
En el último año diversos medios se han hecho eco de una noticia que no por esperada resulta menos impactante. Y es que, según el último informe de la ONU, a través de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), España sigue siendo líder mundial en consumo de benzodiacepinas. Esta información debe ser tenida en cuenta por los responsables de la salud. Recordemos que aunque se trata de un fármaco que pueden prescribir los profesionales sanitarios mediante una receta, la legalidad no equivale a inocuidad. Como mencionamos en nuestro post canciones sobre drogas, sustancias legales como el alcohol han truncado las carreras de muchos talentosos y exitosos artistas. Cuando no los han conducido a la ruina o a una prematura muerte. Por eso debe de hacernos reflexionar el hecho de que el consumo de benzodiacepinas en España sea tan elevado.
Qué son las benzodiacepinas
Las benzodiacepinas se tratan de uno de los grupos de medicamentos más usados por la población. De hecho, la mayoría de adultos declaran haberlas consumido de forma esporádica o incluso habitualmente a lo largo de su vida para lidiar con problemas como los anteriormente mentados.
Son una clase de fármacos que pertenecen al grupo de los sedantes y ansiolíticos, y se utilizan para tratar una variedad de trastornos, todos ellos relacionados con la ansiedad, el insomnio, la epilepsia y la relajación muscular. Su mecanismo principal consiste en potenciar la acción del neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central (SNC), lo que resulta en efectos calmantes y sedantes. Pero veamos con más detalle cómo ejerce sus efectos.
Cómo afectan las benzodiacepinas al sistema nervioso central
Las benzodiacepinas potencian la actividad de un neurotransmisor inhibidor del cerebro, conocido como ácido γ-aminobutírico o gamma-aminobutírico (GABA). Aunque el GABA está presente tanto en microorganismos como en animales y plantas, en el caso de los mamíferos se trata del principal inhibidor del cerebro. En cuanto a los humanos, es el responsable de la regulación del tono muscular, de la excitación neuronal y de la ansiedad.
Las benzodiacepinas interactúan con este sistema del siguiente modo:
- Estimulación de receptores GABA-A. Existen en el cerebro receptores específicos llamados receptores GABA-A. Cuando estos se activan, permiten que disminuya la excitabilidad de las neuronas. Las benzodiacepinas se unen a estos receptores de manera selectiva, aumentando la afinidad del GABA por ellos.
- Aumento de la acción del GABA. Cuando las benzodiacepinas se unen a los receptores GABA-A facilitan la unión del GABA a su sitio receptor. Esto conduce a una inhibición neuronal más pronunciada, lo cual disminuye la excitación nerviosa.
- Reducción de la actividad neuronal. En resumen, las benzodiacepinas aumentan la actividad del GABA, que a su vez inhibe la actividad neuronal en el SNC. Esto resulta en una reducción de la ansiedad, la tensión muscular y la excitabilidad, así como en la incitación del sueño.
Las benzodiacepinas en España
Las cifras que EDADEs arrojaba en su encuesta del pasado 2022 son verdaderamente escalofriantes. No ya por el elevado uso que los españoles hacen de este tipo de fármacos, sino porque lo hacen sin que para su consumo les prescriban una receta. Esto muestra un preocupante componente de autonomía en su uso.
Si bajamos a los fríos números, un 9.7% de la población española había consumido hipnosedantes, ya sea con o sin receta, en los 30 días anteriores a la encuesta. Por otro lado, el 7.2% de la población preguntada reconoce consumir a diario estos fármacos. En el año 2020, un año tal vez especialmente sensible por la situación pandémica, por cada 1000 habitantes se consumieron casi 110 dosis al día. Por detrás de nuestro país están Bélgica, con 84 dosis diarias y nuestro vecino Portugal, con 80 dosis.
No cabe duda de que en nuestro país esto constituye un grave problema, como lo es el de las enfermedades mentales. Según el Ministerio de Sanidad, alrededor de un tercio de la población española sufre algún trastorno mental, entre los cuales la ansiedad es uno de los más comunes. Si separamos estas cifras por sexos, vemos que las mujeres las consumen más que los hombres. Y que los mayores de 50 años siguen siendo los principales consumidores, si bien su uso está creciendo entre los jóvenes y los adolescentes.
