Aunque en nuestro país no existe una crisis de salud pública motivada por la adicción a los analgésicos opioides como en América del Norte, sí se registran excesos en su consumo. Especialmente en lo relativo al consumo y adicción a opioides mayores como el fentanilo. En este artículo, profundizaremos sobre el aumento del consumo de fentanilo en España.
EL CONSUMO DE ANALGÉSICOS OPIOIDES EN ESPAÑA
En nuestro artículo anterior, tratamos sobre cómo el opioide sintético fentanilo, de liberación rápida, estaba causando estragos entre la población estadounidense. Y cómo su uso farmacéutico generaba adicción en algunos pacientes que lo consumían o utilizaban. Nuestro país no es ajeno a esta problemática sanitaria, si bien no se trata de un fenómeno tan extendido como en otras partes del mundo. ¿Pero cuál es el consumo de analgésicos opioides o mismo el fentanilo en España?
Como es lógico suponer, España no está exenta de los peligros de las drogas de diseño compuestas por fentanilo. Ni tampoco de las sustancias psicoactivas más tradicionales —heroína, cocaína, etc.— adulteradas con este principio activo. Su comercialización por internet y su fabricación en laboratorios clandestinos es difícil de controlar por las autoridades.
Por otro lado, dentro del marco de la legalidad y los opioides recetados, el consumo de analgésicos es un fenómeno que va en aumento. De hecho, en nuestro país, su consumo se ha duplicado en los últimos 10 años; hasta el punto de ser el octavo país del mundo en consumo de opioides mayores. Y sí, el fentanilo era hasta hace poco uno de los medicamentos opioides de liberación inmediata que se recetaban para controlar el dolor intenso. Tanto a los pacientes con cáncer como a aquellos pacientes con dolor crónico no oncológico.
Sin embargo, desde hace un par de años, el Ministerio de Sanidad ha tomado cartas en el asunto y restringido el uso de fentanilo y otros opiáceos únicamente a enfermos de cáncer. ¿El motivo? Para evitar en estos pacientes efectos secundarios como el trastorno por consumo de opioides ; o, lo que es peor, que su adicción derive en sobredosis.
Pero estas acciones tomadas por las autoridades sanitarias, a través del establecimiento de planes y protocolos; ¿se debe a que en España existen personas con adicción a los opioides? ¿Y entre ellas, qué lugar ocupan las personas adictas al fentanilo? Y lo que resulta más importante: ¿el consumo de fentanilo en España —u otros opioides mayores— se debe a una compulsión o una necesidad de aliviar el dolor intenso?
INDICACIONES DEL FENTANILO y efectos adversos
En realidad, el fentanilo es un opioide de liberación rápida que se prescribe para aliviar los episodios de dolor irruptivo dentro de los cuadros de dolor crónico. Se trata de un tipo de fármaco, cuya potencia analgésica o relajante resulta de gran utilidad para mitigar el dolor intenso de algunos pacientes. Además, cuenta con la ventaja de que su acción es inmediata. De ahí que sea recetado a pacientes oncológicos, paliativos o con dolor crónico debido a diversas causas.
Ahora bien, los opioides sintéticos mayores —lo más potentes— tienen un importante efecto adverso: su uso continuado puede desarrollar tolerancia, dependencia y adicción. Es decir, las personas —sean pacientes o consumidores recreativos— que toman opioides sin control médico corren un alto riesgo de convertirse en adictos a ellos. Y más aún: su consumo indebido aumenta el riesgo de sufrir una sobredosis letal. Y es que su potencia es tal que existe poco margen entre una dosis baja y una dosis alta que lleve a la disminución de las funciones vitales.
Sin despreciar el servicio que prestan los medicamentos opioides a los pacientes que viven atormentados por dolores invalidantes; lo cierto es que la lista de reacciones adversas que pueden provocar es muy amplia. Desde rigidez muscular o retención urinaria severa hasta depresión respiratoria o disminución de la presión arterial. Desde somnolencia o sedación hasta pérdida de conocimiento o coma, tal como explicamos en nuestro artículo sobre Qué es el fentanilo.
Y es que conviene recordar que los medicamentos opiáceos son una sustancia psicoactiva depresora del SNC. Por tanto, una dosis de fentanilo alta puede paralizar al organismo hasta límites letales. De ahí que las muertes por sobredosis de fentanilo sean bastante frecuentes en sus consumidores.
No obstante, bajo supervisión y atención médica, el consumo de fentanilo no es tan arriesgado. Y, obviamente, no todos los pacientes que toman algún analgésico opioide caen en la adicción.
