El abuso de drogas en la adolescencia puede tener un gran impacto en la vida de los jóvenes, pero también de sus familias. Lo mismo puede decirse de otra serie de dependencias comportamentales que encuentran en los adolescentes su público diana. El inicio en el hábito suele producirse a edades cada vez más tempranas. Es por ello que las adicciones en la adolescencia ya se erige como un asunto de salud pública que conviene atender y conocer.
ADICCIONES Y ADOLESCENTES: UN BINOMIO PREOCUPANTE
La adolescencia siempre representa una etapa de transiciones y crisis personales. De ahí que muchos menores recurran a las drogas o a adicciones comportamentales para sobrellevar los cambios complejos que han de asumir. Aunque también las adicciones en la adolescencia se producen debido a la presión social de sus iguales o como imitación de los mayores.
En este sentido, el uso continuado de sustancias tóxicas puede ser debido a inseguridades o a un deseo de aceptación social. Asimismo, los adolescentes pueden ver en el consumo de drogas un modo de iniciarse en la vida adulta. Si bien, en realidad, no están preparados para valorar las consecuencias de sus acciones, lo que los conduce a tomar riesgos peligrosos innecesarios. El uso de drogas recreativas es un ejemplo de ello.
Varios son los factores que pueden contribuir al uso y abuso de drogas entre los adolescentes. El consumo por primera vez ocurre a menudo en entornos sociales donde hay sustancias de fácil acceso. Este es el caso de las drogas legales como el alcohol o el tabaco.
Por otro lado, más allá del riesgo de adicciones a sustancias psicoactivas, los menores se enfrentan a muchas adicciones comportamentales o psicológicas. El abuso a las nuevas tecnologías —internet, redes sociales virtuales, teléfono móvil, videojuegos on line, apuestas on line, etc.— es un hecho constatado. Una alarma social para la cual aún no existen referentes claros sobre cómo tratarlas, dada su carácter novedoso.
Por todo ello, merece la pena profundizar en este fenómeno social que golpea a muchos hogares y a la sociedad en su conjunto. Sin duda, las adicciones en la adolescencia son una amenaza patente.
SIGNOS DEL ABUSO DE DROGAS EN ADOLESCENTES
Los factores de riesgo más frecuentes en cuanto al uso de drogas en los adolescentes incluyen:
- Antecedentes familiares —genéticos o ambientales— de uso abusivo o dependencia a sustancias.
- Alteraciones mentales o trastornos del comportamiento, como depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención (TDAH), comportamientos obsesivos compulsivos (TOC).
- Episodios traumáticos en su vida, que trata de mantenerlos ocultos o lidiar con ellos a través de mecanismos de defensa como son las conductas adictivas.
- Baja autoestima o temor a no sentirse integrados.
Por tanto, cabe tenerlos presentes a fin de trabajar con el adolescente, reforzando su autoestima, su autoconcepto y educándolo en el rechazo a las adicciones.
Sin embargo, a pesar de las medidas preventivas y pedagógicas que se tomen, conviene vigilar el comportamiento de los menores. A fin de cuentas, ellos son personas independientes que toman sus propias decisiones y no siempre atienden a las recomendaciones dadas por los padres o educadores.
Así pues, existen muchos signos que nos alertan sobre un posible comportamiento adictivo. Entre las señales de advertencia que nos permitan detectar una adicción en los adolescentes, podemos mencionar:
- Cambios drásticos en la rutina del adolescente. Tanto en lo que respecta a las amistades, sus hábitos o dejadez en la apariencia física, como en cuanto a su rendimiento escolar y comportamientos sociales.
- Comportamiento rebelde o irascible y pasotismo o falta de interés exacerbado y general.
- Aislamiento voluntario y distanciamiento de la vida familiar, así como actitudes conflictivas y desafiantes ante los progenitores .
- La presencia de medicamentos innecesario o artilugios inusuales, propios del consumo de drogas en la habitación del adolescente.
Las adicciones MÁS PRESENTES EN LA ETAPA ADOLESCENTE
Son numerosos los estudios que han evaluado la prevalencia del consumo de sustancias tóxicas entre los menores. El resultado de dichas investigaciones arrojan datos claves para conocer cuáles son las adicciones en la adolescencia que entrañan mayor riesgo. Por otro lado, también señalan cuáles son los factores que ejercen de catalizadores para adquirir una dependencia a edades tempranas.