El problema del uso —y abuso—de benzodiacepinas
La prescripción de benzodiacepinas corresponde a los profesionales sanitarios, quienes deben realizar un diagnóstico correcto antes de recetárselas a un paciente. También el período de consumo debe ser limitado. De lo contrario puede generarse un aumento de la tolerancia, posible en muchos casos gracias a las renovaciones automáticas, o incluso una dependencia.
Vivimos en una sociedad competitiva y estresante en la que debemos sostener rutinas que exigen mantenerse al límite del rendimiento sin angustia y sin claudicaciones. En este contexto, a muchos les cuestas enfrentarse a los problemas cotidianos y recurren a la química para desconectar, mitigar la ansiedad o para dormir. Al fin y al cabo, para evadirse de una realidad cotidiana agobiante.
Mónica Florido. Psiquiatra.
Las benzodiacepinas no deben ser en ningún caso la primera opción para cuadros de estrés o ansiedad. La doctora Florido, de hecho, define a este fenómeno como «medicalización de la vida». Se refiere a situaciones puntuales y pasajeras erróneamente diagnosticadas como trastornos de ansiedad o insomnio. Estas podrían ser tratadas de manera no farmacológica, con terapia psicológica o con una mera educación sanitaria.
A diferencia de estos ejemplos, las benzodiacepinas están indicadas para tratar, siempre de manera sintomática y temporal, trastornos de ansiedad o del sueño. Estos pueden acompañar a patologías como la depresión. Comparte este criterio el psiquiatra del Atlético de Madrid y profesor de la Universidad Autónoma de la misma ciudad desde 1995 Jesús Poveda, quien asegura:
Yo soy pro fármacos, pero con un sentido de controlar el síntoma para ir más allá del síntoma; las medicinas deben ser complementarias, no alternativas.
Jesús Poveda.
La doctora en psiquiatría Marta Soto señala, por su parte:
En los últimos cinco años y, sobre todo, después de la pandemia, el consumo de ansiolíticos se ha disparado. Es un fármaco que se receta mucho desde atención primaria, y que es muy fácil de pautar y de conseguir, porque, ¿quién no tiene un ansiolítico en su casa? Cuando mucha gente viene a la consulta, ya directamente vienen tomando el ansiolítico. Falta mucho control.
Marta Soto. Psiquiatra.
Buscando a los responsables
Según la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), el uso de ansiolíticos, hipnóticos y sedantes ha subido un 10% en España desde el año 2010. El que fuera presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés Antonio Cano señala hacia diversos factores:
- Falta de conocimientos y exceso de pacientes en la atención primaria. Esto obliga a los profesionales a ofrecer soluciones rápidas y acorde con su formación. Y en la mayoría de los casos esto se traduce en medicación.
- Falta de profesionales de la psicología clínica en la sanidad pública. Con 200 plazas al año para 4000 aspirantes, las cifras no cuadran. Mientras que el Europa la cifra de psicólogos clínicos es de 18 por cada 100000 habitantes (cifra de por sí irrisoria), en España desciende hasta menos de la mitad: únicamente 6.
- Problemática en la atención psiquiátrica. La mayoría de casos que llegan a las consultad de los profesionales de la psiquiatría son de pacientes con trastornos mentales comunes. Pero estos médicos suelen especializarse en otros trastornos de mayor gravedad.
- Falta de un criterio unificado y competencias transferidas desde el Ministerio de Sanidad es otra de las explicaciones que Antonio Cano encuentra para esta problemática.
Cómo detener la tendencia: #YoNoMeBenzo
De manera particular, en Instituto Castelao recomendamos la consulta con un especialista en caso de que existan sospechas de una adicción a las benzodiacepinas. Pero ¿qué se puede hacer a nivel global o, al menos, local?