EL CONSUMO DE OPIOIDES Y FENTANILO EN ESPAÑA
Según el Informe Anual de 2019 elaborado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes afirma que España es el cuarto país con mayor consumo de fentanilo de la OCDE. Esto es, solo nos supera en número de consumidores EE. UU., Alemania y el Reino Unido, respectivamente. De igual modo, se confirma que España es el octavo país del mundo en consumo de opioides
En efecto, el documento del Plan de Opioides, confeccionado por las autoridades sanitarias y científicos españoles, indica que el consumo de opioides mayores ha aumentado en estos años. Así, entre 2013 y 2019, se ha pasado de 3,57 a 5,42 dosis diarias por cada 1000 habitantes.
Por otro lado, en materia de estadística, los datos sobre pacientes adictos al fentanilo en España varían mucho. Se señalan desde un 3 hasta un 40 % de pacientes con adicción a los opioides, de los cuales el 60 % es consumidor de fentanilo de liberación rápida.
Este hecho se asocia a un riesgo de tolerancia —habituación del organismo al fármaco y necesidad de aumentar su dosis—; un uso inadecuado o abusivo y el desarrollo de una adicción propiamente dicha.
Dicha realidad ha llevado al Ministerio de Sanidad español a tomar medidas restrictivas a la hora de recetar el fentanilo y otros analgésicos opioides. Una de esas medidas ha sido la elaboración y puesta en marcha del Plan de Opioides, donde se establecen controles especiales para limitar su uso. Asimismo, se ha redactado un Plan de optimización de la utilización de analgésicos opioides en dolor crónico no oncológico (DCNO) en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
En ambos documentos, su objetivo principal es establecer un uso racional y cuidadoso de estos medicamentos, en un intento de evitar la adicción a los opioides de liberación rápida. Otra medida de control ha sido recurrir a la fórmula de visado de las recetas médicas; a fin de garantizar que se prescriben fármacos opioides solo a enfermos oncológicos, y solo con carácter muy excepcional a otro tipo de pacientes.
LA ADICCIÓN A LOS OPIOIDES MAYORES Y AL FENTANILO EN ESPAÑA
Pero la pregunta que cabe hacerse es: ¿Por qué se consumen tantos opiáceos mayores y sobre todo fentanilo en España? En gran parte, porque alrededor del 15 % de la población padece dolor crónico. Siendo sus principales causas la artrosis, el dolor lumbar, el dolor cervical y las migrañas.
Pero, según afirma el Plan de Opioides, el 27% de los pacientes superan las dosis de fentanilo indicadas por los profesionales sanitarios. Adicionalmente, se percibe que, como sociedad, cada vez tenemos menos tolerancia al dolor y la frustración, con la consiguiente tendencia a tomar medicación para combatirlos.
El fentanilo suele prescribirse para aliviar el dolor intenso en pacientes con cáncer, en cuidados paliativos y en el dolor crónico, normalmente bajo forma de tratamientos a corto plazo. Pero si se excede de las dosis recomendadas en tratamientos a largo plazo, puede convertirse en un serio problema adictivo. Ello debido a su composición química.
Sin embargo, especialmente en pacientes no oncológicos, la urgencia por eliminar toda sensación de dolor ha llevado a muchos a extralimitar las dosis adecuadas. Esto ha hecho que en los últimos años se observe un aumento exponencial del uso del fentanilo, principalmente. Pero también de otros opioides menores de liberación prolongada como el Tramadol.
El problema surge cuando el paciente desarrolla tolerancia hacia la toma del medicamento. Entonces, cuando pretende interrumpir su uso o disminuir su dosis se encuentra con diversos síntomas de abstinencia, que lo incitan a volver a tomar opioides. La aparición de este cuadro de síndrome de abstinencia, que puede incluir comportamientos agresivos, es la señal de que se padece una adicción.
Adicionalmente, en muchos pacientes el tratamiento con opioides se vuelve ineficaz con el paso del tiempo, padeciendo dolores intensos a pesar de su consumo. Y sin embargo, estos pacientes necesitan contar con su dosis. Dosis que reviste, en muchos casos, una clara y peligrosa escalada.
FENTANILO COMO DROGA ILEGAL
Asimismo, cabe no olvidarse de los adictos a los opioides que los utilizan como drogas de abuso o drogas recreativas. Por norma general, suelen ser personas con antecedentes en el consumo de drogas de diseño, drogas tradicionales adulteradas con fentanilo o consumidores de heroína. Las cuales suelen adquirir en el mercado negro, como cualquier droga ilegal, en muchas ocasiones.
