
Entendemos que la indigencia está definida por la falta de un hogar. Pero a la falta de un hogar se asocian muchas otras circunstancias que incrementan la exclusión social de las personas que la padecen. La carencia de medios básicos para protegerse, tanto de inclemencias temporales como de peligros, custodiar las pertenencias, disponer de cierta privacidad, cuidar de la higiene y de la salud, tener una alimentación adecuada o simplemente descansar es igual de importante. La ausencia de atención a estas necesidades humanas mínimas favorece la aparición o la dificultad de abandono de la adicción en las personas sin hogar.
Datos del INE sobre la adicción en personas sin hogar
Según un reciente estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística, en España un total de 28.552 personas sin hogar fueron atendidas en centros asistenciales de alojamiento y restauración en 2022. De estas, 7277 pernoctaron en espacios públicos o en los llamados alojamientos de fortuna, esto es, el hall de un inmueble, un cajero automático, un portal, un coche, etc.
Esto supone un incremento respecto a 2012, último año en que se realizó este estudio concreto, cuando había 22.938 personas sin hogar. Si bien es cierto que la población española también creció en este período de tiempo, lo hizo en una tasa inferior, pasando de 46.196.278 habitantes el 1 Enero de 2012 a un 47.432.893 habitantes 2022 el 1 Enero de 2022. Esto se traduce en un aumento de la población de un 2,68%, mientras que las personas sin hogar aumentaron en un 24,5%.
Datos por comunidades
Por comunidades autónomas, Ceuta, País Vasco, Navarra y Cantabria presentan las tasas más altas. La Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, por su parte, registran las más bajas. Es curioso que hace diez años, Cataluña era proporcionalmente la región de España con más personas sin hogar, mientras que Navarra, en la actualidad una de las más afectadas, era una de las que registraban menos presencia de personas sin hogar.
Causas de la adicción en personas sin hogar
De entre las causas que motivaron la adicción en personas sin hogar, distinguimos factores estructurales e individuales. Entre los factores estructurales encontramos la dificultad del acceso a una vivienda o al mercado de trabajo, la discriminación o la ausencia de una buena atención a su salud física y mental. En cuanto a los individuales están haberse visto obligados a empezar de cero al emigrar desde otro país, la pérdida de trabajo o de la vivienda, la separación de la pareja o problemas de adicción a diversas sustancias, entre las que destaca el alcohol.
Es más, un 12% de las personas sin hogar encuestadas confiesa haberse quedado en la calle debido a su adicción, y un 22% afirman haber padecido problemas de alcoholismo en la familia o en ellos mismos antes de los 18 años. Según la encuesta, solo un 3,9% de los encuestados declaran consumir alcohol de manera excesiva. Esto supone una ligera mejoría con respecto al estudio de hace 10 años, en el la cifra era del 4,1%.
Si quisiéramos establecer un perfil de una persona sin hogar promedio, atendiendo a los datos alumbrados por la encuesta, este sería un varón español de entre 45 y 64 años; está soltero, posee estudios secundarios y carece de empleo. Cabe destacar que el porcentaje de personas sin hogar extranjeras cada vez se acerca más al de nacionales, y que el número de mujeres ha crecido de manera significativa.
Como vemos, el perfil se asemeja al del drogodependiente de hace años. Ambos no solo tienen en común parte de las causas que motivaron su precaria situación, sino que de hecho, como vimos anteriormente, muchas de las personas sin hogar padecen algún tipo de adicción.
Otros estudios
La encuesta del INE, sin embargo, tiene únicamente en consideración a aquellas personas que hicieron uso de centros asistenciales de alojamiento y restauración. Por eso, revisando otras que recogen también las personas que viven en la calle sin hacer uso de estos servicios, descubrimos lo siguiente:
Madrid
En la ciudad de Madrid, en 2013, un 54% de las personas sin hogar reconocían haber tenido problemas con el alcohol y el 28,9% haber consumido bebidas alcohólicas cuatro días a la semana o más. En cuanto al consumo medio diario, ascendía a 10,9 vasos para quienes el mes anterior a la entrevista habían pernoctado mayormente en la calle, frente a 5,7 vasos entre los que lo habían hecho en un albergue. De ellos, solo un 28% habían recibido tratamiento en algún momento y un 8,5% lo estaban recibiendo entonces. Por otro lado, respecto al consumo de otras sustancias, el 6,5% de las personas sin hogar habían consumido cocaína en los últimos seis meses, un 2,7% heroína, un 19,5% cannabis, un 30,3% sedantes y un 10,0% otras drogas.
