Los hongos y setas alucinógenos han sido utilizados como material de rituales y experiencias enteógenas desde la antigüedad. Sin embargo, en tiempos recientes, su uso se ha extendido como droga natural con la que conseguir un estado de trance más bien recreativo. No obstante, la intoxicación por hongos alucinógenos suele ser muy común cuando se utilizan éstos como sustancias psicoactivas de abuso.
Las drogas alucinógenas naturales
Las plantas alucinógenas se han venido utilizando desde tiempos inmemoriales y aún cuentan con mucha reputación en las culturas chamánicas. Sus usos están relacionados con las experiencias místicas, y de elevación de consciencia. Si bien, también es de sobra conocido su empleo en la farmacopea de muchas culturas. No obstante, parte de esta botánica alucinatoria puede resultar tóxica, como lo demuestra la intoxicación por hongos alucinógenos y otras plantas similares.
Así, las llamadas drogas alucinógenas _o psicodélicas_ se caracterizan por su efectos distorsionadores sobre el sistema nervioso central. Pues, tras su consumo, las capacidades sensoriales se amplifican y la mente se obnubila. Su ingesta provoca una alteración sensorial y distorsión del mundo real. Dicho efecto es conocido popularmente como viaje.
Drogas como la mescalina, la psilocibina o la ayahuasca se extraen de la botánica, de ahí que sean conocidas como ecodrogas o drogas ecológicas. Y su común denominador son los efectos de alteración de la consciencia. Por otro lado, existen otras sustancias psicoactivas alucinatorias que pueden fabricarse en laboratorio, de forma artificial. En ambos casos, un consumo excesivo o realizado sin control, puede acarrear graves consecuencias. A corto plazo produce intoxicaciones graves, a largo plazo genera trastornos mentales severos.
En las culturas europeas se extendió su uso gracias a los movimientos contraculturales surgidos en la década de los sesenta. Desde entonces, su consumo como droga alucinógena de tipo recreativo no ha cesado. Siendo los hongos pertenecientes al género Psilocybe los más populares por su contenido alucinógeno. Pero existen muchos más géneros y no siempre resulta sencillo distinguirlos, ni tampoco conocer el grado de toxicidad que posee.
De ahí que no sea nada conveniente arriesgarse a utilizar hongos con fines recreativos y mucho menos sin el asesoramiento de un experto en la materia. Dado que muchos de ellos son realmente peligrosos, llegando a causar la muerte por intoxicación, como es el caso del hongo Amanita phalloides.
A continuación mencionaremos los hongos alucinatorios más consumidos. También señalaremos aquellos síntomas comunes a una intoxicación por hongos alucinógenos o ingesta de setas venenosas.
Los hongos alucinógenos y su función medicinal
Aunque existen muchas especies de hongos y setas alucinógenos, los más conocidos, tanto a nivel popular como científico, son los que contienen psilocibina. Éste es un compuesto activo que provoca efectos alucinatorios y alteraciones de la consciencia.
De hecho, se ha pasado de un uso ceremonial o medicinal popular a una aplicación de la psilocibina en tratamientos farmacológicos de vanguardia. Su uso clínico actual se está desarrollando en el campo de la psiquiatría, la psicoterapia y la medicina. Con todo, poco se ha estudiado el empleo de los hongos alucinógenos fuera del ámbito científico o sanitario.
No obstante, siempre se ha relacionado el consumo de estas plantas psicodélicas con el desarrollo espiritual consciente de las personas más elevadas. De ahí su gran influencia en sistemas religiosos o movimientos espirituales y su uso como recurso enteógeno o de éxtasis.
Influencia que está adquiriendo energías renovadas con el consumo de drogas ecológicas en círculos meditativos o prácticas espirituales. Pero ello se debe a que hoy en día existe la creencia de que el estado emocional y espiritual positivo impacta de forma beneficiosa en la salud física y mental.
En este sentido, los hongos psilocibios, con sus efectos de elevación de la consciencia, también generan un efecto positivo en la salud. Por ejemplo, en la eliminación de las cefaleas o sobre el síndrome obsesivo compulsivo.
