Consumo de varias drogas
Gran número de pacientes adictos consumen regularmente no una, sino varias sustancias adictivas. Es muy frecuente en los últimos años la siguiente “escalera del consumo”:
- Entre los 14 y 16 años se inicia el consumo, generalmente con alcohol y/o cannabis.
- Entre los 17 y 20 sigue aumentando el consumo de alcohol y se incorporan sustancias estimulantes como el éxtasis. El cannabis a veces disminuye y otras se mantiene.
- Hacia los 20-25, si el poder adquisitivo del consumidor aumenta, se inicia el consumo de cocaína y este consumo va aumentando hasta desarrollar una clara adición a cocaína.
Finalmente cuando ingresa para tratamiento, solemos encontrar un paciente adicto a la cocaína y al alcohol, consumidor ocasional de cannabis y que, en algunas ocasiones, puede tomar fármacos tranquilizantes para “bajar” de la coca y poder dormir.
Al final aparece una intensa e irrefrenable necesidad de consumir que pasa por encima de cualquier consideración personal, laboral o familiar.
COMPLICACIONES
La mezcla de sustancias produce una combinación y potenciación de los efectos negativos del consumo. Mención especial merece en este cuadro la combinación frecuente con fármacos tranquilizantes, conseguidos en el mercado negro o prescritos con receta médica, alegando estados de ansiedad o insomnio que no son sino el efecto del consumo.
¿COMO DETECTAR EL CONSUMO?
- Pérdida de interés por las actividades diarias: trabajo, estudios, familia, amigos “sanos”.
- Cambios de humor importantes, oscilando entre un estado de hiperexcitación y depresión.
- Una mayor irritabilidad o incluso con rasgos de paranoia y, a veces, agresividad.
- Disminución de la capacidad de concentración y dedicación en estudios, trabajo, hijos, etc.
- Pérdida de interés por las amistades “normales” y alejamiento de los amigos no consumidores.
- Alteraciones del horario del sueño: dormir de día y estar despierto por la noche
- Problemas de concentración con dificultades académicas y laborales.
- Pérdida de empleo y dificultades económicas por su estado, aunque el adicto mantenga que la culpa es de otros.
- Gastos injustificados elevados derivados del consumo, prostitución, juego, etc.
- Problemas en las relaciones familiares con padres, pareja e hijos.
- Actividad descontrolada y, a la vez, cansancio crónico.