En el último Informe Europeo sobre Drogas, de 2021, se deja constancia de que España es uno de los cuatro países de la UE con mayor prevalencia de consumidores de heroína y otros opioides de alto riesgo. Entre los nuevos opioides incautados en los últimos años se encuentran las sustancias sintéticas derivadas del fentanilo.
Dado que este principio activo es 50 veces más potente que la heroína y más económico, muchos consumidores o adictos recurren a este fármaco. El gran riesgo para ellos es su combinación con otras sustancias tóxicas o la falta de experiencia a la hora administrarse la dosis adecuada. En ambos casos, las consecuencias pueden ser una sobredosis de fentanilo.
EL FENTANILO EN ESPAÑA: EFECTOS SECUNDARIOS EN ANCIANOS
Mención destacada, en relación al consumo de fentanilo en España, merece la población anciana. Pues en ellos se percibe una gran prevalencia de dolores permanentes de lumbago, cervicales, artrosis, artritis o postoperatorios —debido a caídas y fracturas. Entonces, suele ser común que se les prescriba medicamentos opioides para controlar el dolor intenso.
En este sentido, los tipos de fármacos analgésicos más frecuentes que se les receta son los parches de fentanilo transdérmico o las tabletas.
El gran inconveniente con los pacientes de edad avanzada es que los efectos secundarios graves del uso prolongado de fentanilo son peores. En parte, por la sensibilidad o vulnerabilidad de su organismo en general y ante el empleo de opioides sintéticos en particular. Y, en parte, también debido a que tienden a hacer un uso permanente de estos medicamentos, ya que sus dolores son crónicos.
En caso de recibir un tratamiento de fentanilo es importante que la persona mayor esté supervisada por algún familiar; a fin de no administrarse más dosis de la indicada. Así como para recordar a su médico un seguimiento eficiente. Sin embargo, la realidad de nuestro país es que muchos mayores viven solos. De hecho, son los protagonistas del fenómeno social de la soledad no deseada o el aislamiento social.
Todos estos factores biológicos y psicosociales apuntados los hacen más vulnerables a caer en la adicción al fentanilo u otros analgésicos opiáceos. Es más, esta es ya una realidad.
Las unidades del dolor de los hospitales españoles están atendiendo principalmente a personas mayores con serios problemas derivados del consumo de fentanilo. Sea porque se han vuelto dependientes, sea por los efectos secundarios adversos que les genera.
HACIA UN REPLANTEAMIENTO DEL USO DEL FENTANILO EN ESPAÑA
Ciertamente, es en los pacientes geriátricos donde se evidencia más el desarrollo de tolerancia y dependencia; así como síntomas de abstinencia ante el consumo prolongado de fentanilo. Por eso, las autoridades sanitarias españolas se están replanteando otras alternativas para mitigar el dolor crónico osteoarticular de los mayores.
Porque para envejecer con calidad de vida necesitan aliviar su dolor, pero deben hacerlo con fármacos que maximicen los beneficios y minimicen los riesgos. Y con el consumo de fentanilo u otros opioides adictivos a largo plazo no se cumple ese binomio.
En definitiva, toda esta casuística de efectos secundarios indeseados que está generando el consumo de opioides mayores y, en concreto de fentanilo, en España amerita una profunda revisión. Algo que espera que se consiga con el Plan de Opioides y otros protocolos de actuación ante su dispensación. Porque, de lo contrario, se caerá en la paradoja de promover la adicción a los opiáceos desde el propio sistema de salud.
En cualquier caso, es fundamental que aquellas personas que padecen una adicción a los opioides, del tipo que sea, sepan que pueden curarse. Para ello tienen a su alcance el tratamiento de recuperación de Instituto Castelao, altamente efectivo y personalizado a cada paciente. Podrán recuperar su calidad de vida al dejar atrás sus conductas adictivas.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Calle Egusquiza, A. & al. (2011). Dependencia a fentanilo transdérmico en el tratamiento del dolor crónico del paciente anciano: a propósito de un caso. Recuperado de https://bit.ly/3LqRRQT
- Güell, O. (2021). Sanidad impone un nuevo control sobre los opioides más potentes para frenar el incremento de adicciones. Recuperado de https://bit.ly/3LBdxtH
- Heraldo Saludable (2021). ¿Qué son el fentanilo y el tramadol? ¿Son peligrosos? ¿Para qué sirven? Recuperado de https://bit.ly/3xWwqmP
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- Fructuoso Castellan, A. & Terán Prieto, A, (2016). Nuevas adicciones a opiáceos: no todo es dolor. Recuperado de https://bit.ly/37CyhCB
- Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (2021). Informe Europeo sobre Drogas: tendencias y novedades. Recuperado de https://bit.ly/3OJ3e8H
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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