
Las drogas siguen representando hoy en día un enorme desafío para la salud pública y el bienestar de las personas. Como ya evidenciaba nuestro anterior post sobre suicidio y adicciones, el abuso de sustancias afecta tanto a nivel físico como psicológico, y a medio camino entre ambos está otra cuestión fundamental: la del cerebro y su funcionamiento. La comprensión de cómo las sustancias afectan al cerebro y cómo el cerebro se recupera de las drogas es fundamental para brindar apoyo efectivo a quienes buscan superar su adicción. Solo entendiendo los mecanismos que están detrás de la recuperación cerebral, tanto los individuos en proceso de rehabilitación como sus seres queridos podrán obtener una visión más completa de la adicción y encontrar esperanza en el camino hacia la recuperación.
El funcionamiento del cerebro humano
El cerebro es uno de los órganos más importantes para los seres humanos. Es tan necesario que lo utilizamos para realizar desde las tareas más cotidianas, como comer o vestirnos, hasta para las más complejas, como confeccionar un vestido o componer una sinfonía.
Todo lo que oímos y saboreamos, lo que olemos y lo que tocamos pasa por nuestro cerebro.
Lo hacen posible los miles de millones de células que lo conforman. Estas, coordinadas e interconectadas entre sí a través de sustancias químicas llamadas neurotransmisores, envían señales entre ellas y a otras partes del cerebro. También a zonas de la médula espinal y de los nervios que se encuentran en el resto del cuerpo, el llamado sistema nervioso periférico. Algunos de los neurotransmisores más conocidos son la dopamina, que está relacionada con la motivación y el placer. Y la serotonina, que está asociada con el estado de ánimo y el bienestar. De este modo se llevan a cabo tareas como las anteriormente mencionadas.
Partes del cerebro
El cerebro tiene diferentes partes que cumplen funciones diversas.
- Lóbulo frontal. Es el lóbulo más grande y controla funciones ejecutivas, como los movimientos voluntarios o el habla, y las funciones de control cognitivo, como la toma de decisiones, la planificación, la atención, el razonamiento y el control de impulsos. También juega un papel importante en la personalidad, en la memoria y en la expresión emocional.
- Lóbulo parietal. Dado que es el responsable de regular funciones sensoriales y espaciales, el lóbulo parietal nos ayuda a interpretar las sensaciones del tacto, la temperatura y el dolor. También nos ayuda con la percepción del espacio y a integrar la información sensorial para coordinar movimientos corporales.
- Lóbulos occipitales. Los lóbulos occipitales son responsables de regular la función visual, puesto con contienen el área visual primaria. En ella se procesa la información visual que llega a través de neurotransmisores desde los ojos. Los lóbulos occipitales nos ayudan a percibir las formas, los colores y los movimientos. Gracias a ellos somos capaces de formar imágenes visuales en nuestra mente.
- Lóbulos temporales. Este es el responsable de regular funciones como la audición, el procesamiento visual, la memoria, el lenguaje y las emociones. Asimismo desempeña un papel fundamental en la interpretación y comprensión del lenguaje hablado y escrito.
- Cerebelo. Esta parte del cerebro es la responsable de que llevemos a cabo tareas complejas sin tener que pensarlas previamente.
- Tallo cerebral. Unido a la médula espinal, es fundamental para la supervivencia del ser humano.
- Bulbo raquídeo. Protegido por el cráneo, garantiza que nuestra respiración, nuestro ritmo cardíaco y nuestra presión sanguínea funcionen correctamente mientras estamos dormidos.
Cómo afectan las drogas al cerebro
Las drogas modifican el modo en que las neuronas reciben, procesan y envían las señales que trasladan los neurotransmisores. Pese a que algunas de estas drogas, como la marihuana o la heroína, imitan a los neurotransmisores y, por tanto, activan las neuronas, los mensajes que envían son irregulares.
Partes del cerebro afectadas por las drogas
Así como cada droga puede afectar a diferentes áreas del cerebro de manera única, también sus efectos pueden variar según el individuo y la dosis consumida. Aunque el cerebro se recupera de las drogas, sus efectos pueden ser temporales o permanentes, lo que afectará a la función cognitiva y emocional.
- Ganglios basales. Los ganglios basales están relacionados con lo que conocemos como circuito de recompensa del cerebro. Este circuito se activa en el momento en que realizamos actividades placenteras o gratificantes. Estas actividades, que pueden ir desde practicar sexo a comer, pasando por escuchar música o practicar ejercicio, liberan dopamina en otras áreas del cerebro.
- Amígdala extendida. La amígdala se encuentra en los lóbulos temporales del cerebro y forma parte del sistema límbico, el cual está involucrado en el procesamiento y la regulación de las respuestas emocionales, especialmente las relacionadas con el miedo, la ansiedad, la inquietud y la irritabilidad. Esto es útil cuando nos encontramos ante situaciones amenazantes o peligrosas y necesitamos reaccionar con rapidez. Sin embargo, estas emociones son también las propias del síndrome de abstinencia en un adicto. Y es que es frecuente que este termine consumiendo ya no por las sensaciones placenteras que la droga le produce, sino para evitar las sensaciones negativas.
- Hipocampo. El hipocampo es una estructura que resulta fundamental para la formación y recuperación de la memoria. Muchas drogas afectan a esta región del cerebro, en la cual pueden llegar a provocar daños irreversibles.
