El estrés y el consumo de drogas están estrechamente relacionados. Y es que está constatado que el estrés y la ansiedad es uno de los factores que interviene en la adquisición, mantenimiento y recaída de la conducta adictiva. Pero también el consumo abusivo de sustancias psicoactivas provoca muchas situaciones estresantes e inestabilidad emocional.
ESTRÉS Y CONSUMO DE DROGAS: ¿CUÁL ES LA CAUSA Y CUÁL, EL EFECTO?
En la vida existen numerosos momentos en que nos vemos afligidos por episodios complicados, difíciles de asimilar. Principalmente, si estos entrañan cambios abruptos o pérdidas significativas —de personas o estatus. No saber gestionar emocionalmente la ansiedad o la tristeza que generan dichos episodios pueden llevar a intentar concatenar el estrés y el consumo de drogas.
Asimismo, cierto es que los seres humanos estamos expuestos a diversos estresores externos; al igual que todos cargamos con algún vacío, trauma o malestar que coadyuva, junto a los estresores, a que algunas personas se precipiten a un desequilibrio emocional y mental. Sea como sea la circunstancia personal o social que nos rodee, las drogas son percibidas como un modo de evadir una realidad personal estresante. Es por ello que muchos abusos de sustancias psicoactivas comienzan cuando se padece un periodo de vulnerabilidad e inestabilidad emocional.
Por tanto, estar expuestos a situaciones estresantes de forma prolongada puede hacer a una persona iniciarse en el consumo de drogas. Mientras que, en aquellas personas adictas, favorece el mantenimiento de su adicción. Y en personas que estén en tratamientos de recuperación o hayan superado esta enfermedad, el estrés puede impulsarlos a recaer nuevamente en el consumo.
Sin embargo, como sucede con otras enfermedades de salud mental, la influencia entre estrés y consumo de drogas es bidireccional. Esto es, en ocasiones los factores se invierten y las drogas pasan a ser la causa de una situación de estrés y ansiedad complicada de sobrellevar por uno mismo.
Un claro ejemplo del factor de riesgo que suponen los estresores en el consumo de sustancia, lo observamos en los adolescentes. Con todo, no hay edad para que las influencias entre estrés y consumo de drogas se revelen. Independientemente de cuál de ellos sea la causa y cuál el efecto.
ADOLESCENCIA, ESTRÉS Y CONSUMO DE DROGAS
Como cabe imaginar, las conductas adictivas asociadas al estrés se encuentran en mayor medida entre la población adolescente. Ya que es en esta etapa vital en la cual nos vemos muy expuestos a situaciones de estrés, que coinciden con cambios biológicos y físicos, así como a fluctuaciones en el funcionamiento emocional, cognitivo y social. Tantos cambios suelen generar episodios depresivos, ansiosos y de vulnerabilidad emocional.
El estrés, por ende, se percibe como uno de los factores que incita a los adolescentes a iniciarse en el consumo de drogas a edades tempranas. Especialmente en lo que respecta al consumo de tabaco y alcohol, aunque posteriormente utilizarían las drogas ilegales —cannabis, LSD, cocaína— como parte de sus actividades recreativas. En este aspecto, las sustancias tóxicas son empleadas como recurso para adaptarse a las dificultades que experimenta el adolescente.
Son múltiples los estudios que confirman en sus resultados que el estrés vital predice la toma de sustancias en adolescentes. Llegando a señalar que las particularidades de esta asociación entre estrés y consumo de drogas está en función de la magnitud y naturaleza de los acontecimientos estresantes. En el caso del alcohol, por ejemplo, el rasgo impulsividad y la existencia de estresores externos produce una inclinación constante hacia conductas de consumo.
Si bien, ciertamente, la influencia y la presión de los grupos de iguales, resulta otro factor sumamente fuerte de inicio en el consumo. Al igual que lo son su intolerancia a la frustración, la ausencia de claros límites establecidos por la familia y la impulsividad en la resolución de problemas.
Por tanto, en toda intervención preventiva en adicciones es importante dotar a los adolescentes de herramientas psicológicas, emocionales y actitudinales. Recursos que les enseñen a autocontrolar sus emociones y sus reacciones a la hora de afrontar las situaciones de estrés.
la adicción a SUSTANCIAS PSICOACTIVAS COMO FUENTE DE ESTRÉS
Es lógico comprender que la adicción promueve una gran exposición a situaciones estresantes y ansiosas en el individuo consumidor. Pues la urgencia o la compulsión por consumir; la necesidad cada vez mayor de aumentar las dosis de consumo; así como los obstáculos que puedan aparecer a la hora de adquirir o cualquier situación que obligue al adicto a pasar por el síndrome de abstinencia,… Son escenarios que ocasionan mucho estrés en la persona, lo que incrementa, a su vez, la necesidad de consumir y la persistencia en la conducta adictiva.