En 2018 se presentó a los farmacéuticos de Oficina de Farmacia de Molina de Segura el programa #YoNoMeBenzo. Se trataba de un grupo de trabajo formado por profesionales de diferentes instituciones, desde médicos de familia hasta farmacéuticos, pasando por psiquiatras, psicólogos, técnicos municipales o miembros de asociaciones. Buscaban con esto diseñar una estrategia que priorizase intervenciones sobre pacientes de edad avanzada y mujeres. Ya que, como hemos visto con anterioridad, eran los grupos más afectados por el consumo de estas sustancias. El objetivo de la misma no era otro que fomentar el uso racional de hipnóticos y benzodiacepinas en personas que los utilizan para resolver problemas de la vida cotidiana y no, como debería ser, para aliviar los síntomas de trastornos como la depresión.
El programa constaba de 2 fases:
- Primera fase: información y sensibilización social.
- Segunda fase: intervención por parte de los profesionales y la población de Molina de Segura.
Los resultados fueron tan sorprendentes como esperanzadores. Se produjo una disminución del consumo con respecto a las cifras registradas en el año 2015. Entre los mayores de 65 años la reducción fue de un 7%, mientras que en la población adulta general fue de un 4%. Entre las mujeres adultas se produjo un incremento, pero de un 5% menos que en el resto de la Región de Murcia. Paula Payá, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Murcia, declaró que la fase que registró un mayor impacto en la reducción del consumo fue la segunda. Es decir, aquella en la que el grupo de investigación intervino sobre los profesionales sanitarios.
Una llamada al tratamiento y la concienciación
La problemática del consumo de benzodiacepinas en España es un tema que requiere una atención seria y una respuesta adecuada por parte de la sociedad y los profesionales de la salud. A pesar de que se trata de medicamentos legales y ampliamente prescritos para tratar trastornos de ansiedad, insomnio y otros problemas de salud mental, su potencial adictivo y los riesgos asociados con su uso prolongado deben ser reconocidos y abordados de manera efectiva.
En España, como en muchos otros países, las benzodiacepinas se han convertido en una opción común para tratar problemas de salud mental. Sin embargo, esto ha llevado a un aumento en su consumo, a menudo sin una supervisión adecuada y sin un seguimiento cercano por parte de profesionales de la salud. Esto ha dado lugar a la aparición de problemas de adicción a las benzodiacepinas, que pueden ser tan graves y debilitantes como la adicción a otras sustancias, como el alcohol u otras drogas ilegales.
Es fundamental comprender que la adicción a las benzodiacepinas no es un problema menor. Las personas que luchan con esta adicción experimentan síntomas de abstinencia, deterioro en su calidad de vida y riesgo de sobredosis. Es un problema que merece la misma atención y apoyo que cualquier otra forma de adicción, y en Instituto Castelao no podemos dejar de hacernos eco de ello.
Para abordar eficazmente la adicción a las benzodiacepinas es fundamental que se brinde un enfoque integral que incluya la prevención, la educación y el tratamiento adecuado. Tal como vimos en el ejemplo de la campaña #YoNoMeBenzo, la implicación directa con la población ofrece excelentes resultados. Lo que no nos extraña en absoluto. Y es que solo a través del conocimiento de nuestras propias capacidades y fuerza interior llegaremos a superar las dificultades. También las adicciones.
Referencias consultadas
- Wikipedia (s/f). Ácido γ-aminobutírico. Recuperado de https://bit.ly/488Xw9X
- Diario Farma (2023). España, líder mundial en consumo de benzodiacepinas. Recuperado de https://bit.ly/3PFiRRd
- Ministerio de Sanidad y Política Social (2006). Uso de benzodiacepinas en España. Recuperado de https://bit.ly/3rhFbqv
- National Geographic (2023). Benzodiacepinas: la adicción camuflada del consumo de ansiolíticos en España. Recuperado de https://bit.ly/3sS1Lqj
- Colegio Oficial de Farmacéuticos de la Región de Murcia (2018). Noticias. Recuperado de https://bit.ly/3sQbflL
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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