Intervención en drogodependencias
Entre las intervenciones para trabajar la drogodependencia, se hallan los talleres dirigidos a adultos y jóvenes. Un tipo de intervención que suele girar en torno a tres ejes:
- Refuerzo de la autoestima: El adicto tiene por regla general una baja conciencia de sí mismo. El sentimiento de culpa por los desórdenes que provoca, a sí mismo y a su entorno, le llevan a la autoinculpación y a no quererse. Cuando le ayudamos a incrementar su autoestima; propiciamos que la persona adicta a las drogas comience a adoptar ciertas decisiones que le llevan a disfrutar de una incipiente estabilidad mental y física.
- Estrategias de control: Otra área de actuación tiene que ver con la pérdida de control, que es como los adictos definen habitualmente su situación. Se trata de orientarles hacia la consecución de metas; con las que adquieran un mayor control de sí mismos y, con ello, un cierto bienestar psicológico.
- Tratamientos médicos: Un tercer enfoque imprescindible es la prescripción de fármacos para contener y llegar a frenar el consumo. En ocasiones es mediante medicamentos que producen un efecto rechazo con el contacto de las drogas (disulfiram). Otras veces, los medicamentos funcionan como sustitutos de la sustancia misma. Aunque la idea de emplear estos últimos es reducir la dosis hasta eliminarla.
El tratamiento de drogodependencia tiene que saber actuar sobre la situación del adicto de un modo efectivo.
Dinámicas para adolescentes
Entre las dinámicas para drogodependientes, quizá la que mayor capacidad preventiva tenga sea la actuación con la población adolescente. Una dinámica que puede tener como marco tanto los centros especializados como los propios institutos de enseñanzas medias. Para ello se plantean actividades y dinámicas orientadas a concienciar al colectivo juvenil. Con la finalidad de que tengan la información suficiente para decidir su posición ante las drogas con el suficiente conocimiento de sus consecuencias.
- Role-playing: Una propuesta consistente en interpretar el papel de otra persona; para ayudar a los adolescentes a expresar sus miedos y emociones, que normalmente no les es fácil comunicar. Un ejemplo de role-playing consiste en escenificar una conversación entre una madre alarmada y su hijo, adicto a las drogas. Las preocupaciones e identificaciones que pueden emerger de esta dinámica suelen aportar mucha luz clarificadora y reflexión.
- Juegos de grupo: Con este ejercicio se busca desterrar mitos sobre el consumo de drogas y desarrollar habilidades mediante la comunicación; que previenen al joven frente al desarrollo de una drogodependencia. Reflexionar en grupo es una forma positiva de hacer surgir las dudas, y las respuestas terapéuticas, sobre las adicciones.
- Debate en grupo: Como la reflexión en grupo, el debate propicia el intercambio de información y es un medio idóneo para prevenir conductas de riesgo. De igual forma, permite la reflexión conductual a aquellos jóvenes que ya se han convertido en adictos a las drogas.
- Visionado de un documental: Esta actividad se enfrenta al hecho de que puede parecer poco eficaz; si se tiene en cuenta que los adolescentes suelen prestar poca atención y tienden al aburrimiento. Pero mediante una buena elección de la información; el visionado de un documental se convierte en una herramienta potente para trabajar sobre la adicción.
Perspectiva integradora
Además de motivador, las dinámicas para drogodependientes tienen que saber actuar sobre la situación del adicto de un modo efectivo,;y esto se logra desde una perspectiva integral e integradora. Esto es a través de diferentes disciplinas profesionales; que se complementan y ejercen su influencia simultánea o sucesivamente sobre las distintas áreas sociales y afectivas de cada paciente.
Dinámicas para drogodependientes: Tratamiento integral
Entre los enfoques de un tratamiento integral en drogodependencias se contemplan:
- Abordaje interdisciplinar y multidimensional: Se trata de aunar las aportaciones de cada profesional de las distintas áreas de conocimiento. El objetivo es evitar intervenciones compartimentadas; sino que se articulen en un proceso dinámico, flexible y personalizado a cada individuo y situación en cada momento del proceso. Se procede mediante un sistema de evaluación continua del paciente, con la premisa de que una mejora en un área afectada tiene repercusiones directa e inmediatamente en el resto.
