
A lo largo de los años, en Instituto Castelao hemos ayudado a miles de personas a superar sus adicciones a diversas sustancias. Tanto antes como durante el proceso de rehabilitación, es comprensible que surjan cientos de dudas. Fruto de toda esta experiencia hemos elaborado este post, con las 5 preguntas y respuestas sobre las adicciones más frecuentes, que tanto pacientes como familiares pueden plantearse durante el programa de recuperación.
1. ¿Cuáles son los síntomas más comunes de una adicción?
Una de las dudas más frecuentes entre los familiares y personas cercanas a una persona que consume una determinada sustancia es cómo identificar o confirmar si su ser querido se ha convertido en un adicto. Pese a que los signos de una adicción pueden variar en intensidad y manifestarse de manera diferente en cada persona según el tipo de adicción, existen ciertos rasgos comunes:
- Pérdida de control. Se trata de uno de los síntomas más identificativos en una adicción. La persona adicta muestra una dificultad o incluso una incapacidad de controlar (no digamos ya detener) el consumo de la sustancia o comportamiento adictivo, pese a las consecuencias y perjuicios que este le pueda ocasionar, como indicamos en nuestro post sobre cannabis y esquizofrenia.
- Tolerancia. Cuando una persona prolonga en el tiempo el consumo de una sustancia, cada vez va necesitando consumir con más frecuencia (o incrementar la dosis) para experimentar los mismos efectos que en un principio se obtenían con niveles más bajos. El cuerpo se adapta al consumo de la sustancia, y la tolerancia es la mejor prueba de ello.
- Síndrome de abstinencia. Derivado del punto anterior podemos señalar como otro síntoma el paso siguiente. El adicto, al tratar de reducir o interrumpir el consumo de la sustancia objeto de su adicción, experimenta síntomas físicos y emocionales molestos o dolorosos, los cuales le motivan a retomar el consumo. Entre ellos destacan temblores, náuseas, sudoración, irritabilidad, ansiedad, insomnio e incluso depresión.
- Cambios en el comportamiento y el estado de ánimo. Las adicciones suelen afectar al estado de ánimo y al modo de actuar de una persona, que puede volverse taciturna, irascible y en ocasiones violenta.
- Negligencia de responsabilidades. Es también común entre los adictos el bajo rendimiento académico y el laboral, así como una menor preocupación por el aspecto y la higiene personal. Al abandono de responsabilidades académicas, laborales y personales se une el de las familiares y sociales, lo que puede traducirse en una pérdida de relaciones que ahonde en el aislamiento.
- Obsesión. La adicción consume la vida del adicto, ocupa sus pensamientos y convierte la sustancia objeto de adicción en el centro de sus atenciones. Su vida, su tiempo y sus esfuerzos orbitan alrededor de la búsqueda de la sustancia. Una adicción constituye eso mismo: una obsesión.
2. ¿Cuál es la diferencia entre una adicción física y una adicción psicológica?
Antes de pararnos a definir las diferencias entre los aspectos físicos y psicológicos de una adicción, debemos matizar que ciertas sustancias pueden causar ambos tipos de dependencia, y que el tratamiento de las adicciones debe abordar ambos aspectos para lograr una recuperación integral.
Adicción física. Cuando una persona desarrolla una adicción física de una sustancia, su cuerpo se adapta a la presencia regular de la misma, por lo que necesita bien incrementar la dosis o bien consumirla con mayor regularidad para experimentar los mismos efectos. Asimismo, y como también indicamos previamente, su interrupción puede provocar síntomas físicos. La adicción física se relaciona, por tanto, con la química en el cerebro y en el sistema nervioso central como consecuencia del consumo continuo y prolongado de una sustancia.
Adicción psicológica. La adicción psicológica se refiere a la dependencia emocional o mental hacia una sustancia por parte del adicto, el cual muestra un fuerte impulso de consumir. Este deseo imperioso es consecuencia del anhelo de gratificación, alivio o evasión emocional que la droga le proporciona, y puede estar relacionada con factores que van desde el estrés y la ansiedad hasta la depresión, pasando por la mera búsqueda de placer. Las adicciones pueden asimismo causar unos sentimientos de culpa y de vergüenza que no hacen si no incrementar los problemas emocionales, los cuales dificultan que el adicto busque ayuda. A diferencia de la adicción física, la psicológica no siempre produce síntomas de abstinencia física evidentes al interrumpir el consumo.
3. ¿Cómo afecta una adicción a la salud física y mental de una persona?
Como ya hemos indicado con anterioridad en nuestro blog, la adicción produce un impacto significativo en la salud de la persona que la padece, tanto en la física como en la mental:
Salud física. Los daños que las adicciones causan en el cuerpo pueden ser de diversa índole y gravedad. Pueden llegar a verse afectados el corazón, el hígado, el cerebro, el aparato respiratorio y el digestivo. Se produce una merma del sistema inmunológico, a la cual contribuye la falta de cuidado personal, la mala alimentación y la falta de sueño. Sin olvidar, por supuesto, el riesgo de sufrir una sobredosis.
Salud mental. En determinados casos, la adicción es una forma de paliar trastornos emocionales previos o subyacentes, como la depresión, la ansiedad o el estrés postraumático. No obstante, aunque la adicción pueda mitigarlos en el corto plazo, en el largo plazo los empeorará. Tal es así que las adicciones a menudo agravan los problemas previos de salud mental, y estos pueden incrementar la vulnerabilidad a las adicciones.
