociales. Más aún en los últimos tiempos, en los cuales asistimos a una crisis sanitaria como es la pandemia del Covid-19. Cuyas consecuencias psicológicas, sociales y económicas pueden resultar desestabilizadoras para la salud mental y emocional de la ciudadanía.
En efecto, la llamada fatiga pandémica, con sus cambios abruptos e incertidumbre vital ha llevado a que muchas personas recurriesen a fármacos sedantes. Por tanto, su uso se ha disparado todavía más. Y lo peor es que siguen habiendo personas que los consumen sin seguir una estricta supervisión médica.
Sin duda, aún impera la creencia errónea de que los medicamentos de prescripción médica son inocuos. Cuando, en realidad, muchos de ellos tienden a generar tolerancia y adicción. Lo que se demuestra a través de los síntomas de abstinencia tan incómodos que generan cuando se abandona su consumo de forma brusca.
Para aclarar dudas e informar debidamente a la población, definiremos qué son los sedantes y qué medicamentos los conforman. Cómo se puede evitar desarrollar una adicción a estos fármacos y en qué consiste el tratamiento de recuperación para superar su dependencia.
CONTEXTO ACTUAL DEL USO DE SUSTANCIAS HIPNOSEDANTES
Vivimos en una sociedad cuyo ritmo de vida y inestabilidad económica lleva a que los individuos padezcan a menudo de insomnio o ansiedad. En ambos casos, el consumo de drogas sedantes o depresoras se lleva a cabo con la finalidad de mejorar el estado de ánimo o recuperar la calma y el sueño. No en vano, nuestro país se sitúa entre los países de mayor consumo de sedantes e hipnóticos.
Asimismo, todo el drama y los cambios que trajo consigo la pandemia, aumentó sobremanera la situación de ansiedad y desasosiego de la población. Lo que propició un incremento desmesurado del consumo de sedantes para acallar su malestar psicoemocional.
Por otro lado, asistimos a un consumo de sustancias psicoactivas tóxicas popular e indiscriminado. Casi se diría que resulta ser un hábito más dentro del estilo de vida urbano de la era moderna. Así, las sustancias depresoras se utilizan con frecuencia para apaciguar los efectos adversos de otras drogas de índole estimulante, como la cocaína o ciertas drogas de diseño.
No obstante, las drogas tranquilizantes, principalmente aquellas pertenecientes al grupo de las benzodiacepinas, también son utilizadas en los tratamientos de adicciones. Pues su administración resulta de gran ayuda para atenuar el síndrome de abstinencia o los trastornos de ansiedad que sufren los pacientes con dependencia a sustancias nocivas.
El personal sanitario de los centros de recuperación supervisan al detalle el tratamiento farmacológico y realizan un seguimiento constante. Precisamente, para evitar que se produzca una adicción al consumo de benzodiacepinas u otros medicamentos sedantes.
ADICCIÓN A LOS SEDANTES: CÓMO EVITARLA
Tranquilizantes, sedantes y somníferos conforman los fármacos depresores más populares. En dosis leves o moderadas producen sedación, mientras que a dosis más elevadas provocan sueño. En este sentido, resulta complicado limitar la definición de sedante y la de hipnótico, incluso suele emplearse el término hipnosedante para referirse a ellos.
Lo que está claro es que incluyen varias familias de fármacos, entre los que destacan las benzodiacepinas al ser el grupo de sedantes más utilizado y recetado; siendo el lorazepam la más consumida. Pero también se adscriben como medicamentos sedantes los barbitúricos, antidepresivos y antihistamínicos. O también se puede mencionar a fármacos compuestos por glutetimida, cloralhidrato y meprobamato.
Aunque el uso de los hipnosedantes bajo prescripción y seguimiento médico está normalizado para el tratamiento de trastornos mentales —o psiquiátricos— y del ánimo; la automedicación implica un riesgo enorme para el paciente. Ya que está totalmente comprobado que estas sustancias producen tolerancia, dependencia y síndrome de abstinencia mal administradas.
A pesar de ello, las urgencias hospitalarias españolas registran un elevado número de ingresos por motivo de intoxicación de sedantes e hipnóticos. Su incidencia llega al 17 % de los episodios de urgencias por sobredosis, con predominios de mujeres entre 36 y 45 años. Asimismo, en muchas ocasiones, la intoxicación de hipnosedantes se debe a la mezcla nefasta entre psicofármacos y bebidas alcohólicas.
Estos datos demuestran que el consumo de medicamentos sedantes se realiza, en muchos casos, sin el debido cuidado y sin atenerse a una pauta médica. Sin embargo, el organismo se habitúa a los sedantes y dificultará sobremanera la posibilidad de abandonarlos.
Debe comprenderse que la finalidad de los psicofármacos es la estabilización transitoria del problema psicológico o emocional del paciente. Pero nunca se ha de contemplar como una medicación crónica.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS FÁRMACOS SEDANTES
En líneas generales, los efectos secundarios más frecuentes causados por los hipnosedantes son:
- Somnolencia.
- Ofuscación mental.
- Enlentecimiento de la capacidad de reacción.
- Falta de equilibrio o dificultades en la coordinación motora.
- Alteraciones de la memoria o riesgo de demencia.
