La adicción es una enfermedad de causa multifactorial; esto es, una dolencia que posee una base biológica, psicológica y social, según las características de cada individuo. Y ya se sabe que no existen dos enfermos (o adictos) iguales.
Es por ello que en los centros de rehabilitación, como sucede en el Instituto Castelao, se tiene estas premisas muy presentes. En cada persona se debe valorar y evaluar su singularidad y los factores que influyen en sus patrones de adicciones. A partir de este punto, se podrá realizar un programa de recuperación idóneo para la persona dependiente.
LA DIVERSIDAD DE LOS FACTORES QUE inFLUYEN EN LAS ADICCIONES
Del entramado de factores que influyen en la predisposición a las adicciones a sustancias psicoactivas, cabe destacar un par de ideas. La primera es que resulta muy complejo identificar una causa concreta para entender la adicción de una persona. La segunda idea básica es que los factores de riesgo, como veremos, son múltiples y se retroalimentan entre sí. No obstante, no todos los factores aparecen en cada sujeto, obviamente; ni tienen el mismo impacto significativo en la elección personal de consumir drogas o no.
Los factores de riesgo que operan a la hora de convertir un consumo en una dependencia incontrolable son los siguientes:
LOS FACTORES BIOLÓGICOS
Los factores biológicos se refieren la existencia de una predisposición genética en el individuo que lo hace más propenso. Tanto a recurrir al consumo de drogas como a desarrollar una adicción. Estos factores explican que el adicto no puede controlar su tendencia a tomar sustancias psicoactivas; puesto que su propia fisiología lo impulsa a ello. Las compulsiones y la necesidad de suministrarse constantemente dosis de drogas dominan la vida de la persona; que carece de herramientas de autocontrol sobre la situación de consumo.
Además, existen estudios que señalan que los hijos de drogodependientes poseen mayores riesgos de experimentar una adicción a estas sustancias. Para más información al respecto pueden leer nuestro post Factores de riesgo de adicción: más allá de la genética.
LOS FACTORES PERSONALES O PSICOLÓGICOS
En cambio, los factores personales y psicológicos predicen el grado de riesgo de caer en el consumo de drogas como mecanismo de afrontamiento de la realidad. Estos factores tienen mucho que ver con el nivel de tolerancia del individuo a situaciones de estrés o frustración; así como a las habilidades sociales que éste posea. Entre las mayores causas psicológicos de riesgo que incrementan la condición de dependencia a sustancias nocivas para la salud se incluyen:
- El estado de salud física y mental; la edad y la madurez psicológica; la existencia de una tendencia a estados depresivos
- Los niveles de estrés o ansiedad que maneje el sujeto, así como de dependencia emocional
- La inseguridad personal o la baja autoestima; o bien, la necesidad de una autoafirmación
- El bajo nivel de autocontrol y de habilidades sociales y emocionales (entre las que se incluye el saber decir no; el expresar los propios sentimientos)
- La búsqueda de sensaciones nuevas o de experiencias transgresoras o riesgosas
Una personalidad antisocial o problemas de comportamientos - Baja satisfacción personal; actitud abúlica; la desconexión con sus pasiones, sus aficiones más genuinas; no saber procurarse sus propios momentos de divertimento de forma saludable
- El aislamiento, la sensación de alienación social; la inadaptación social
- Las creencias y expectativas sobre el uso de drogas,
- Falta de valores morales, éticos y metafísicos que sirvan de guía y den estructura a su vida.
LOS FACTORES SOCIOCULTURALES
Los factores sociales y culturales que influyen en las adicciones son aquéllos que tiene que ver con el medio circundante donde se mueve la persona. Su influjo es tal que puede suponer un catalizador o un protector para la condición de una drogodependencia. En este sentido, la Teoría del Aprendizaje social explica la importancia de la convivencia humana como factor de influencia en los patrones de conducta adquiridos.
Estos factores de riesgo se centran en las interacciones sociales que posee la persona en cuanto a familia, amistades o grupo de iguales. De hecho, el inicio del consumo de drogas se realiza normalmente en la adolescencia; en el seno familiar o motivado por el grupo de iguales.
- Factores familiares: Las familias disfuncionales; familiares consumidores de drogas o con actitud laxa hacia el consumo; ausencia de lazos afectivos; ausencia de responsabilidades y normas dentro de la familia; una comunicación de padres e hijos deficitaria; carencia de inculcación de valores familiares y sociales,…Todo ello influye en la predisposición de la persona a acercarse a las drogas.