Del mismo modo que hablábamos de que una recuperación integral debe atender tanto los aspectos físicos como psicológicos de la adicción, para lograr un bienestar duradero deberá asimismo ocuparse tanto de las consecuencias físicas como mentales que esta origina.
4. ¿Qué papel juega el entorno social en el desarrollo y aparición de una adicción?
La importancia del entorno social es patente en el desarrollo y la aparición de una adicción:
- Influencia social. Los amigos, la familia, los compañeros de trabajo, los vecinos… pueden influir considerablemente en la conducta de una persona. Si un adulto se rodea de un círculo social formado por integrantes que consumen sustancias, esto incrementará las probabilidades de que este, influido por la presión de grupo, acabe consumiendo y, en última instancia, desarrollando una adicción. Pero ni siquiera es necesaria una apelación directa o específica. La mera normalización del consumo de drogas o la percepción de que estas son necesarias para encajar pueden traducirse asimismo en comportamientos adictivos.
- Estrés. Un estrés crónico o bien una exposición a un entorno violento o abusivo favorecen la aparición de adicciones, ya que las sometidas a este tipo de estrés pueden ver en el consumo de sustancias adictivas una vía de escape o una herramienta para defenderse de su traumática realidad.
- Conducta espejo. No estamos hablando solo de adolescentes o jóvenes influenciables. Todos recibimos influencias de nuestro entorno social, y tendemos a replicar los comportamientos y actitudes. Si todo el entorno de una persona fuma, es más probable que esta termine por convertirse en fumadora, del mismo modo que si todo el entorno de esa misma persona es aficionada al fútbol es probable que esta acabe convirtiéndose en ferviente seguidora de este deporte. El aprendizaje social puede desempeñar un papel determinante en el desarrollo de una adicción.
- Disponibilidad. La falta de disponibilidad de una sustancia reduce las probabilidades de que se desarrolle una enfermedad, del mimo modo que una fácil accesibilidad la incrementa. Si nuestro entorno social ofrece drogas a una persona, esta tendrá un acceso más fácil a ellas que si tuviera que conseguirlas de manera individual, lo que facilitará asimismo la aparición de una adicción.
Es importante recalcar que las personas adultas son dueñas de la toma de sus decisiones, por lo que aunque el entorno social influya en el desarrollo y aparición de una adicción, debemos ser conscientes de que la responsabilidad última es siempre nuestra.
5. ¿Qué medidas de prevención podemos tomar para evitar que nuestros seres queridos, especialmente si son menores, caigan en las adicciones?
La prevención puede ser fundamental para que nuestros seres queridos, especialmente si son menores, no acaben desarrollando una adicción:
- Comunicación fluida. Una comunicación abierta y fluida con tus seres queridos contribuye a crear un ambiente de seguridad y confianza para expresar sus preocupaciones, emociones y anhelos, a la vez que favorece el diálogo y el planteamiento de preguntas sobre las adicciones y otros temas.
- Educación. Como siempre incidimos desde nuestro blog, la información precisa y comprensible es crucial para alejarse de las adicciones y sus consecuencias. No debería haber tabúes sobre sustancias adictivas y sus riesgos, sobre cómo afectan la salud física y mental y a las relaciones interpersonales.
- Fomento de una vida saludable. Enseñar y promover actividades propias de una vida sana facilitará que nuestros seres queridos, especialmente los más jóvenes, se alejen de comportamientos y sustancias adictivas. Además, tanto el deporte como los hábitos saludables ayudan a manejar mejor el estrés y mejoran la capacidad de resolución de problemas.
- Conducta espejo. Del mismo modo que los comportamientos perniciosos pueden replicarse, también pueden replicarse los positivos. Podemos convertirnos en ejemplo de nuestros seres queridos, especialmente de los más jóvenes, evitando el consumo de sustancias adictivas y demostrando hábitos saludables como la práctica de ejercicio, una alimentación sana y un correcto manejo del estrés.
- Establecimiento de límites y normas. Estableciendo límites coherentes, justos y comprensibles para todos los miembros de la familia fomentaremos la responsabilidad y el cumplimiento de las normas en cuanto al uso de internet, redes sociales y salidas nocturnas, entre otras.
- Supervisión. Es importante que los jóvenes perciban confianza y puedan disponer de cierta independencia acorde con su edad, pero una supervisión de sus actividades y amistades puede ayudarnos a identificar señales tempranas de riesgo para tomar medidas preventivas.
- Participación en actividades en familia. Fomentar la participación en actividades que despierten el interés de los más jóvenes contribuye a que se refuercen nuestros vínculos con ellos, generando unas relaciones más sólidas.
Resolver las dudas es iluminar el camino
Para nosotros, en Instituto Castelao, tan importante es asistir a las personas que necesitan ayuda para superar una adicción como facilitar información precisa sobre los peligros de las drogas y sobre el funcionamiento del programa de rehabilitación.
Tenemos siempre presente que un entorno social negativo puede crear condiciones propicias para el desarrollo y mantenimiento de la adicción. Pero también que un entorno social y familiar que promueva hábitos saludables y opciones de estilo de vida positivas puede reducir la exposición y la tentación hacia las adicciones. Además de facilitar el camino hacia la recuperación si estas se producen. Porque la prevención de adicciones es un esfuerzo conjunto que implica el compromiso y apoyo de todos.
Referencias consultadas
- Madrid.es (s/f). Preguntas frecuentes sobre Adicciones. Recuperado de bit.ly/3C4ja0g
- FAD Juventud (s/f). Preguntas frecuentes. Recuperado de bit.ly/3IPVi49
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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