De los datos aportados por la literatura científica que gira alrededor de la temática sobre adolescencia y drogadicciones se vislumbra la magnitud de esta problemática. El inicio al consumo de sustancias psicoactivas, muchas de ellas ilegales, comienza cada vez a edades más precoces. En muchos casos la edad de inicio se establece sobre los 13 o 14 años. Y no son pocos los adolescentes que declaran realizar policonsumos, es decir, abusar de más de un tipo de sustancia.
Este escenario tan preocupante hace de las adicciones en la adolescencia un fenómeno social que supone todo un problema de salud pública a nivel mundial. Siendo España un claro ejemplo de esta problemática juvenil.
Se confirma que, de los menores de 18 años españoles encuestados, el 77% ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez. Un 37% de ellos son consumidores de tabaco y un 17% ha probado el cannabis.
Las drogas de inicio son las llamadas drogas blandas o legalizadas, como el tabaco y el alcohol, comienzan a probarse a partir de los 13-14 años. Mientras que las drogas ilícitas se emplean posteriormente, con 15 o 16 años. En total, casi un 40% de los adolescentes encuestados confesaron ser consumidores de distintas drogas.
El alcohol estuvo presente en el 90% de los policonsumidores. De ellos, un 10% combinan el alcohol, el tabaco y el cannabis con regularidad. Esta prevalencia se presenta con mayor asiduidad en los adolescentes varones.
Los EFECTOS de laS ADICCIONES EN LA ADOLESCENCIA
Como se puede apreciar, el panorama nacional relativo a la población adolescente se percibe alarmante. Pues este grupo etario, a pesar de su juventud y de las prohibiciones legales, tiene acceso libre al peligroso mundo de las drogas. Y muchos de ellos hacen uso y abuso de dicho acceso, convirtiéndolo en una seña de identidad. En un estilo de vida mediante el cual demuestran una falsa madurez.
Toda sustancia tóxica actúa sobre el sistema nervioso central, generando nuevas e intensas sensaciones. Por eso son tan atractivas para los adolescentes, ya que ellos están deseosos de experimentar nuevos riesgos o descubrir el supuesto mundo de la adultez.
Sin embargo, lo que no tienen en consideración es que dichas sustancias resultan nocivas, dada las alteraciones psicológicas y neuronales que provocan. Una de las consecuencias más claras reside en la falta de autocontrol y cambios repentinos en el comportamiento.
El consumo es especialmente perjudicial a edades tempranas, puesto que el organismo —sobre todo el cerebro— aún se encuentran en vías de desarrollo y maduración. Entonces, la acción de las drogas se muestra más virulenta en este tipo de organismos inmaduros. Con el consiguiente riesgo para la salud física y psíquica del menor. Lo cual se traduce en una mayor probabilidad de que se caiga en adicciones en la adolescencia.
Este cuadro psicológico y fisiológico se agrava con el policonsumo de sustancias psicoactivas. Ya que intensifica los peores efectos de cada droga por separado, al tiempo que incrementa los riesgos y los problemas derivados de su uso. Tanto sanitarios como sociales. Lo que, sin duda, redunda en una dificultad mayor para aplicar un tratamiento oportuno.
LA percepción DEL RIESGO DE LAS ADICCIONES EN LA ADOLESCENCIA
La carga que produce enfermedad de la adicción no solo afecta al consumidor, sino también a quienes se encuentran en su entorno más inmediato. De ahí que el efecto dominó que provoca repercuta, de algún modo, en toda la sociedad. Y de ahí que, ante porcentajes elevados, el problema de las adicciones en la adolescencia termine convirtiéndose en un problema de salud pública y disfunción social.
¿Pero cuál es la percepción que realmente sostienen los adolescentes sobre las consecuencias que acarrea el consumo de sustancias psicoactivas? Conociendo la respuesta a esta pregunta podemos entender dónde estamos fallando como sociedad, a la hora de proteger a los menores y prevenir este mal social.
En realidad, la percepción del riesgo de los adolescentes en torno al consumo de drogas ilícitas es bastante alta. En efecto, un 97% de los menores encuestados las perciben como peligrosas, sobre todo en el caso de las drogas estimulantes. Es decir, cocaína, anfetaminas, éxtasis y otras drogas de diseño.
Sin embargo, dicha percepción adversa disminuye a un 79% en el caso del cannabis o el alcohol. Mientras que se percibe una bajada de hasta un 24% en el consumo de tranquilizantes sin recetas.
