Sin duda, la cocaína es una de las drogas ilegales más populares pero también más adictiva, cuyas consecuencias adversas son altamente peligrosas. Tanto su uso esporádico como su consumo habitual pone en riesgo la salud, debido a los efectos que produce la cocaína en el sistema nervioso central. Toda una intensificación del funcionamiento orgánico que, en el peor de los casos, puede llevar a un colapso irreversible.
ESA DROGA ESTIMULANTE TAN PELIGROSA LLAMADA COCAÍNA
La cocaína es una sustancia psicoactiva estimulante, altamente adictiva que provoca un impacto enérgico y acelerador en gran parte del organismo. Ello se debe a los efectos que produce la cocaína en el sistema nervioso: de agitación y excitación. Sin embargo, su peor riesgo para la salud es precisamente esta sobreestimulación del sistema nervioso central y del sistema cardiovascular. Y nuestro organismo no está preparado para actuar así.
Como sustancia psicoactiva, sus efectos a corto plazo se sienten muy potentes y hasta positivos en algunos casos. Aunque no están exentos de generar situaciones temerarias en muchos consumidores principiantes, esporádicos o habituales. Pero a medio o largo plazo, su consumo abusivo ocasiona graves alteraciones mentales y fisiológicas. Llegando a causar incluso el fallecimiento por intoxicación aguda o crónica.
En efecto, la cocaína actúa como un estimulador del sistema nervioso central que trastoca el funcionamiento natural del cerebro. Como consecuencia, origina toda una serie de trastornos y complicaciones que se traducen en problemas neuropsicológicos, físicos y conductuales. Lo cual termina repercutiendo en la calidad de vida personal y social de las personas consumidoras.
No importa si se consume de forma ocasional o de modo abusivo ni si se consume más o menos dosis —porque no afecta a todos los usuarios por igual. Ni tampoco existe una vía de administración más inocua que otra. La cocaína produce intoxicaciones orgánicas muy graves debido a su acción neurobiológica, como veremos a continuación.
LA ACCIÓN DE LA COCAÍNA EN EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO
Los daños que ocasiona la cocaína en nuestro cerebro son incuestionables y, en muchos casos, irreversibles. Así, un consumo abusivo de cocaína puede propiciar episodios de convulsiones y derrames cerebrales. Por eso son tan numerosos los casos de urgencias sanitarias e ingresos hospitalarios entre sus consumidores.
El cerebro, al igual que la médula espinal, forma parte del sistema nervioso central. Sin un buen funcionamiento cerebral o del sistema nervioso nuestra vida pierde calidad hasta el punto de desarrollar una situación de dependencia.
Hablando en términos científicos, la cocaína es un agonista dopaminérgico que se une al transportador de la dopamina bloqueándolo. En consecuencia, produce un gran aumento en la concentración de dopamina. Es justo esta estimulación dopaminérgica la responsable de la mayoría de los efectos reforzadores de la cocaína y de su acción aceleradora de la activación motora.
Así, la cocaína estimula un exceso de liberación de dopamina, lo que a corto plazo puede generar sensación de placer o euforia. Pero, con el tiempo, desregula el funcionamiento correcto de dopamina y un bloqueo del neurotransmisor GABA —que sirve para equilibrar los niveles de dopamina, entre otras cosas. Lo cual, en líneas muy generales, se manifiesta en evidentes desequilibrios físico, mental y emocional para el consumidor.
Por otro lado, el consumo excesivo y habitual de cocaína puede ocasionar la degradación paulatina de la sustancia blanca cerebral. Este trastorno mortal recibe el nombre de leucoencefalopatía. Aunque no es muy común entre los cocainómanos, sí se sabe que los pacientes que la sufren son adictos a esta droga.
Dicho trastorno afecta tanto al sistema nervioso que los pacientes presentan confusión, dificultades de coordinación de sus extremidades y espasticidad muscular. Lo cual termina degenerando en un comportamiento errático y alterado, así como en serios inconvenientes para desempeñar actividades básicas de la vida diaria.
LOS EFECTOS QUE PRODUCE LA COCAÍNA EN EL SISTEMA NERVIOSO
Se dice que la cocaína es una droga de abuso de las más potentes del mundo, dados los efectos inmediatos y a largo plazo que provoca sobre las funciones cerebrales. Como consecuencia, su poder estimulante del sistema nervioso central se observa de forma intensa y exacerbada.
Obviamente, cuanto mayor sea la frecuencia de su consumo, peores serán sus estragos sobre el organismo. No obstante, los efectos que produce la cocaína sobre el sistema nervioso central más habituales a corto plazo son:
- Sensación de energía y euforia
- Agitación corporal y mental, que se traduce en un estado de ansiedad o nerviosismo incontrolable
- Activación del estado de alerta
- tensión muscular
- Aumento de frecuencia cardíaca
- Incremento de la temperatura corporal
- Disminución del apetito
- Náuseas y vómitos
- Sudoración excesiva
- Insomnio o serias dificultad para tener un descanso adecuado
- Alteración de la percepción de la realidad o confusión mental
- Alteración sensoriales de diversa consideración
- Agresividad y desconfianza, sobre todo si el sujeto se siente perseguido, provocado o violentado
- Puede llegar a presentar episodios de manía persecutoria o paranoia.