- Factores de presión social: Se trata de la influencia que ejerce las interacciones entre iguales cuando estos amigos o compañeros son consumidores. El sujeto puede recurrir al uso de sustancias psicoactivas para sentirse integrado en su grupo social. Y es que existe una asociación mental de calado social entre la extroversión (la sociabilidad) y el consumo de psicotrópicos. Esta presión y contagio de comportamientos se experimentan a todas las edades; pero especialmente en la adolescencia, donde el consumo se aprecia como un rito de entrada a la vida adulta y social. Y tiene cierta relación con el deseo de ser visto como un líder dentro del grupo o, cuando menos, sentirse aceptado.
FACTORES CULTURALES QUE INFLUYEN EN EL CONSUMO DE DROGAS LEGALES
A nivel cultural, una mención especial merece las consideradas drogas legales y que generan una fuerte adicción. En concreto nos referimos al tabaco y el alcohol; y en menor medida la cafeína y las bebidas energéticas. En el caso de estas sustancias psicoactivas socialmente aceptadas, sucede que cuentan con una tradición cultural arraigada en la sociedad; así como un sistema de marketing publicitario de gran influencia que las promocionan. Su consumo viene avalado, por tanto, por los medios de comunicación social, las estrategias de publicidad; la facilidad para acceder a la misma (como su precio) y la permisividad; pero también por los estereotipos socioculturales que aúnan el uso de bebidas etílicas o tabaco con el tiempo de ocio. Así, en el colectivo adolescente se percibe su consumo como la entrada al mundo de la adultez, cuando no a la transgresión.
Estos factores de índole social y cultural tienen un enorme impacto en el inconsciente colectivo; lo cual hace muy difícil sustraerse a estas influencias, en muchos casos sutiles, pero constantes. Los estudios señalan que en aquellos países donde está permitido el uso de determinada droga, hay más adictos a ella.
FACTORES RELATIVOS A LAS SUSTANCIAS
Lo más grave de estas drogas legales es que de la iniciación de su consumo al desarrollo de la adicción hay un paso. Ello es debido a la capacidad adictiva de estas sustancias. Lo que demuestra que hay sustancias psicoactivas o psicotrópicas que poseen un mayor componente adictivo que otras.
- Todo depende de los efectos reforzadores de la sustancia de abuso y el impacto que produzca el síndrome de abstinencia. La adicción a las drogas radica en gran medida en la búsqueda de apaciguar el síndrome que desata su abandono; y no tanto en la sensación placentera que provocan.
- Otro factor influyente en el desarrollo de adicción es la vía de consumo de cada droga. En este sentido, las sustancias fumadas promueven más la adicción; pues sus efectos de refuerzo en el cerebro son más rápidos. Y aquellas administradas de modo intravenoso enganchan más que las inhaladas.
- Tampoco hay que olvidar la compensación que exista entre los efectos satisfactorios y los efectos secundarios que la droga produzca. Los pros y los contras decantan la frecuencia de uso, según la tolerancia del organismo del sujeto a dichos efectos.
LA IMPORTANCIA DE LAS ESTRATEGIAS DE AFRONTAMIENTO Y HABILIDADES SOCIALES
Diversos estudios científicos demuestran la íntima relación que hay entre la falta de habilidades sociales y la dependencia de sustancias psicotrópicas para suplirlas. Así, el entrenamiento de estas habilidades y estrategias de afrontamientos es vital en los tratamientos de drogodependencias. De hecho, las recaídas en los períodos de desintoxicación y rehabilitación se deben a la falta de aplicación de estrategias de afrontamiento. Dichas estrategias cognitivas y conductuales se basan en reforzar:
- Un manejo adecuado del estrés y las situaciones incómodas.
- Tener autocontrol sobre emociones y comportamientos impulsivos y compulsivos. La autorregulación es clave para evitar caer en adicciones o dependencias dañinas.
- El desarrollo de una personalidad asertiva. Lo que implica rechazar contextos o tentaciones de consumo de drogas.
- La seguridad en el propio valor personal del sujeto. Ejercitar una autoestima y un autoconcepto social firme; que impida que le afecten las malas influencias.
- La capacidad de resolución de situaciones conflictivas.
- La planificación de un proyecto de vida que aporte sentido, ilusiones y metas a alcanzar para la satisfacción personal. Y, por ende, rechazar todo aquello que obstaculice esa autorrealización.
Básicamente su finalidad última es dotar a los adictos de herramientas psicológicas que ayuden a contrarrestar la influencia de estresores. Ya sean éstos internos o motivados por circunstancias externas. Se trata, pues, de que la persona no tenga que recurrir a sustancias psicoactivas para sobrellevar situaciones vitales adversas. Ni trate de encajar en grupos de iguales perjudiciales para su crecimiento personal por mera presión social.