No obstante, a pesar de la percepción negativa que tienen sobre el consumo de drogas y de considerarse suficientemente informados, ellos las prueban. Así, el 16,6% declara haber tenido algún tipo de problema relacionado con consumo de alguna droga. Entre ellos refieren discusión, pelea, accidente o bajo rendimiento escolar.
Asimismo, un 20,4% de los adolescentes encuestados admiten haber sido pasajeros de vehículos conducidos bajo los efectos del alcohol o las drogas. Mientras un 8,3% afirma haber conducido bajo los efectos del alcohol o las drogas.
lAS CONSECUENCIAS SECUNDARIAS DEL CONSUMO DE DROGAS DURANTE LA ADOLESCENCIA
El consumo de drogas puede provocar una drogodependencia, un deterioro grave de la salud e incluso la muerte prematura. Los riesgos para la salud que producen las sustancias psicoactivas más comunes incluyen un cúmulo de enfermedades y peligros sanitarios.
A continuación mencionaremos sucintamente las consecuencias negativas que ocasiona el abuso de drogas en los adolescentes. Que evidentemente van más allá de un claro riesgo de sufrir adicciones en la adolescencia.
- Padecer una drogadicción. Los adolescentes que abusan de las drogas corren un mayor riesgo de consumirlas en una etapa posterior de su vida. Es decir, de caer en la enfermedad de la adicción.
- Falta de habilidades sociales. El uso de drogas en la adolescencia se asocia con la falta de criterio en las interacciones sociales y personales. Lo que puede degenerar una marginación social.
- Actividad sexual de riesgo. El uso de drogas incentiva la práctica sexual sin protección. Lo que puede desencadenar un embarazo no deseado y diversas enfermedades infecciosas.
- Trastornos mentales o psiquiátricos. Los efectos más duros del abuso de sustancias tóxicas se perciben en problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión o la irritabilidad.
- Riesgo de sufrir accidentes de tráfico. Conducir bajo el efecto de cualquier droga puede entorpecer las habilidades motoras del conductor, poniendo en peligro su propia vida y la de terceras personas.
- Déficit en el rendimiento escolar. El consumo de estupefacientes repercute en las funciones cognitivas y ello puede afectar al rendimiento académico.
EL PROBLEMA DE LAS ADICCIONES COMPORTAMENTALES EN LA ADOLESCENCIA
Desde hace años se viene alertando de las adicciones comportamentales que padecen muchos adolescentes y que los aísla del mundo exterior. Sin duda, el desarrollo de las tecnologías informáticas, los móviles y las redes sociales virtuales propiciaron toda una fuente de adicciones en la adolescencia. Y es que simplemente con disponer de una conexión a internet se puede acceder a numerosos juegos on line o redes sociales de forma ilimitada. Ya ni siquiera es necesario tener que salir de casa para compartir tiempo con otros.
Sin duda, las adicciones digitales provocan alteraciones cerebrales similares a las que generan las sustancias psicoactivas. Lo que se traduce en falta de libertad y de bienestar personal, ya que nuestra atención se centra en atender las demandas digitales y vivir esclavizados a las nuevas tecnologías.
Así pues, pasar el día consultando el móvil, delante del ordenador o jugando a videojuegos termina produciendo cambios químicos en nuestro cerebro. A nivel fisiológico, provoca un aumento de la presencia de neurotransmisores GABA y dopamina. Ambos inciden en la región cerebral donde radican los sistemas de recompensa, de inhibición y de sensaciones placenteras. Dicha área es la misma que se activa con el uso del consumo de muchas sustancias psicoactivas.
De ahí que se experimente una inmediata sensación de recompensa cada vez que nos conectamos a un dispositivo inteligente. No obstante, con el paso del tiempo, esta satisfacción se vuelve más compulsiva. Necesitamos invertir más tiempo en ella para saciar nuestra ansiedad y obtener la satisfacción buscada. En este contexto, los adolescentes muestran más vulnerabilidad a caer en adicciones comportamentales, por su inmadurez biológica y mental.
Por tanto, el peor efecto que conlleva el abuso a las nuevas tecnologías es el peligro de pérdida de control ante ellas. Es decir, que el adolescente realice n empleo compulsivo de las redes, el móvil, el juego on line,… aun cuando atente contra su bienestar. A partir de este punto solo cabe tomar medidas para revertir la adicción. Desde autoimponerse un uso limitado de internet hasta iniciar un proceso de desintoxicación profesional.