Pero he aquí la gran cuestión: estas plantas fungosas bien utilizadas producen elevación de la consciencia. Pero consumidos de forma inexperta o recreativa, provocan alteraciones de la consciencia. Y, con ellas, serios problemas psiquiátricos, además de intoxicaciones orgánicas.
Los hongos alucinógenos como drogas recreativas
Los hongos alucinógenos crecen en los excrementos de algunos animales como los vacunos. No precisan de mucha preparación para ser consumidos, basta con ingerirlos crudos, hervidos o en infusión. En cuanto a sus efectos, depende del tiempo que haya pasado desde su recogida hasta su consumo.
Las especies de hongos con propiedades alucinatorias más comunes son: la Amanita muscaria, Amanita phalloide y Psilocibe.
El principal componente activo alcaloide de estos hongos es la psilocibina y la psilocina. Cuando los hongos se desecan, se vuelven psilocibina pura, mientras que frescos solo albergan un 50% del alcaloide. Por eso puede almacenarse durante un largo periodo de tiempo y su potencia alucinatoria es mayor cuanto están desecados.
La psilocibina actúa sobre el neurotransmisor serotonina, estimulándolo. La serotonina cumple diversas funciones en los individuos. Controla la percepción sensorial, el sueño o la vigilia, las emociones, el estado de ánimo, la temperatura y la conducta sexual, entre otras. De ahí que una sobredosis en la ingesta de estos hongos puede alterar todas estas funciones naturales y generar alucinaciones dramáticas.
Sus efectos más intensos son conocidos como viajes, que incluyen trastornos de humor, euforia, locuacidad. Pero también pueden ir acompañados de estados de pánico, agresividad y sentimientos persecutorios.
Así, el uso de esta especie de hongos produce toda una secuencia de efectos sucesivos. Primero, desinhibición y euforia incontrolada, después alucinaciones de varios tipos y finalmente induce a un sueño profundo.
No obstante, los efectos que causen la ingesta de estos hongos dependen de varios factores que tienen que ver con el consumidor. Entre ellos, su estabilidad emocional previa y la experiencia que tenga el sujeto en su uso. Asimismo, influye el ambiente y la compañía en que se consumen, si hay un guía experto —en caso de que el sujeto no tenga experiencia previa en su empleo— y la finalidad de la ingestión.
El consumo de hongos alucinógenos no suele producir dependencia ni síndrome de abstinencia, pero sí intoxicaciones agudas. Además, a largo plazo, estas drogas pueden provocar alteraciones de carácter y trastornos psiquiátricos.
Síntomas de una intoxicación por hongos y setas alucinógenas
No todos los hongos producen el mismo grado de intoxicación, todo depende de la especie y su toxicidad. En este sentido, conviene diferenciar los hongos de la especie Psilocybe de aquellos propios del género de la Amanita muscaria o de la Amanita phalloides. Pues su grado de toxicidad para el ser humano varía sustancialmente entre una especie y otra.
El mayor riesgo que encierra el uso de estas plantas estriba en la dificultad para distinguirlas unas de otras. Es decir, para saber cuáles pertenecen a especies tóxicas severas y cuáles son más inocuas. Por tanto, en función de su origen, la intoxicación por hongos alucinógenos conllevará una sintomatología distinta. Así como requerirá un tratamiento específico para su curación.
Con todo, los síntomas iniciales que sufre quien se ha intoxicado por la ingestión de setas u hongos con sustancias alucinatorias pueden incluir:
- Cefaleas
- Dolor abdominal
- Gastroenteritis
- Náuseas y vómitos
- Hipotensión hipertensión
- Taquicardias
- Hipersecreciones
- Insuficiencia renal
- Diarrea
Cierto es que la intoxicación por hongos alucinógenos provoca sobre todo un estado de embriaguez y alucinaciones. Estos efectos psicodélicos poseen una duración estimada de entre 4 y 6 horas. Pero también ataques de pánico, fiebres, deshidratación corporal, hipervigilia o estado hiperalerta e incluso convulsiones. Especialmente si se tratan de hongos de la familia de los géneros Paneolus y Psilocybe, ya que produce una sobreexcitación del sistema nervioso central.
Por el contrario, los hongos que contienen la toxina muscarina puede producir hipersecreciones —sudoración y salivación excesiva, secreción bronquial— y miosis.
