Diagnóstico de adicciones: Los síntomas
La enfermedad de la adicción puede ser diagnosticada, ya que produce síntomas característicos que pueden ser reconocidos y descritos. Estos síntomas no tienen porqué darse conjuntamente. Un adicto puede padecer la enfermedad presentando tan sólo uno de ellos.
Falta de control
Un rasgo determinante de la adicción es el intento sin éxito de controlar el consumo. El adicto es incapaz de abandonarlo por si mismo. Lejos de conseguirlo el consumo aumenta. En muchas ocasiones, presenta una falsa percepción de autocontrol.
Consecuencias negativas
El consumo sostenido genera conflictos en todos los ámbitos de la vida del paciente. El entorno familiar se vuelve propenso a discusiones, se genera desinterés afectivo, alejamiento y pérdida de confianza. La economía del adicto también se resiente al estar focalizada en el consumo; aparecen deudas y desinterés por el control económico. En el entorno laboral, el adicto reduce su rendimiento, se generan relaciones negativas con los compañeros, llegando incluso a la pérdida del puesto de trabajo. La conducta general del paciente también se ve afectada, apareciendo trastornos psicológicos, irritabilidad o actitudes defensivas.
Obsesión
En grados avanzados de la enfermedad, conseguir la sustancia llega a suponer comportamientos obsesivos. La mente del adicto se encuentra permanentemente pensando en consumir, dejando de lado sus responsabilidades y quehaceres. La vida del adicto pasa a girar en torno al ciclo conseguir - consumir, y todas las demás facetas de su vida pasan a un segundo plano o quedan abandonadas.
Negación
Uno de los síntomas más conflictivos es la negación de la adicción por parte del paciente. Cuando los síntomas anteriores son evidentes para el entorno del adicto éste, inevitablemente, comenzará a negar:
- Que el consumo constituya un problema fuera de su control.
- Que los efectos negativos en su vida estén relacionados con el consumo de la sustancia.