En efecto, parte de estas estrategias, además de incentivar el uso adecuado de habilidades sociales, potencian la capacidad de resiliencia. Es decir, la capacidad de saber afrontar positivamente los episodios complejos y adversos. Así, si el sujeto maneja habilidades adaptativas en momentos de presión social o estrés, el riesgo de desarrolla una adicción será mucho menor.
LOS FACTORES PROTECTORES QUE CONTRARRESTAN LAs ADICCIones
Por tanto, es necesario crear en la vida de la persona adicta un contexto lleno de factores bio-psico-sociales positivos. Será gracias a ellos que podrá afrontar las situaciones de riesgo sin recurrir a comportamientos perjudiciales o compulsivos. Hablamos de los llamados factores protectores. Hawking y Weis, en su Teoría del Desarrollo Social (1985), los definen como: «los recursos personales y sociales que atenúan o neutralizan el impacto de riesgo». Ellos proponen tres factores protectores imprescindibles para reducir el riesgo de consumo de drogas y la adicción:
- Poseer una red social sólida y saludable. Ya que las relaciones sociales y familiares actúan como apoyo inestimable para las personas. Aportan bienestar, afecto, seguridad y calidad de vida.
- Manejo personal de habilidades sociales. Para evitar sucumbir a los peligros que atañe el consumo de sustancias tóxicas para la salud y la convivencia social.
- Contar con un sistema de normas y restricciones que guíe los comportamientos individuales; así como un sistema de creencias sociales basado en valores morales que desaconseje el consumo de drogas.
Cabe añadir que estos factores de protección reducen el impacto que las drogas puedan causar en la vida de las personas por una razón incuestionable. Funcionan como refuerzo de los llamados químicos de la felicidad. Esto es, de los neurotransmisores (o neuromoduladores) que aportan bienestar, como la oxitocina, serotonina, dopamina y endorfinas. Pues cuanto mejor nos sintamos integrados en la sociedad; cuanto mejor sean nuestros vínculos emocionales; cuanto mejor sea nuestro nivel de vida (basado en nuestras actitudes y conductas); y, en suma, cuanto mayor sea el uso adecuado de nuestra inteligencia cognitiva y emocional; menos necesidad tendremos de evadirnos de las situaciones desafiantes y menos nos dejaremos estimular por factores tóxicos.
CONCLUSIÓN
Las causas que influyen en el desarrollo de una adicción o una drogodependencia son numerosas y subjetivas. En realidad, se trata de un compendio de diversos factores que se interrelacionan entre sí y confluyen en la conducta adictiva. Lo que nos lleva a preguntarnos hasta qué punto la adquisición de una adicción es realmente voluntaria o involuntaria.
La adicción a las drogas, por su calidad de dependencia física y psicológica, es una enfermedad crónica; en concreto un trastorno cerebral crónico y recidivante en el cual los factores psicológicos y sociales tiene gran incidencia. De hecho, la drogodependencia se vincula estrechamente a trastornos de la personalidad o conductas antisociales. Es la llamada comorbilidad, que ya hemos tratado en posts anteriores.
Sea como fuere, la adicción, por ser multifactorial, ha de ser tratada con métodos médicos, psicológicos y sociales que remitan sus efectos nocivos.Trabajando, especialmente, la carga psicológica que conlleva toda drogodependencia.
Con todo, eludir situaciones de adicciones insanas depende de las habilidades personales, psicológicas y sociales que se posea. Lo bueno es que, como casi todo en la vida, estas habilidades pueden aprenderse y ejercitarse con voluntad y conciencia. Así pues, la clave está en asumir el tratamiento como un proceso, con fases y entrenamiento continuo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Ahumada-Cortez, J., Gámez-Medina, M. y Valdés-Montero, C. (2017). El consumo de alcohol como problema de salud pública. En Ra Ximhai, 13 (nº 2), pp. 13-24. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/461/46154510001.pdf
- Hawkins, D., & Weiss, R. H. (2004). Teoría del desarrollo social. Síntesis.Madrid
- Llorens Aleixandre, N., Perelló del Río, M., & Palmer Pol, A. (2004). Las estrategias de afrontamiento: factores de protección en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis. Adicciones, 16(4), pp. 261-266. Recuperado de http://adicciones.es/index.php/adicciones/article/viewFile/391/391
- Rubio, G. y Santo-Domingo, J. (2004). Todo sobre las drogas. Información objetiva para decidir y prevenir. Ediciones Martínez Roca. Madrid.
Redactora de comunicación en el Instituto Castelao.
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