Cabe mencionar también otra especie de hongos que tienden a emplearse como droga recreativa, aunque son menos populares. Se trata de las setas que contienen la toxina Coprina —como Coprinus atramentarius. Cuando se consume en exceso y/o mezclados con alcohol pueden generar una intoxicación cardiovascular. La cual suele aparecer acompañada de vómitos, hipotensión y palpitaciones.
Pero, sin duda, el género de hongos alucinatorios más problemático es el de Amanina phalloide, cuya sobredosis puede llevar al consumidor a una muerte súbita.
Tratamientos en caso de intoxicación por hongos alucinógenos
Una vez realizada la ingestión de hongos, sus efectos tardan entre 20 minutos y alrededor de 6 horas en aparecer. El tiempo de reacción del organismo a estas sustancias depende siempre de la especie consumida, la cantidad y los factores personales mencionados anteriormente.
Conviene saber que cuanto antes surjan los síntomas de una intoxicación por hongos alucinógenos, menor será su grado de toxicidad. Así, la aparición de síntomas tempranos, en menos de 2 horas tras su consumo, significa que la intoxicación es menos peligrosa para la salud. En cambio, si los signos de intoxicación son tardíos, es decir, entre 4 y 6 horas después de su ingesta, el cuadro clínico reviste mayor gravedad.
Dado que existen diversos tipos de plantas alucinógenas, a la hora de aplicar un tratamiento de desintoxicación, es importante saber qué género se ha consumido. Pues reconocer el tipo de hongo ingerido ayuda a determinar el tratamiento sintomático específico que se requiere.
Como se mencionó anteriormente, los hongos del género de la Psilocybe no suelen revestir gran peligro, si bien su intoxicación debe ser atendida de forma profesional. Su tratamiento es de soporte, para atajar los síntomas.
En general, los tratamientos médicos aplicados en caso de intoxicación se basa en administrar fármacos sedativos, como benzodiacepinas. Su finalidad principal es detener la agitación psicomotriz o las convulsiones. En cuadros psicóticos o con fuertes alucinaciones, se administra fármacos neurolépticos. Finalmente, otra parte importante del tratamiento es la hidratación parenteral, a fin de contrarrestar la deshidratación corporal que causa la ingestión de setas y hongos alucinógenos.
En cambio, un tratamiento de desintoxicación aguda jamás debe contemplar lavado gástrico ni uso de diuréticos o laxantes.
Conclusión
En la actualidad se observa un repunte del uso de sustancias vegetales como drogas lúdicas. De hecho, muchas de estas plantas alucinógenas aparecen en cualquier lista de drogas emergentes. Además, su consumo asociado al ocio y las experiencias alternativas no enteógenas le debe mucho a su difusión por internet. Ya que en la red su venta on line facilita el acceso a estas sustancias psicoactivas fuera del circuito ceremonial o ancestral.
El Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías engloban a la botánica alucinógena dentro de los llamados euforizantes legales, frente a los ilegales que son elaborados expresamente en laboratorios. No obstante, su uso cada vez más habitual en las culturas occidentales está llamando la atención de los investigadores y personal sanitario. Pues cada vez resulta más frecuente presenciar cuadros clínicos de intoxicación por hongos alucinógenos y otras plantas euforizantes. Especialmente este la población joven, de entre 25 y 35 años.
Aún queda mucho por conocer sobre las consecuencias de la botánica con efectos alucinógenos consumida de modo abusivo. Pero lo que sí se sabe a ciencia cierta es la intoxicación neurológica y orgánica, entre moderada y grave, que genera en muchos jóvenes inexpertos. Jóvenes que coquetean con el uso recreativo de estas plantas por la influencia y facilidad de adquisición que ofrece el mercado virtual.
Referencias consultadas
- Arce, J. M. R., & Balma, C. M. Q. (2012). Las plantas y los hongos alucinógenos: reflexiones preliminares sobre su rol en la evolución humana. Reflexiones, 91(2). Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/729/72923962001.pdf
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
- Toxicología.net (s/f). Intoxicación por setas de latencia breve. Recuperado de http://www.fetoc.es/toxicologianet/pages/x/x18/03a.htm#C
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