Cáceres
En un estudio realizado por la Universidad de Extremadura, se detectó que un 65% de personas sin hogar de Cáceres sufría una poliadicción. De entre los adictos al cannabis, un 73% empezó a consumirlo antes de los 18,6 años; de entre los adictos al alcohol, el 21% comenzó antes de 16,8 años, y entre los adictos a la heroína, el 36% inició su consumo antes de los 21,7 años. Esto es antes que la media nacional entre personas sin problemas de residencia. Asimismo, el estudio reveló que el 77,27% de las personas sin hogar con alguna adicción habían empezado a consumir antes de dormir en la calle, si bien estos datos no coinciden con otros estudios.
Granada
En Granada, otro estudio llevado a cabo por Cáritas, el 70,8% de las personas sin hogar encuestadas afirmó haber bebido excesivamente en algún momento de su vida, y el 44,9% haber consumido drogas en exceso, la mitad antes de encontrarse sin hogar. El 90,9% afirma que el consumo influye en su situación.
Algeciras, Granada y Zaragoza
En otro estudio llevado a cabo en Algeciras, Granada y Zaragoza por la Fundación Cruz Blanca, se constató que la tasa entre personas sin hogar que consumían alcohol era de un 35%, y de un 25% la de las que consumían otras drogas.

Cómo abordar el tema de la adicción en personas sin hogar
Los adictos sin hogar se enfrentan a desafíos añadidos derivados de su situación a los que no siempre deben enfrentarse el resto de adictos. Uno de ellos es la dificultad para acceder tanto a servicios sociales y sanitarios como a los servicios de tratamiento de adicciones. No en vano, existen estudios de hace años que indican que a las personas sin hogar se les ofrece asistencia psicológica en menor medida que a las personas que no carecen de vivienda. Esto se explica por los obstáculos derivados de su aislamiento e incluso por la existencia de discriminación. También de la hiperregulación de los trámites burocráticos necesarios, y de los asociados a la propia enfermedad, como el deterioro cognitivo, la incompetencia en ciertos aspectos de la vida diaria, o la dificultad para relacionarse.
Esta situación se da del mismo modo en los casos de personas sin hogar que padecen adicciones, pues están igualmente aislados, sufren discriminación, y se enfrentan a problemas similares como consecuencia de su enfermedad. Respecto a la regulación, muchos carecen de empadronamiento o documentación oficial y sanitaria con la que acceder a centros sanitarios y listas de espera.
Antes de mencionar las vías para abordar el problema de la adicción en personas sin hogar, conviene ahondar en las razones que la motivan, pues en estas están muchas claves. Algunas de ellas, recogidas en los estudios por boca de los mismos adictos, son las siguientes:
- Combatir la soledad
- Socializar con otras personas sin hogar que también consumen sustancias
- Calmar la ansiedad por estar en la calle
- La falta de expectativas
- Ocupar el tiempo
- Superar el estrés y el miedo durante la noche
- Necesidad de evadirse de su situación
- Sentirse mejor
Posibles soluciones
Los llamados servicios de reducción de daños están conformados por estrategias que buscan minimizar los daños asociados al consumo de la sustancia que genera la adicción, aunque no siempre sea posible eliminarlo por completo. Los servicios de reducción de daños son la vía más frecuente a la que los adictos sin hogar acuden en busca de ayuda. Pueden ser móviles, centros de noche o centros de contacto.
Dado que las personas sin hogar no cuentan con una red de apoyo familiar, algo de vital importancia, como ya comentamos en este post, ni una vivienda, la búsqueda de alternativas habitacionales es uno de los objetivos principales de los profesionales que se dedican a este campo.
Conclusiones
Según la información consultada, parece evidente que la dependencia del alcohol y otras sustancias en las personas que carecen de un hogar no solo dificulta la reversión de su situación, sino que también influye negativamente en su salud, tanto física como la mental. Esto incide en su aislamiento y ahonda en la precariedad de su situación.
Referencias consultadas
- Pérez-Lozao Gallego, M. (2019). Las personas sin hogar y las adicciones. Recuperado de: https://bit.ly/3iVhTmd
- Panadero, S.; Vázquez, J. J.; Martín, R. M. (2017). Alcohol, pobreza y exclusión social: Consumo de alcohol entre personas sin hogar y en riesgo de exclusión en Madrid. Recuperado de: https://bit.ly/3woPNTk
- Chica Villar J., Juárez Jiménez M.V., Canillo Fúnez R. (2019). Programas de reducción de daños en la drogodependencia. Recuperado de: https://bit.ly/3R1dlap
- Fundación Cruz Blanca (2021). Informe sobre el estudios de la situación de consumos y adicciones de personas sin hogar en Algeciras, Granada y Zaragoza. Recuperado de: https://bit.ly/3HoqvLq
- Instituto Nacional de estadística. Encuesta a las personas sin hogar (2022). Recuperado de: https://bit.ly/3J4XrKj
- Instituto Nacional de estadística. Encuesta a las personas sin hogar (2012). Recuperado de: https://bit.ly/3ZSMMrX
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa, aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, y aportando mi estilo, hacer que su mensaje llegue con mayor claridad a los lectores.
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