Como se ha comentado varias veces en artículos anteriores, las drogas producen múltiples tipos de trastornos mentales y de comportamiento. Además de modificar el estado emocional de las personas que las consumen, ya que provocan cambios en las estructuras cerebrales y el sistema nervioso.
Justamente, las drogas afectan a la zona cerebral vinculada al llamado sistema cerebral de recompensa. El uso continuado conlleva la activación en el organismo de mecanismos adaptativos. Es entonces cuando el fenómeno de la tolerancia se hace presente y el sujeto necesita incrementar la dosis de consumo. En casos de consumos prolongados, si por algún motivo, se deja de administrar la dosis deseada, el organismo reacciona causando molestias físicas, psicológicas y conductuales. A partir de ahí, el malestar psicoemocional se adueña del sujeto y la mera ausencia de la droga ya supone un estresor para él.
De hecho, muchos adictos consumen simplemente para evitar experimentar los estados emocionales desagradables y estresantes propios del síndrome de abstinencia. De ahí que, en términos generales, se perciba una desproporción apabullante entre la satisfacción inmediata que provocan las drogas y todos los problemas de salud que generan a largo plazo. Por ejemplo, las alteraciones psicológicas y emocionales, entre las que destacan los cuadros de ansiedad, depresión y estrés. Mucho estrés.
LA GESTiÓN DEL ESTRÉS EN LOS TRATAMIENTOS DE RECUPERACIÓN
Conscientes de ello, en los centros de desintoxicación se llevan a cabo tratamientos terapéuticos y médicos cuyo cometido es aportar relajación y autocontrol a los pacientes. Así, diversas actividades rutinarias —como los paseos terapéuticos, las sesiones de gimnasio, el mindfulness, etc. — están destinadas a generar bienestar y calma en los usuarios.
Asimismo, estos centros de tratamientos suelen emplazarse en entornos naturales y abiertos que transmitan sensación de paz y belleza. Y lo mismo puede decirse de sus instalaciones, acondicionadas específicamente para que los pacientes encuentren la armonía y la concentración que necesitan.
En el caso de Instituto Castelao, distintas modalidades de tratamiento de adicciones se vertebran sobre la terapia cognitivo-conductual-sistémica, basada en el Modelo Minnesota. La terapia cognitiva conductual consiste en una serie de estrategias concebidas para mejorar el autocontrol y ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces.
En otras palabras, gracias a esta terapia, la persona adicta aprende a identificar y corregir conductas disfuncionales que les incita a consumir. Al tiempo que les proporciona destrezas y recursos para calmar su ansiedad y estrés y autogestionar sus estados psicológicos y emocionales para evitar la recaída en el consumo.
Finalmente, las sesiones grupales dirigidas por terapeutas que son exadictos recuperados supone un pilar fundamental de apoyo psicológico y emocional para los pacientes. En la terapia grupal hallan un apoyo social constante, consejos útiles y estrategias de afrontamiento para no dejarse arrastrar por los estresores a los que se enfrentan. Lo cual termina reforzando su autocontrol, su gestión emocional y, en suma, su abstinencia.
De esta forma, los tratamientos de recuperación consiguen vencer la asociación nociva entre estrés y consumo de drogas. Por eso su paso por los centros de desintoxicación no solo es vital para abandonar su adicción, sino también para aprender a afrontar las situaciones estresantes y desagradables que aparezcan en su vida.
REFERENCIAS CONSULTADAS
- Arellánez Hernández, J. L. (2016). Consumo de drogas y respuestas al estrés migratorio entre los migrantes mexicanos que se dirigen a Estados Unidos. Recuperado de https://bit.ly/3wTw9yh
- Calvete, E. & Estévez, A. (2009). Consumo de drogas en adolescentes: El papel del estrés, la impulsividad y los esquemas relacionados con la falta de límites. Recuperado de https://bit.ly/3kH58t0
- Nadal, R. (S/F). Relación entre estrés y drogadicción. Recuperado de https://bit.ly/3HsatOy
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