Pero los trastornos físicos y psicológicos asociados al consumo de cocaína van más allá de los causados a corto plazo. Pues, a largo plazo, el consumo de cocaína y su presión sobre el sistema nervioso puede provocar muchas alteraciones neuropsicológicas y psiquiátricas. Las principales son: deterioro cognitivo, psicosis, ansiedad, alteración bruscas del ánimo, dificultad para la toma de decisiones lógicas y el autocontrol, anorexia e insomnio.
Asimismo, los efectos que produce la cocaína sobre el sistema nervioso suponen una aceleración del ritmo cardíaco y falta de oxígeno. Lo cual se traduce en un malestar físico que va desde taquicardias hasta un infarto cardíaco. Al igual que suele causar un aumento de la presión arterial. Con el consiguiente riesgo de sufrir una hemorragia cerebral.
LOS EFECTOS DE LA COCAÍNA COMBINADA CON OTRAS DROGAS EN EL SISTEMA NERVIOSO
Una problemática añadida al consumo de cocaína en sí, es la politoxicomanía o el policonsumo. Esto es, el uso de varias sustancias de abuso por un mismo consumidor, lo cual resulta doblemente grave para su salud.
Al ser la cocaína una sustancia psicoestimulante, es frecuente que tras su uso se empleen sustancias depresoras, como el alcohol o los tranquilizantes. La razón está en que si los efectos que produce la cocaína en el sistema nervioso son de gran agitación, se acude a estas drogas de abuso para contrarrestarlos. En parte, porque se tiene la falsa creencia de que el alcohol aplaca los efectos de la cocaína.
De hecho, diversos estudios aseguran que un 90% de los usuarios de cocaína consumen al mismo tiempo alcohol —y también tabaco—; pues la bebida etílica les ayuda a rebajar sus niveles de ansiedad, inquietud e irritabilidad.
Sin embargo, el consumo mixto de ambas sustancias provoca en el organismo la aparición de una nueva sustancia: el cocaetileno. La cual resulta mucho más nociva para el organismo que cualquiera de estas drogas por separado. Consecuencia de ello es un doble impacto perjudicial sobre el sistema nervioso y las funciones cerebrales.
Quienes combinan cocaína y alcohol —u otras drogas— en un corto periodo de tiempo presentan problemas de salud particulares. Además de una mayor compulsión por consumir y más propensión a sufrir episodios de intoxicaciones agudas y urgencia sanitaria.
De ahí que sea imprescindible que estas personas inicien un tratamiento de recuperación cuanto antes. Porque la adicción es una enfermedad que puede coexistir con muchas otras patologías derivadas del consumo de drogas. Entonces, cuanto antes se trate la adicción, mejor salud y calidad de vida tendrá la persona adicta.
EL CONSUMO Y LA ADICCIÓN A LA COCAÍNA: UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Es claro que las adicciones o el consumo de drogas reiterado están considerados un problema de salud pública debido a los diversos trastornos que provocan. Siendo la cocaína una de las sustancias ilegales que más consecuencias sociales y sanitarias acarrea.
Pero sus peores consecuencias no está solo en la adicción que genera, sino en su potencial como droga letal. De hecho, la cocaína es una de las sustancias psicoactivas que más casos de mortalidad produce por infarto o ictus.
Sin llegar a esos extremos, lo cierto es que la cocaína consumida por vía fumada o intranasal tiende a provocar problemas respiratorios graves. Entre ellos, quemaduras en las vías respiratorias, dolor de pecho o hemorragias pulmonares. Así como hace proclive al individuo al contagio de enfermedades infecciosas, por diversos motivos. Además, sus consumidores habituales terminan presentando perforación del tabique nasal y pérdida del sentido del olfato, cuando acostumbran a esnifarla.
Pero más allá de los graves efectos que produce la cocaína en el sistema nervioso, preocupa mucho los efectos adversos que causan las adulteraciones de su composición. Y es que a menudo la cocaína que se distribuye suele estar mezclada con productos muy dañinos para el consumo humano. Desde talco, harina, tiza o medicamentos varios, hasta fertilizantes o detergentes.
Finalmente, reiteramos el peligro que supone la adicción a la cocaína, para la salud mental y las capacidades neuropsicológicas. Lo que provoca a largo plazo serios problemas de enfermedades mentales y/o dificultades cognitivas para desarrollar una vida personal eficiente.
Por todos estos agravamientos de la salud y por el gasto sanitario que genera, la adicción a la cocaína supone una importante problemática de salud pública. Pero principalmente supone un lastre enorme para la vida personal, familiar y social de la persona consumidora.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- González Llona, I., Tumuluru, S., González-Torres, M. Á., & Gaviria, M. (2015). Cocaína: una revisión de la adicción y el tratamiento. Recuperado de https://bit.ly/3yKWem3
- Menéndez, A. G. (2000). Manejo del paciente con dependencia a la cocaína. Recuperado de https://bit.ly/39y8o7n
- Pascual, F.; Torres, M. y Calafat, A. (Edit.) (2001). Monografía Cocaína. En Adicciones, vol. 13. Recuperado de https://bit.ly/3LxXrA7
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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