- Trabajo en red: Dar respuestas a la compleja malla de factores intervinientes en las drogodependencias significa canalizar múltiples servicios y recursos. Su efectividad depende del trabajo coordinado en red.
- Individualización: Este modelo de intervención supone prestar atención al drogodependiente dentro de un proceso individualizado. Es decir, adaptado a las características específicas de cada individuo y familia.
- Confidencialidad: La información aportada por cada paciente; así como los datos recopilados en cada una de las acciones, se someten a la normativa vigente de protección de datos de carácter personal. De igual modo, rige el secreto profesional emanado de los códigos deontológicos de las diversas profesiones actuantes.
- Flexibilidad: Que emana de la capacidad de adaptación continua. Tanto a las necesidades y cambios que tienen lugar en el proceso de rehabilitación de los pacientes como en su entorno familiar, laboral o social. Se plantea así, una revisión continuada tanto de los objetivos previstos; como de la metodología y las estrategias de actuación o los recursos destinados a cada drogodependiente.
- La integración social como proceso: La inserción social de los pacientes tratados por la enfermedad de la adicción se considera un objetivo fundamental; lo que se extiende a través del proceso de intervención en su conjunto.
Actividad físico-deportiva
Dinámicas para drogodependientes: Grupos de edad.
En primer lugar, se segmenta en grupos de edad la población drogodependiente:
- Jóvenes y adolescentes, generalmente estudiantes, que suelen arrastrar un fracaso escolar o una disminución en el rendimiento académico; que viven en la casa paterna, y que abusan o comienzan a depender de una o varias sustancias. Un colectivo minoritario en los centros asistenciales.
- Drogodependientes entre 25 y 44 años, que trabajan o están en paro; pueden tener una cierta independencia económica y soportar cargas familiares. Es el colectivo mayoritario en los centros de atención. En el mismo grupo, se puede distinguir un perfil específico. Mujeres drogodependientes con cargas familiares, con escasos apoyos familiares o sociales; generalmente con una limitada formación o capacitación profesional y, por ello, con un bajo nivel de empleabilidad.
- Personas mayores de 45 años con extensas historias de consumo, que frecuentemente sufren otra problemática de salud (patología dual); carencias familiares y afectivas, escasas oportunidades laborales y que muestran un escaso interés por participar en actividades de su entorno.
Como es sabido, la salud siempre se ve afectada en los individuos drogodependientes. Tanto por la presencia de disfunciones físicas y psíquicas derivadas del consumo, como por la progresiva pérdida de hábitos saludables. Para atajar estas disfunciones en un tratamiento integral, se ponen en marcha una serie de actuaciones; orientadas tanto al control del consumo como a tratar las secuelas físicas y psíquicas derivadas de su historial de consumo. Se trata, en suma, de lograr recuperar intereses, habilidades, hábitos, comportamientos y actitudes saludables.
dinámicas para drogodependientes: El ejercicio.
El ejercicio regular, que es una recomendación habitual de los profesionales de la salud para el mantenimiento y mejora de la calidad de vida; tiene aún un mayor significado para abordar la adicción a sustancias. Son numerosos los estudios que relacionan actividad física y salud. Del lado opuesto, estos estudios consideran la inactividad como un factor de riesgo para las enfermedades modernas. (cardiovasculares, la obesidad y el cáncer, principalmente, pero no sólo).
Entre los efectos benéficos de la actividad física y el deporte, además de conservar un buen estado físico, gracias a la liberación de endorfinas, produce otros efectos, como una mejor autoimagen y una sensación de bienestar. E igualmente, el ejercicio físico regular y controlado se convierte en un poderoso antídoto contra la ansiedad y mejora el estado anímico.
Las actividades deportivas permiten asimismo fomentar el espíritu de equipo; la consecución de una meta común y la consecución de objetivos a medio y largo plazo. La práctica deportiva permite controlar la impulsividad; el juego se asocia a la toma de conciencia sobre las consecuencias de una acción, y a adoptar decisiones.
Me gustaria saber mas de ustedes
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