CÓMO EVITAR LAS ADICCIONES EN LOS HIJOS ADOLESCENTES
La mejor estrategia para prevenir el consumo de sustancias nocivas o cualquier otra adicción en un adolescente es la educación y el diálogo. Esto es, enseñarle al menor los riesgos al que están expuestos. Como los efectos terribles que causan las drogas y la falta de libertad que ocasionan el abuso de las nuevas tecnologías. Pero también es necesario promover en los menores una autoestima alta y su desarrollo personal sano, para evitar que caiga en dependencias de cualquier tipo.
No obstante, no siempre es fácil llevar a cabo esta tarea y, en ocasiones, los padres no están preparados para abordar este tipo de enseñanzas. O, tal vez, el adolescente no se muestre dispuesto a escuchar los consejos paternos.
Sin embargo, nunca es demasiado pronto para empezar a hablar con los hijos adolescentes sobre el abuso de drogas. Las conversaciones que se tengan hoy pueden ayudar al adolescente a tomar decisiones saludables en el futuro.
Así pues, los progenitores deben buscar los momentos más idóneos para entablar una charla tranquila y aleccionadora. Desechando la posibilidad de hablar con el adolescente cuando estén enfadados o cuando no estén preparados para responder ciertas preguntas. Los sermones no suelen dar buen resultado. Y, obviamente, no es conveniente entablar un diálogo cuando el menor esté borracho o drogado.
Pero, indudablemente, la estrategia estrella siempre será predicar con el ejemplo. Un hecho en el cual muchos adultos fallan.
Por último, cabe recordar que siempre está a su disposición la ayuda profesional. Así, si sospechan que un hijo adolescente está involucrado en un consumo de drogas, deben acudir al médico de atención primaria o a un psicólogo que los oriente. También pueden buscar asesoramiento en un centro de tratamiento de adicciones, ya que suelen estar especializado en adicciones en la adolescencia.
CONCLUSIÓN
En España las drogas están intrínsecamente asociadas a la cultura del ocio. De ahí que su consumo se concentre durante los fines de semana. Especialmente es en los horarios nocturnos donde aumenta la tendencia a beber y drogarse. Por tanto, las borracheras o atracones etílicos y el policonsumo se intensifican más en estos días de la semana, al menos en su etapa inicial.
Ahora bien, la contexto social actual muestra un público consumidor cada vez más precoz y una popularización de las drogas. Pues ya no están vinculadas a sectores sociales marginales o de alto nivel adquisitivo. Puede decirse que con la globalización el acceso a las sustancias tóxicas se ha democratizado.
En cuanto al asunto de las adicciones en la adolescencia, se aprecia un riesgo elevado de que los adolescentes sean presa de dependencias químicas o psicológicas. Tal vez por los influjos que ejerce esta sociedad enferma de placeres efímeros, nuevas experiencias y falta de valores sólidos.
En el caso del uso de drogas, se observa que cuanto mayor es el adolescente a mayores riesgos se expone. Pues el consumo descontrolado de drogas les lleva a cometer actos irresponsables y a desatender sus responsabilidades académicas y familiares.
Asimismo, un factor determinante en el uso de sustancias adictivas y en la tendencia a las adicciones comportamentales es la influencia del grupo de iguales. Este hecho resulta de vital importancia. Ya que permite comprender que el fenómeno de las adicciones en la adolescencia se trata de un problema social y cultural. Esto es, asociado más a factores ambientales y menos a factores económicos.
Por consiguiente, se vislumbra necesario contar con medidas preventivas diseñadas y coordinadas por las Administraciones públicas y secundadas por toda la sociedad.
REFERENCIAS consultadas:
- Echeburúa, E., & De Corral, P. (2010). Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto. Adicciones, 22. Recuperado de http://m.adicciones.es/index.php/adicciones/article/view/196
- Mayo Clínic (2019). Abuso de drogas en la adolescencia: ayuda a tu adolescente a evitar las drogas. Recuperado de https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/tween-and-teen-health/in-depth/teen-drug-abuse/art-20045921
- Vázquez Fernández, M. E. & alt. (2014). Consumo de sustancias adictivas en los adolescentes de 13 a 18 años y otras conductas de riesgo relacionadas. Recuperado de http://scielo.isciii.es/pdf/pap/v16n62/original3.pdf
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
Las drogas son muy malas para la gente, te acaban y tambien a la familia. Hay que evitarlas siempre. Son pèsimas para la salud.