FACTORES DE RIESGO DE ADICCIÓN A LOS SEDANTES
En cuanto a los factores que predisponen al usuario de contraer una dependencia a los sedantes, podemos citar:
- La duración del tratamiento, según el tipo de sedante que se esté consumiendo. Cuanto más potente sea el fármaco, menor será el tiempo en que aparezcan los síntomas de dependencia. En este aspecto, existen psicofármacos que generan una dependencia a partir de las dos semanas de consumo, mientras que otros lo hacen a partir de tercer o cuarto mes.
- La cantidad de la dosis del tratamiento. Las dosis altas generan más tolerancia y dependencia del organismo al medicamento sedante.
- Aumentar la dosis o cambiar de fármaco para lograr los efectos deseados, sin asesoramiento de un especialista previo.
- El abandono del empleo de sedantes de forma repentina y total. Este es el motivo más habitual para que se presente un cuadro de síndrome de abstinencia severo. Lo más común es que la persona usuaria experimente síntomas de ansiedad e insomnio, si abandona el tratamiento sin supervisión médica. Todo cese de la toma de tranquilizantes debe hacerse de modo progresivo.
- Presentar otras dependencias a sustancias psicoactivas. Las personas que padecen la enfermedad de la adicción y consumen otras drogas tienen más propensión a desarrollar una adicción a los sedantes.
Por tanto, para evitar caer en la adicción a los sedantes conviene no automedicarse o variar la dosis por iniciativa personal bajo ningún concepto. Ni mucho menos abandonar el tratamiento de golpe. De este modo, puede surgir un efecto rebote plagado de síntomas perjudiciales difíciles de controlar. Tampoco se debe mezclar su toma con otras sustancias psicoactivas u otros medicamentos con los que puede tener una mala interacción.
La dependencia a los hipnosedantes se evidencia cuando la persona se ve incapaz de sentirse bien o descansar correctamente sin recurrir a su toma.
SÍNTOMAS DE ABSTINENCIA DE LOS TRANQUILIZANTES
Cuando la persona decide interrumpir el tratamiento de forma brusca, sin consultar a su médico, pueden aparecer una serie de síntomas desagradables. No obstante, la intensidad del síndrome de abstinencia que se experimente depende del tipo de fármaco consumido, la duración y la dosis del tratamiento. Así como del organismo del propio paciente y el impacto que ocasione la medicación en él.
El cuadro de abstinencia que al puede dar lugar el abandono repentino del tratamiento incluye síntomas como:
- Insomnio o alteración de los patrones de sueño.
- Debilidad física y tendencia a caer en la deshidratación.
- Inquietud, nerviosismo o estados de ansiedad.
- Irritabilidad y cambios fuertes del estado de ánimo y el humor.
- Confusión mental, e incluso alucinaciones auditivas y visuales.
- Temblores de manos y piernas
- Cambios bruscos en la presión arterial
- Reacciones graves, sensación de pánico o un estado similar al del delirium tremens que padecen los enfermos alcohólicos.
Con todo, cabe destacar que la abstinencia de barbitúricos o de glutetimidas es más grave e intensa que la abstinencia de benzodiacepinas. De ahí que, como señalamos anteriormente, la dureza del síndrome de abstinencia dependa del tipo de fármaco administrado.
EL TRATAMIENTO DE LA ADICCIÓN A LOS SEDANTES U OTROS PSICOFÁRMACOS
Tal como señalamos en el artículo de la adicción a las benzodiacepinas, la persona adicta a los sedantes debe acogerse a un tratamiento de desintoxicación.
El tratamiento de adicción a los sedantes sigue la línea de otros tratamientos de recuperación propios de otras sustancias psicoactivas. Se trata de un abordaje terapéutico personalizado y multidisciplinar dividido en varias fases. Asimismo, el tratamiento de recuperación está integrado por sesiones de psicoterapia cognitivo-conductuales combinadas con tratamientos médicos. Algunas sesiones terapéuticas consisten en reuniones grupales y otras, las sesiones de seguimiento, se realizan de forma individual.
En Instituto Castelao, además, consideramos a los familiares o parejas de nuestros pacientes una pieza clave en su tratamiento de recuperación. Por eso, ponemos a disposición de los allegados atención psicológica y asesoramiento profesional para afrontar mejor la enfermedad de la adicción de su familiar.
En todo caso, resulta fundamental que cualquier tratamiento basado en sedantes o psicofármacos vaya acompañado de terapia psicológica. Pues los fármacos han de ser utilizados de forma puntual y como recurso de apoyo a un tratamiento psicológico que trabaje la raíz del problema.
Pues, si no se atiende la verdadera causa que provoca el malestar psicológico o emocional, difícilmente se solucionará con pastillas. De hecho, lo que se conseguirá es depender de la medicación para sentirse bien o descansar correctamente, cronificando su consumo.
Es por ello que nuestro tratamiento de adicciones se basa principalmente en el abordaje terapéutico. El cual ayudará a efectuar cambios de mentalidad y hábitos en el paciente que le permitan experimentar una vida plena, sin depender de sustancias psicoactivas.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Borràs, R. (s/f). Tranquilizantes y el riesgo de adicción. Recuperado de https://bit.ly/3Dr9qMX
- Rubio, G y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Mr Ediciones. Madrid.
- Rubio González, V. & al. (2016). Urgencias hospitalarias asociadas al consumo de hipnóticos y sedantes, Castilla y León, 2009-2013. Recuperado de https://bit.ly/38mWDNq
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
Deja una respuesta