- Corteza prefrontal. Esta importante zona del cerebro regula la capacidad de pensar, planificar, resolver problemas, mantener la atención y la concentración, y la memoria de trabajo, entendida esta como la habilidad de almacenar y manipular temporalmente la información relevante en la mente. Controla asimismo las emociones y los propios impulsos, así como la toma de decisiones. Dado que esta es la última región del cerebro en alcanzar la madurez, esto convierte a los adolescentes en especialmente vulnerables ante las drogas. Los cambios en el equilibrio entre este circuito y los circuitos de los ganglios basales y la amígdala extendida hacen que una persona que sufre de un trastorno por consumo de drogas busque la droga en forma compulsiva y tenga menos control de sus impulsos.
La relación entre la dopamina y el cerebro
Del mismo modo que las actividades placenteras activan el circuito de recompensa en nuestro cerebro liberando dopamina, las drogas replican estos efectos provocando una eufórica pero artificial sensación. Sin embargo, cuanto más se repite este comportamiento más se adapta el circuito a la misma, lo cual es más peligroso teniendo en cuenta que las dosis de dopamina que liberan las drogas son mucho mayores. Por esta razón, al disminuir su sensibilidad, a la persona no solo le acabará resultando difícil sentir placer con algo que no sea la droga, sino que tenderá a ir aumentando la dosis para lograr los mismos efectos.
Además, es curioso cómo se establecen ciertas asociaciones entre el consumo de sustancias y las circunstancias que rodeaban a dicho consumo. De este modo, personas que llevan años en la abstinencia experimentan de nuevo deseos de consumir al verse de nuevo en determinados ambientes que les recuerdan a su antiguo hábito.
El cerebro tras la abstinencia
Pese a que algunas consecuencias que las drogas tienen sobre el cerebro pueden ser permanentes, otras son reversibles, incluso en menos tiempo del que hasta ahora se pensaba. El cerebro se recupera de las drogas, por lo que hay motivos para la esperanza.
Un reciente estudio en Francia acaba de mostrar que, al menos en el caso del alcohol, los adictos a esta sustancia que se encuentran en fase de rehabilitación empiezan a presentar mejorías a nivel cognitivo al cabo de tan solo unas semanas de haber dejado de beber.
Participaron en este estudio 32 personas, 24 de ellas hombres y 8 mujeres, todos previamente ingresados en un hospital para recuperarse de su adicción entre 2018 y 2019. Ninguno de ellos podía presentar otras patologías de carácter psiquiátrico o neurológico, como epilepsia, traumatismo craneoencefálico o accidente cerebrovascular ni haber consumido drogas distintas del alcohol.
Tras 8 y 18 días de abstinencia se les practicaron pruebas con el fin de determinar el deterioro neuronal y psicológico asociado con el consumo de alcohol. Pasados estos 18 días, la pérdida de la memoria y la falta de atención mejoraron en un 63%. De estos resultados podemos extraer que la situación de su lóbulo frontal mejoró asombrosamente en poco tiempo tras abandonar la droga. Las tasas de recuperación en la memoria de trabajo y la episódica (la cual nos permite recordar eventos específicos y personales de nuestra vida) fueron asimismo muy positivas, así como el rendimiento de flexibilidad. Este se refiere a la capacidad de adaptarse y cambiar la forma de pensar o de resolver los problemas en función de las demandas del entorno, y en este contexto se produjeron tasas de recuperación de un 100%.
Por increíble que resulte, el cerebro se recupera de las drogas
Las drogas representan un desafío desgarrador para quienes se enfrentan a ellas. Su abuso afecta a diversas áreas de la vida y de la salud, pero también existe esperanza en la capacidad de recuperación. Comprender cómo las drogas alteran el cerebro y cómo el cerebro se recupera de las drogas es fundamental para brindar apoyo a quienes luchan contra la adicción.
El cerebro coordina nuestras acciones y percepciones a través de miles de millones de células interconectadas, y las drogas alteran la forma en que estas células transmiten señales, especialmente en áreas como los ganglios basales, la amígdala extendida, el hipocampo y la corteza prefrontal.
Aunque ciertas consecuencias que las drogas producen en el cerebro pueden llegar a ser permanentes, estudios recientes revelan la capacidad de recuperación del ser humano. Porque sí, el cerebro se recupera de las drogas. Este conocimiento nos enseña que el cerebro tiene una capacidad asombrosa de regenerarse y adaptarse. Esto nos da esperanzas para las personas que se enfrentan a sus adicciones y tratan de disfrutar de una vida plena.
No están solos en esta lucha, pues desde Instituto Castelao ponemos a nuestros experimentados profesionales al servicio de los enfermos y de sus seres queridos. Tenderles la mano en esta lucha que para ellos representa la recuperación puede marcar la diferencia en el viaje hacia la recuperación. Juntos abrimos un nuevo capítulo de esperanza y bienestar para aquellos afectados por las drogas, en cuyas manos está escribir las primeras líneas.
Referencias consultadas
- Cuerpo Mente (2023). Las partes del cerebro y sus funciones. Recuperado de https://bit.ly/3JNakrR
- Instituto Nacional de Salud (2020). Las drogas, el cerebro y la conducta: la ciencia de la adicción. Recuperado de https://bit.ly/3NWUtJS
- Medline Plus (2021). Componentes del cerebro. Recuperado de https://bit.ly/3O0DGW4
- Alimente. El Confidencial (2023). Estos son los cambios en el cerebro después de apenas 18 días de abstinencia. Recuperado de https://bit.ly/3rb7Xsu
Redactora creativa. En la Universidad de Vigo obtuve un título en Economía, en la Escuela Elisava de Barcelona cursé un posgrado en Creatividad y Publicidad, y entre libros y talleres de escritura creativa aprendí a escribir. Trato de enfocarme en lo que marcas y clientes buscan, aportando mi estilo, trato de hacer llegar el mensaje de marcas y clientes a los lectores.
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